Basta con que se anuncien los nominados a los Oscar, para que miles de internautas declaren a viva voz (o con mayúscula, que es lo mismo) que los miembros de la Academia están equivocados. Que las luces de Hollywood los cegaron por completo y que en el séptimo arte la democracia está sobrevalorada. El problema llega cuando cada uno de estos fiscales revela al mundo cuáles debieron ser los nominados “correctos” en las categorías más importantes, y nos encontramos con miles de combinaciones diferentes. Lo interesante estará en detectar qué nombres aparecen con más frecuencia entre los olvidados, para tenerlos en nuestro radar a la misma altura que aquellos que los Oscar (o los Globos de Oro, o los que fuera) sí recordaron.

Por ejemplo, mucho se habló de la injusticia de no haber nominado al protagonista de una película que acaba de desembarcar en Netflix y que tuvo su estreno comercial en las salas de cine de Estados Unidos, lo que la convirtió en elegible para todos estos premios. Se llama Uncut Gems (traducida con sorprendente tino como Diamantes en bruto) y es una película de suspenso y adicciones, dirigida por Josh y Benny Safdie, y protagonizada por Adam Sandler. Esperen, todavía no se vayan: es precisamente él quien, para muchos, fue ninguneado en la carrera hacia la estatuilla dorada de un pelado desnudo (figura que bien podría describir a algún personaje de las películas que Sandler encabeza).

You can do it!

Aquellos que conozcan la filmografía más simplona de este neoyorquino de 53 años se habrán cruzado alguna vez con el personaje campirano que interpreta Rob Schneider, siempre dispuesto a gritarle a Adam: “¡Tú puedes hacerlo!”. Pues bien, su colega y amigo demostró en más de una oportunidad que sí, que puede.

Alcanza con mencionar Punch-Drunk Love (Embriagado de amor, 2002), la comedia romántica escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson, en la que Sandler interpretaba a un tipo bastante más retraído que de costumbre. En la cinta se enamoraba de la compañera de trabajo de una de sus siete hermanas (Emily Watson) y era extorsionado por el dueño de una línea erótica (Philip Seymour Hoffman). No tardaría en volver a sus raíces ordinariotas, pero periódicamente nos recuerda que también es capaz de interpretar papeles serios.

En esta oportunidad se despacha con una de sus actuaciones más atrapantes, disfrutables e hipnóticas. Sí, incluso más que el jugador de hockey con problemas de ira que terminaba triunfando como golfista en Happy Gilmore, (Dennis Dugan, 1996). O su doble papel de mellizos en Jack and Jill (Dennis Dugan, 2011).

Aquí Sandler se transforma en Howard Ratner, un joyero del Distrito de los Diamantes en Manhattan, uno de los puntos más populares de compra y venta de alhajas y piedras preciosas de Estados Unidos. Un rol que en sus momentos más enérgicos recuerda a Al Pacino, quien (precisamente) había hecho de sí mismo en la mencionada Jack and Jill.

This is how I win

La vida de Howard dista de ser perfecta. En pocos minutos descubrimos que debe bastante dinero a un prestamista con vínculos familiares y que, para colmo, tiene problemillas con las apuestas deportivas. Sin embargo, su suerte parece cambiar con la llegada de una piedra de ópalo negro sin cortar, cuyo valor sería suficiente para cubrir deudas y jugarle unos dólares a algún pingo que llegara a ser fija el domingo.

Las primeras pinceladas de los Safdie nos recordarán los minutos iniciales de Snatch: cerdos y diamantes (Guy Ritchie, 2000), aunque en aquella oportunidad la acción se desarrollaba en Amberes, Bélgica. Aquí también habrá cámaras de seguridad, puertas blindadas y mucho dinero en juego.

El McGuffin, o la excusa en Snatch, era un diamante de 86 quilates; aquí será el ópalo negro. Y en lugar de un perrito que se lo traga por error, el personaje que desarrollará un vínculo más cercano con la piedra será el basquetbolista profesional Kevin Garnett (interpretado a la perfección por el basquetbolista retirado Kevin Garnett).

Uncut Gems se desarrolla en 2012, cuando Garnett formaba parte del plantel de los Boston Celtics y se encontraba disputando las semifinales de Conferencia de la NBA contra los Philadelphia 76ers. Garnett-personaje estará convencido de que el ópalo negro es fundamental para alcanzar sus objetivos deportivos, y esto complicará los planes de Howard.

No es que necesite ayuda para complicárselos: este malhablado y mujeriego vendedor de bling bling vive en una calesita financiera que gira a miles de kilómetros por hora, y Arno, el dueño del parque de diversiones, ya se está cansando de fiarle tantos boletos. El papel de Arno está en manos (y resto del cuerpo) de Eric Bogosian, quien en la serie Succession interpreta al candidato presidencial ligeramente inspirado en Bernie Sanders. Por si te faltaban excusas para ver Succession.

I disagree

En 135 minutos y gracias a 408 variantes de la palabra fuck, conoceremos este mundo en el que se vende lo que no se tiene y se promete lo que difícilmente se podrá cumplir. En el que los objetos prestados no se guardan en la caja fuerte, sino que se llevan a la casa de empeños para contar con unos dolarcillos mientras tanto. Y en el que la adicción a multiplicar el dinero prediciendo las alternativas de un partido de básquetbol puede ser más fuerte que la heroína o que una pistola en la sien.

Este pasamanos de emociones (y de objetos valiosos) incluye varios momentos de humor, pero todos con el mismo frenesí con el que Howard vive entre apuesta y apuesta. Como el autobús de Máxima velocidad (Jan de Bont, 1994) o el cuerpo de Chev Chelios en Crank (Neveldine & Taylor, 2006), uno intuye que algo va a explotar si la velocidad llega a disminuir.

Finalmente, Adam Sandler no formó parte del quinteto de nominados, en un año con grandes actuaciones, pero uno puede imaginar a su Howard Ratner poniendo unos cuantos miles de dólares a Joaquin Phoenix. Combinado con otros ganadores, porque el Oscar de Phoenix paga muy poco dinero.

Diamantes en bruto (Uncut gems). Dirigida por Josh Safdie y Ben Safdie. En Netflix.