El estadounidense George RR Martin ya era un escritor prestigioso y premiado de ciencia ficción, fantasía y horror antes de comenzar a publicar, en 1996, su serie Una canción de hielo y fuego, adaptada por HBO desde 2011 como Game of Thrones. Sin embargo, fue recién con esa serie, y poco antes de cumplir 48 años, que sus libros lograron un éxito comercial importante. Hasta entonces había necesitado ingresos complementarios como director de torneos de ajedrez, docente de inglés y de periodismo, editor y, desde mediados de los años 80, guionista de televisión.

Poco antes de conseguir ese último trabajo, y en un período de apretura, Martin aceptó la oferta de ampliar las aventuras de Haviland Tuf, protagonista de algunos de sus cuentos, y así nació Los viajes de Tuf, publicada originalmente en 1986, que ahora nos llega en una nueva edición traducida, aprovechando el interés masivo en el autor.

El formato es el de los relatos de ciencia ficción clásica, y los viajes del título nos llevan a mundos en situaciones críticas, que el personaje central resuelve. Sin embargo, tanto este como el tipo de problemas a los que se enfrenta están bastante lejos de lo tradicional. Tuf no es un héroe de acción, sino un aficionado a los gatos obeso y pálido (como Martin, pero mucho más alto), con escasas habilidades sociales y una forma de expresarse artificiosa. Se apodera, al comienzo, de una antigua y gigantesca nave espacial llamada Arca (el libro abunda en referencias bíblicas), que había sido empleada en una época de mayor desarrollo científico para acciones bélicas de “ingeniería ecológica”, y que está equipada con recursos genéticos y de biotecnología capaces de desarrollar, rápidamente y en grandes cantidades, ejemplares de cualquier especie animal o vegetal imaginable, y de muchas otras difíciles de imaginar. Tuf la usa para fines pacíficos, pero no desinteresados: vende a elevado precio servicios de los que es el único proveedor, y la cuestión central en cada viaje es su hallazgo de una respuesta ingeniosa (no siempre sabia y ni siquiera siempre acertada desde el punto de vista ecológico) para las situaciones que se le plantean.

Los medios con los que Tuf cuenta dan rápidamente la impresión de ser ilimitados, y algunos lectores podrán preguntarse, ya en el segundo capítulo, cuál es la gracia de ver actuar a alguien que, ante un riesgo de hambruna, saca de la manga plantas y animales con alto rendimiento alimentario. Pero luego empieza a quedar claro que el verdadero centro de la trama está en otra parte, a medida que el protagonista, en vez de responder a las demandas formuladas por sus clientes, empieza a convencerlos de que las verdaderas soluciones no son las que ellos desean, o directamente a imponerles lo que él decide que les conviene, como un dios interesado en evitar que los seres humanos cometan estupideces desastrosas, en perjuicio de otras especies y de sí mismos.

En ese marco, se despliegan algunas características destacadas en las obras de Martin: imaginación para construir mundos atractivos; personajes con debilidades muy humanas, que a menudo se engañan a sí mismos; opciones moralmente discutibles; diálogos a veces memorables, toques de humor que en ocasiones es un poco perverso y un enfoque bastante pesimista de las relaciones humanas.

A la vez, se puede ver en la historia una reflexión implícita sobre el papel que asume Martin como creador, al darnos algo distinto de lo que esperábamos y subvertir en cierta medida nuestro sentido común (esto fue claro desde el primer cuento con el protagonista, “Una bestia para Norn”, publicado originalmente en 1976 y que aquí es el antepenúltimo capítulo).

Es interesante aclarar, probablemente para sorpresa de quienes asocian a Martin sólo con la extensa e intrincada saga de los Stark, los Lannister, los Targaryen y todos los demás, que antes de Una canción de hielo y fuego el escritor se había destacado, sobre todo, como cuentista. Los viajes de Tuf no es del todo una novela, sino más bien la articulación de siete narraciones breves que comparten algunos personajes. Se pueden leer por separado pero su independencia es relativa, porque el protagonista va aprendiendo de sucesivas experiencias, y el desenlace del último relato es el resultado de tal aprendizaje. Esto puede verse como un antecedente significativo del modo en que Martin ha construido, a una escala muchísimo mayor, la historia que le valió renombre internacional, compuesta por capítulos que por lo general narran una pequeña historia desde el punto de vista de alguno de los personajes, y que se van sumando para desarrollar una frondosa trama. Quizá el procedimiento tenga que ver también con las dificultades del autor para terminar su obra magna, pero esa es otra historia.

Los viajes de Tuf. George RR Martin. Penguin Random House, Nova, España, 2018. 475 páginas.