“La idea es despuntar el vicio, porque pasamos muchos meses sin tocar”, dice Fabián Furtado, cantante y compositor de la banda de metal Rey Toro, que ya lleva más de 20 años de carrera y cuatro discos (tres de estudio y uno en vivo). Fue justamente repasando esos discos que cayeron en la cuenta de que había varias canciones que hacía demasiado tiempo que no tocaban, entonces, a los integrantes de la banda se les ocurrió “presentarse a la caterva” pero con algo diferente: I, II, III... probando.

Así se llama el ciclo en el que la banda dedicará cada noche a uno de sus tres discos de estudio, que son ‒al mejor estilo Led Zeppelin‒: I (2003), II (2009) y III (2015). La triple cita metalera tendrá lugar hoy, mañana y el sábado en Sala del Museo, con entradas por Abitab y protocolo de “nueva normalidad” (platea con mesas a 665 pesos).

Además, cada disco se mechará con otras canciones y también habrá adelantos del próximo álbum. El show contará con dos partes, algo que la banda instauró hace años, “para que la gente pueda salir a fumar”. La lista de canciones de un show común de Rey Toro es de una veintena, y en sus tres discos hay un total 42, por lo que obviamente más de la mitad siempre queda afuera, y algunas no se tocan en vivo desde hace 15 años. Por eso al grupo le pareció una buena idea rescatar algunas, como “Callen al rey”, del primer disco, y “Mákina”, del segundo.

Esto implicó que la banda volviera a escuchar sus discos y a recordar cómo tocar aquellas canciones que hace demasiados años que no ven la luz de un escenario. Ese ejercicio a Furtado le dejó un buen sabor de boca, por haber escrito canciones como “Peste”, incluida en el álbum debut, ya que demuestra que no estaban “tan equivocados”: “Peste, / peste otra vez. / Pensar que estabas bien / y ahora vas a morir. / Peste, otra vez. / Pensar que estaba bien / y ahora voy a morir yo también”.

Lo mismo corre para “Cadáver”, del segundo disco: “Bioterror, peste para los mortales. / Eliminación sin compasión. / Ya mi sangre se mezcló, / no seré más un cadáver. / Tengo que encontrar el antídoto, inyección / que calme este dolor”. Furtado señala que la relectura de esas canciones le dan “otro gusto, otro vuelo”, y también los hacen sentir bien porque las pueden contrastar con las que terminaron de componer ahora, que van formar parte del próximo disco, que grabarán a principios de 2021.

Hablando de peste: Furtado dice que la pandemia de coronavirus le afectó, como a todos los músicos, por la suspensión de una gira que tenían programada por Argentina y Brasil. Pero por lo demás no le modificó demasiado. “Yo no sentí mucho la pandemia porque vivo de cuarentena. Estoy en mi casa, en Parque del Plata, tranqui, con mi mujer y los perros. No tengo mucho roce social”, confiesa. Además, el cantante no vive solo de la música, ya que hace cartelería, pintura de murales y algo de carpintería. “Siempre me revuelvo”, acota.

“Pogo mental”

El primer álbum del grupo salió en 2003, un año particular para el rock uruguayo, porque fue cuando empezó la ebullición del género de la mano del primer Pilsen Rock y de bandas como La Vela Puerca y No Te Va Gustar, que musicalmente no tenían mucho que ver con el metal directo al pecho de Rey Toro. Más adelante, las ediciones del festival cervecero de 2007 y 2009 los tuvieron en cartel. Furtado recuerda que arrancaron con la banda en 1999, cuando estaba todo “muy quieto”, y su propuesta “si bien es un metal propiamente dicho, también tiene muchos tintes de rock”, y como es en español “también se puede meter en el rock nacional”.

“La movida fue esperar a que bandas empezaran a confiar en nosotros y a querer tocar con nosotros, fuera de lo que es el metal, porque estaba muy chata la cosa. Chopper había dejado un espacio. Hubo bandas como Herrumbre que empezaron a tocar, pero no se puede tocar siempre con la misma banda. Entonces, empezamos a hacer algunos ciclos que fueran solamente de la banda, o sea, producir nuestros propios shows. Porque de esa manera no le dábamos de comer a cualquier pelotudo de turno, que los hubo, y muchos, y más en esa época, porque todos los piolas salían con el calderín”, agrega.

Si bien han participado en festivales masivos, el cantante dice que el metal “es un verdadero gueto”, y como es parte del under “entran todos”, por eso no se hace drama. “Hay gente que va y viene, y también que lo toma como moda de verano. Pero yo considero que es la música más completa: tiene tintes clásicos, mucho para decir, buenos cantantes. Me gusta el peso que tienen las guitarras, me gusta que te sacudan. Pero no vivo del metal, obviamente. Hoy me levanté con Los Chalchaleros”, cuenta.

En relación a sus gustos metaleros, si tuviera que elegir cinco discos clásicos del género ‒y no tanto‒, Furtado va por Ace of Spades (1980), de Motörhead, Painkiller (1990), de Judas Priest, Fly on the Wall (1985), de AC/DC, Electric (1987), de The Cult ‒aclara que si bien no es de metal, sino de hard rock, le “parte la bocha”‒, y finaliza con The Number of the Beast (1982), de Iron Maiden.

Por último, sobre el ciclo de toques que empieza hoy, el cantante les dice a los seguidores de Rey Toro: “Vayan todos de negro y con ganas de agitar desde sus mesas. Exhortamos a que vayan en un plan pogo mental, para hacer las cosas bien”.