Desde que, en 1969, la BBC cometió el perfecto error de permitir la emisión de la serie de sketches Flying Circus, la humanidad conoció a un formidable ensamble de talentos que produjo algunos de los mejores momentos humorísticos del siglo pasado. Si bien podría aplicarse aquel dicho de que “el todo es más que la suma de sus partes”, algunas de las partes de Monty Pyhton son capaces de sumar por sí solas.

Terry Jones falleció este miércoles, a los 77 años, “tras una larga batalla contra la demencia”, según anunció su familia en un comunicado. Este galés, conocido por sus inolvidables interpretaciones femeninas dentro del mencionado sexteto, tuvo una carrera que sobrevivió a la separación del grupo y que dejó una huella indeleble en el mundo del entretenimiento. “Lo amé desde el momento en que lo vi sobre el escenario en el Festival de Edimburgo en 1963”, escribió Eric Idle, otro de los Pitones. “Hemos compartido con él tantas risas y momentos hilarantes arriba y abajo del escenario. Es muy triste para los que lo conocimos, pero si no lo hicieron, siempre sonreirán ante los muchos momentos maravillosamente graciosos que nos dejó”, agregó.

Esos momentos comenzaron en el Monty Python’s Flying Circus, programa televisivo que también incluía a John Cleese, Graham Chapman, Terry Gilliam y Michael Palin. Allí, además de personificar a mujeres fuertes y de voz chillona, Jones podía ser el contrapunto serio frente a actuaciones delirantes, como cuando Idle lo golpeaba con el codo y le hacía toda clase de insinuaciones sexuales (en el sketch conocido como “Nudge, nudge”).

La televisión les quedó chica, porque todavía no existían los plasmas gigantescos de la actualidad, y el grupo decidió dedicarse al cine. Jones asumió el puesto de director en sus tres títulos: Los Caballeros de la Mesa Cuadrada (1975), La vida de Brian (1979), en la que fue la madre del No-Mesías, y El sentido de la vida (1983). En este último film protagonizó una escena monumental de la comedia asquerosa, en el segmento de Mr. Creosote, un hombre mórbidamente obeso que arrasaba con el menú de un restaurante y vomitaba frente al resto de los desafortunados comensales. Su periplo culminaba de la peor manera, explotando en mil pedazos después de alimentarse más de la cuenta (debió detenerse antes de aquella menta fina como una hostia).

Entre sus trabajos como director pos-Pitón se destacan Erik el Vikingo (1989), El viento en los sauces (1996) y Absolutamente todo (2015), en la que los cinco sobrevivientes del grupo (Chapman falleció en 1989) prestaron sus voces a un grupo de alienígenas. Si no les suena esta película es porque fue muy mal recibida, en especial por ser considerada un desperdicio de talento (también fue la última actuación de Robin Williams antes de su muerte). Como guionista, se destacó por la película Laberinto (Jim Henson, 1986), esta sí recordada, en especial por las calzas de David Bowie.

Su última aparición pública había sido en octubre de 2016, pocas semanas después de que anunciara por intermedio de un representante que sufría de una clase de demencia que afectaba su habilidad para comunicarse, por lo que ya no era capaz de dar entrevistas. El mensaje surgió en respuesta a la noticia de que BAFTA Cymru (la rama galesa de la Academia Británica de Artes de Cine y Televisión) decidió otorgarle un premio especial por su invalorable contribución al medio audiovisual. El día de la ceremonia asistió junto con su hijo Bill, quien lo sostuvo mientras recibía una ovación de pie de todos los presentes. Ese es uno de esos momentos Python que humedece los ojos del autor de estas líneas con sólo traerlo a la memoria, como la interpretación de Always Look on the Bright Side of Life (de La vida de Brian) en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

Esa canción, compuesta por Idle e interpretada originalmente por un grupo de crucificados que intentaban animar a Brian Cohen (quien era confundido una y otra vez con el Mesías), parece la despedida perfecta para quien tantas veces nos hizo reír a carcajadas.

“Porque la vida es bastante absurda y la muerte es la última palabra, siempre debes enfrentar al telón con una reverencia. Olvidate de tus pecados, dale una sonrisa a la audiencia y disfrutalo. De todos modos, es tu última oportunidad. Y mirá siempre el lado bueno de la muerte, justo antes del último respiro”. Sigan ustedes con los silbidos.

Neil Innes (1944 - 2019)

No son semanas agradables para los fans de Monty Python: el 29 de diciembre había muerto el músico Neil Innes, considerado el séptimo integrante del grupo debido a sus continuas colaboraciones compositivas.

Con el pitón Eric Idle, además, Innes formó The Rutles, una banda que parodiaba (e idolatraba) a los Beatles. No solo grabaron un centenar de temas en estilo beatle, sino que hicieron varias apariciones televisivas en el programa Saturday Night Live y llegaron a filmar su propia película, la descacharrante All You Need is Cash (1978).

Activo en las redes, Innes fue en los últimos años un decidido militante anti-Brexit. Su afinada imitación de John Lennon (Nasty, en la ficción) dejó, además de sonrisas, piezas sorprendentes, como la lograda "Cheese and Onions".