Cinco ex ministros de Cultura de Brasil dieron a conocer el martes una carta abierta en la que manifiestan su preocupación por la forma en que el gobierno encabezado por Jair Bolsonaro desvaloriza y hostiga al sector en su país. Recordemos que como parte de su ofensiva contra lo que denomina “marxismo cultural”, el actual presidente ya había eliminado la cartera de Cultura, transformándola en una Secretaría dependiente del Ministerio de Ciudadanía.

El martes, luego de una reunión de casi tres horas, los ex ministros Francisco Weffort, Juca Ferreira, Luiz Roberto Nascimento Silva, Marcelo Calero y Marta Suplicy (titulares de la cartera de Cultura durante los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva, Itamar Franco, Michel Temer y Dilma Rousseff, respectivamente) hicieron pública una declaración que se suma a las ya publicadas por 11 ex ministros de Justicia (contra el estímulo a la proliferación de armas), por diez ex titulares de Medioambiente (contra el vaciamiento de la cartera) y seis ex titulares de Educación (contra los recortes en el presupuesto universitario) y que redondea una curiosa forma organizada de oposición al gobierno derechista de Bolsonaro y sus políticas de destrucción y desmantelamiento del aparato estatal de derechos civiles, protección medioambiental y promoción de la diversidad cultural.

La carta pública dada a conocer el martes por los ex ministros reafirma la importancia de “tres dimensiones básicas” de la cultura: la de expresión de la identidad y diversidad, la de derecho fundamental y la de vector de desarrollo económico que contribuye a la generación de empleo y renta. Expresa además su preocupación por los recortes al Fondo Nacional de Cultura y se refiere a la “demonización de las redes de incentivo” cultural, por ejemplo la Ley Rouanet. Esa ley, aprobada en 1991 para incentivar el desarrollo cultural en todo el país, permite que las empresas subvencionen iniciativas culturales a cambio de beneficios fiscales. El gobierno de Bolsonaro redujo el máximo subvencionable de 60 millones de reales a un millón.

“El pasado alimenta al futuro”, dicen los ex ministros, y recuerdan que, además de su relevancia interna, el arte y la cultura brasileña “han contribuido a la imagen positiva del país en el exterior” y son “razón de orgullo y un activo importante de la afirmación del país en el conjunto de las naciones”.