Netflix sabe cuál es su público y lo explota; dentro de su catálogo de productos los documentales le venían dando un relativo éxito, hasta que apostó al formato de series documentales: En pocas palabras. En 2018 la plataforma de streaming se unió al grupo Vox Media, una compañía estadounidense que se dedica a los medios digitales, para crear una serie documental educativa –de hecho, su nombre en inglés es Explained– que apunta a un nuevo consumidor con poco tiempo. En más o menos 20 minutos, En pocas palabras logra apoyarse en la animación –el punto fuerte de Vox– para explicar con cierto nivel de análisis algunas de las incógnitas de los tiempos modernos, como qué son las criptomonedas, cómo funcionan los deportes electrónicos, si es posible editar los genes, y algunas dudas que nos persiguen desde siempre: ¿estamos solos en el espacio?, ¿podemos vivir para siempre?, ¿cómo se puede mejorar el orgasmo femenino?

La primera temporada tuvo 20 capítulos y ahora la plataforma está lanzando, a cuentagotas, la segunda temporada; todos los jueves va un nuevo capítulo. Por el momento podemos saber un poco más sobre los cultos, los multimillonarios y la inteligencia animal, y nos prometen información sobre el futuro de la carne, la próxima pandemia, los piratas y la programación, entre otros. La clave del éxito de esta docuserie es que logra presentar un panorama general de la situación que explica con información de calidad, sin aburrir. Los datos históricos suelen venir acompañados de fotos o videos de la época, las estadísticas son tomadas de publicaciones científicas, que son citadas, y aparecen en forma de animación, al igual que mucha de la información que narra el locutor –todas celebridades del mundo anglosajón–, para acompañar el bombardeo de nuevo conocimiento.

Además del narrador, las historias son desarrolladas por dos tipos de testimonios: los académicos y los afectados. Es así que en el primer capítulo de la segunda temporada son los propios multimillonarios, como Mark Cuban, dueño de un equipo de la NBA, y Abigail Disney, la nieta del mismísimo Walt Disney, quienes explican cómo se llega a ese nivel de fortuna, a la vez que economistas como Jeffrey Sachs, de la Universidad de Harvard, nos hablan de la historia de la riqueza y políticos como Bernie Sanders, ex candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, nos detallan las consecuencias de esto para el mundo. Estos testimonios son claves para uno de los puntos que tiene a favor la serie: se sostiene en una buena investigación periodística. Como ejemplo de esto se suele mencionar que, durante el capítulo sobre marihuana, se expone a la empresa Constellations Brands, dueña de la cerveza Corona, como una de las mayores inversoras en el campo de derivados del cannabis.

Otro de los puntos fuertes de la serie es la variedad de temas que abarca. A diferencia de otros documentales, que se enfocan sobre una situación en particular, En pocas palabras dejó abierto al público la opción de elegir sobre qué temas quería saber más, y de ahí que se expliquen algunos capítulos que parecen un sinsentido para una serie documental; ¿se abusa de los signos de interrogación y exclamación?, ¿qué es el críquet? y ¿cómo llegamos al k-pop? son preguntas que la mayoría no nos hemos hecho, pero dicen que el conocimiento no ocupa espacio.

Es verdad que 20 minutos no da para mucho, y esa es una de las mayores críticas que ha recibido la serie, que parece demasiado ambiciosa. Tratar de explicar, en tan poco tiempo, algo tan complejo como la monogamia o los distintos usos de la marihuana puede llevar a imprecisiones, generalizaciones o información incompleta, y en su afán por hacer valer cada minuto se suele agregar tantos datos que a veces el espectador termina con una vaga idea del tema, si bien en la mayoría de los casos alcanza para lucirse en la próxima conversación de ascensor.

A pesar de las críticas, son más los pulgares para arriba que los que apuntan para abajo, y esta docuserie rompió las expectativas que había en torno a ella; de hecho, en los foros de críticas se dejó constancia de que más de una vez fue llevada al aula por docentes que decidieron delegar la explicación sobre la brecha salarial de género o la crisis mundial del agua a una serie de Netflix.

La miniserie dentro de la docuserie

Como para ir haciendo boca mientras llegaba la segunda temporada, salió En pocas palabras: la mente, una miniserie de cinco capítulos que sigue el mismo formato que la docuserie, excepto porque esta vez todo gira sobre la mente humana y hay una única narradora: la actriz Emma Stone. Se mantienen los 20 minutos, el tono directo, los datos, los especialistas, los testimonios y las animaciones, y se explora sobre cinco temas en particular: recuerdos, sueños, ansiedad, mindfulness y alucinógenos; con preguntas como por qué los sueños son tan poco fiables, qué pasa durante el sueño REM, cuáles son las distintas formas de ansiedad, qué efectos tiene la meditación sobre la forma de encarar los desafíos, cuáles son los distintos alucinógenos y qué le pasa a la mente cuando los consumimos, esta miniserie atraviesa algunos de los enigmas más grandes para tratar de explicar cómo funciona la mente.

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