“Si estaremos jugados que somos los primeros que vamos a animarnos a hacer esto”, dice Christian Cary, cantante, guitarrista y cabeza creativa de La Triple Nelson. En medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus, que ya lleva tres meses, el power trío de rock uruguayo se embarcó en un novedoso proyecto: un recital transmitido por streaming pero no desde una casa o un estudio, sino desde Sala del Museo, con todos los chiches técnicos propios de un recital de la “vieja normalidad” –lo que incluye el cobro de entrada, a $ 535 por Redtickets–, que será el viernes a las 22.00.

Cary cuenta que, como todos los músicos, están sin trabajo, entonces empezaron a pensar cómo “reinventarse”. El guitarrista fue uno de los tantos que arrancaron, allá por marzo, a hacer transmisiones en vivo, desde su casa, que tituló Antivirus. En algunas contó con invitados, como Lucas, su hijo –que también canta y toca la guitarra–, y Emiliano Brancciari, líder de No Te Va Gustar –también desde su casa–.

Los primeros lives de Cary fueron gratuitos, y luego empezaron a ser a voluntad: el que quisiera hacer un aporte, pagar “una especie de entrada”, bienvenido. Entonces, el cantante empezó a pensar qué podía hacer con su banda, ya que el 3 de junio tenían fecha para presentar el nuevo disco en la sala principal del Auditorio del SODRE. Obviamente, el show se suspendió y también el lanzamiento del disco. Pero dieron con la plataforma recitalesapp.com, en la que van a transmitir el recital.

“Al ser el primero en el que vamos a cobrar una entrada y hacer un show como si fuera profesional, con las mismas condiciones de audio, video, luces y escenografía, tiene toda una vuelta artística pensada. No es un live como los que hago en mi casa. La gente va a entrar –desde su hogar– a ver un show de La Triple Nelson como cuando va a un teatro, y eso implica mover todo el equipo técnico”, destaca el cantante.

Cary dice que la gente empezó a comprar entradas hace varios díasm y eso es fundamental para poder realizar el show y mover a todos los técnicos que requiere una presentación. De todos modos, aunque es algo nuevo y son los primeros en hacerlo en Uruguay, el cantante confiesa que tienen la misma incertidumbre sobre la convocatoria y lo que puede pasar que cuando hacían un show normal en el teatro Solís o el Auditorio del SODRE antes de la pandemia.

Subraya que la situación actual para los músicos es compleja, y también para toda la gente que trabaja junto a la banda, que el público no ve en el escenario, ya sea técnicos, sonidistas, iluminadores o mánager. “Entonces, dijimos: ‘Algo tenemos que hacer para empezar a mover esta estructura, porque así como trabajamos nosotros le damos trabajo a un montón de gente, que está hace tres meses sin trabajar, igual que nosotros’. Es como una especie de inversión de todos: estamos todos trabajando para esto, sabiendo que está el riesgo, pero la idea es que a todos nos vaya bien y que todos puedan cobrar su caché”, dice Cary.

Colabore, colabore

Además del toque, para terminar el nuevo disco la banda incorporó el crowdfunding. Es un método de financiación que ya ha sido utilizado por varios músicos en nuestro país, por el que los fans del grupo pueden colaborar con aportes que van desde $ 250 a $ 45.000, con recompensas que van desde discos de regalo y entradas para shows a compartir una prueba de sonido con acceso al backstage (para más información: https://colectate.com.uy/colecta/participar.php?ID=10553).

Cary cuenta que el nuevo disco lo terminaron de grabar en diciembre y venía bien encaminado. Él grabó todas las voces en febrero, “en tiempo récord”, y ya estaban en las gateras, por largarse a mezclar el disco, pero se vino lo que todos ya sabemos. “Y nos cortó todo, porque el 3 de junio tendríamos que haber tocado en la sala grande del SODRE, la que es para cerca de 2.500 personas, y con eso pensábamos financiar el disco. Era toda una calesita que habíamos pensado”, cuenta.

Así las cosas, mientras intentan reprogramar la fecha del Auditorio –están tratando de que sea para diciembre, pero quizás quede para 2021–, tuvieron que cambiar también todo el proceso del disco, que Cary ya se anima a decir que será el último que lance la banda en formato físico. Pero no porque a los muchachos de La Triple Nelson no les gusten los CD, sino porque hace rato que la industria musical se enamoró del streaming. Cary todavía guarda amor por el viejo formato, como demuestra una anécdota reciente:

“Yo soy amante del CD, me gusta la calidad que tiene y me gusta escuchar en ese formato. Hace unos días se me rompió la radio del auto, fui a comprarme una y me dijeron que no había más con lector de CD, y la que había era más cara. Bueno, me compré la más cara. Uso Spotify, Youtube y distintas plataformas para escuchar música, pero la calidad es otra”.

La duración del show será de una hora y media, más de lo que suele ser lo común para toques de streaming hogareños. Y, de yapa, una hora antes del arranque, a las 21.00, la banda va a estar disponible para una charla virtual con sus seguidores, que mediante las redes podrán enviarles preguntas, pedidos de canciones o lo que les parezca. “Les vamos a estar contando lo que van a ver y vamos a charlar con la gente, interactuando con el público. El show será en vivo 100%, no habrá nada grabado. Es un experimento que vamos a hacer y creo que es necesario, no sólo ahora, sino también en el futuro”, apunta Cary.

El cantante explicó que, por ejemplo, una sala como la Zitarrosa, que tiene cerca de 500 butacas, en la “nueva normalidad” pasaría a tener habilitadas sólo 130, por lo tanto, a los artistas se les complicaría armar un espectáculo, con todas las cuestiones técnicas, y solventarlo únicamente con esa cantidad de entradas. Por lo tanto, piensa que en el futuro los recitales serán una mezcla de show en vivo con público y transmisión por streaming. “Hay gente que nos está comprando entradas desde el exterior, que nunca vio a La Triple Nelson, y más allá de que no va a ser un show presencial, va a ser en vivo”, subraya.