Cuarenta años después de que Pablo Picasso pintara Las señoritas de Avignon y cambiara las referencias de la pintura, en esta ciudad francesa se creaba el Festival de Avignon, uno de los esperados encuentros internacionales que reúne decenas de espectáculos de artes escénicas, música y artes plásticas, transformando a su patrimonio arquitectónico en distintos lugares de representación.

Para esta edición, que se espera poder realizar entre el 3 y el 23 de julio, se seleccionó Cuando pases sobre mi tumba (https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/8/heroes-del-exceso-con-el-director-y-dramaturgo-sergio-blanco/), de Sergio Blanco, como parte de la programación oficial. Esta obra, interpretada por Alfonso Tort, Gustavo Saffores y Enzo Vogrincic, se estrenó en 2019 en el teatro Solís, y se convirtió en una nueva puesta de Blanco que explora el cruce de relatos reales y ficcionales, luego de Tebas Land (2013), Ostia (2015), La ira de Narciso (2015) y El bramido de Düsseldorf (2017).

Esta vez, el dramaturgo homenajea al Frankenstein, de Mary Shelley, y celebra al héroe romántico, cruzando eutanasia y necrofilia en una clínica de lujo y un hospital psiquiátrico. Como parte de la apuesta, decidió escribir el texto en manuscrito, ya que para él la escritura también es un trabajo físico y corporal, además de intelectual. Como le decía a la diaria en su momento, “quería escribir como se escribía la gran literatura, y por me gustaba imaginar cómo escribirían Shakespeare, Marlowe, Lope de Vega, Milton, Sor Juana Inés de la Cruz. Quería ir a esa escritura nocturna, al trabajo en papeles. La cosa más orgánica y primaria de la escritura”.

Para Blanco, el proceso de escritura se acerca a un suicidio permanente, siempre validado por seres atormentados, por personajes que “salvan de la vida aburrida y tediosa”. Que “rompen las reglas”.