Ayer falleció el cantante, compositor y guitarrista bahiano Moraes Moreira (Antonio Carlos Moreira Pire), conocido como uno de los íconos de la música popular brasileña (MPB). Durante su adolescencia, Moreira aprendió a tocar el acordeón y la guitarra clásica, y se acercó al rock cuando se instaló en Salvador de Bahía (creció a unos 500 kilómetros al sur) y conoció a Tom Zé, que aceptó darle clases gratuitas de guitarra. Allí también se vinculó con los músicos (Baby Consuelo, Pepeu Gómes, Paulinho Boca de Cantor y el poeta Luiz Galvão) con los que luego, en 1969, fundó Novos Baianos, el grupo apadrinado por João Gilberto que marcó a varias generaciones de músicos brasileños con su cruce de samba, rock, psicodelia y choro, y que inspiró a agrupaciones como Tribalistas y Orquesta Imperial con su modelo de organización horizontal.

La banda lanzó su primer LP en 1970 (É Ferro na Boneca), y tal como muchos artistas nordestinos pronto se mudaron a Río de Janeiro, donde fundaron una comunidad hippie. La historia cuenta que a Gilberto le encantaba ir a visitarlos, y su influencia generó que el rock cediera lugar a la MPB. De hecho, fue el mentor de su segundo álbum, Acabou Chorare (1972), que se convirtió en un clásico del cancionero brasileño, y fue el que sugirió la samba que abre el disco, “Brasil Pandeiro”, además de inspirar, con su bossa nova, al tema que da nombre al álbum. “Acabou Chorare” estuvo entre las canciones más escuchadas de Brasil durante casi ocho meses, aunque el mayor hit fue “Preta Pretinha”. Hace unos años, cuando la Rolling Stone de Brasil reunió a 60 expertos, entre académicos, productores y periodistas musicales, Acabou Chorare fue elegido como uno de los 100 discos más influyentes de la música brasileña.

En 1975 Moreira decidió abrirse del grupo –que se mantuvo hasta 1979– para comenzar su carrera en solitario, durante la que editó una veintena de discos, en los que continuó con el cruce de géneros como samba, choro, frevo, baião y rock.

Lamentando su partida, ayer Gilberto Gil le dedicó unos versos, junto a una fotografía posando juntos: “Menino do sertão da Bahia, / Ouviu encantado a música do mundo / e fez dela seu universo expressivo. / Deixa saudade e uma grande obra”, escribió la estrella del tropicalismo.