Mientras cosía las camisetas del equipo y sus hijos ensayaban nombres improbables, María Mincheff (abuela de Jorge Lazaroff) propuso que el club se llamara Danubio, como el río. Casi un siglo después, y a unas cuadras del estadio María Mincheff de Lazaroff, la familia de Curva de Maroñas vuelve a ser celebrada con la sala Jorge Lazaroff, que se inauguró este fin de semana, dentro del intercambiador Belloni.

Hay un concepto de Lauro Ayestarán al que se vuelve siempre: el musicólogo planteaba que un país sólo se define por lo que produce y crea, no por lo que consume. Desde esa creación, los textos y la obra de Jorge Lazaroff marcan un hito importante. “[T]al vez no sea todo tan temible y fiero, pero personalmente pienso que el tiempo pasa, señores, y el sistema nos carcome poco a poco y nos va poniendo viejos, reviejos, inútiles”, desafiaba el Choncho en La Tuba, a fines de 1985. Sus advertencias y su memoria se mantienen vivas, interpelando al presente. Eso lo demuestra el libro Escritos, que Graciela Paraskevaídis recopiló en 2014, y lo confirman los textos que se leen en los camarines de la sala. Este espejo en el que identificarnos y reconocernos hoy dialoga con el barrio, con la política de ofrecer un espacio que lo defina, lo acerque a espectáculos, a artistas desconocidos y a colectivos de la zona.

Con 160 butacas, la sala Lazaroff sorprende con una propuesta bellísima y armónica, y ofrece una programación que abarca teatro, música y cine.

Muchos años antes de que surgiera la idea del intercambiador, el poeta Elder Silva, que dirigió durante 18 años el teatro Florencio Sánchez, en el Cerro, propuso hacer una sala en la zona de 8 de Octubre y José Belloni. Cuando ya estaba construida la terminal, lo que en un principio se pensó como sala de conferencias derivó en una sala de espectáculos por demanda de los vecinos, y por el diálogo que mantuvieron el programa Esquinas y el Municipio F.

“El nombre surgió por los intercambios entre talleristas y el gestor cultural del programa, Martín Grosso, y el estrecho vínculo de la familia Lazaroff con Danubio y el barrio”, cuenta Antonio Salgueiro, director de la sala, y agrega: “De hecho, la familia ha sido muy generosa con nosotros. Ahora, cuando estuvimos rastreando una foto antigua del Choncho que se utilizó para una publicación de La Tuba [revista que editaba el Taller Uruguayo de Música Popular], nos ayudó a ubicarla y la vamos a exhibir en la pared de entrada”.

Dice que ya se han acercado grupos y músicos del barrio vecino de Villa García, y se han sorprendido, con alegría, al descubrir una sala así en su zona. “Acá se hacen festivales generalmente al aire libre, y esta es una infraestructura única en todo el municipio”, plantea, y por eso cree que debe abarcar distintas disciplinas y abrir el juego de propuestas artísticas. “El esquema original es proyectar cine los jueves, trabajando con Montevideo Audiovisual, que, junto a otras salas municipales como la Terminal Goes, el complejo Sacude [ubicado en Casavalle], el Florencio y la sala Zitarrosa, ya instaló un circuito de películas nacionales o ciclos temáticos al que nos sumamos”. También habrá días dedicados a espectáculos musicales y teatrales.

Teatro en Peñarol

Hoy se inauguran las obras del teatro del Centro Artesano de Peñarol, que comenzará a funcionar en 2021. Se trata de la tercera sala más antigua del país, luego del Solís, en Montevideo, y el teatro Larrañaga, en Salto, que se fundó en 1891, junto a la estación de tren. Luego de estar cerrado durante décadas, este espacio que ofreció espectáculos de zarzuela, murga, cine y distintas expresiones culturales, volverá a convertirse en un lugar de encuentro, y ya podrá ser visitado durante el fin de semana del Patrimonio, el 3 y 4 de octubre.

Más caras

El viernes, la inauguración fue con un cuarteto de cuerdas de las orquestas juveniles del kilómetro 16 y Flor de Maroñas, interpretando música popular (entre los temas, versionaron “Baile de más caras”), y la proyección de La tregua, una copia restaurada de la película de Sergio Renán que, en 1974, y con un elenco integrado por Héctor Alterio, Ana María Picchio, Oscar Martínez y Norma Aleandro, se convirtió en la primera nominación al Oscar de una película en español.

Antonio Salgueiro en la Sala Jorge Lazaroff.

Antonio Salgueiro en la Sala Jorge Lazaroff.

Foto: Sandro Pereyra

El sábado se presentó Eduardo Larbanois junto al bandoneonista Leonel Gasso, en el marco de Fortalecimiento de las Artes, y el domingo, Noelia Campo con La bailarina de Maguncia.

Salgueiro explica que durante setiembre y octubre la sala mantendrá esta dinámica de entrada libre con reserva, y propuestas de teatro, música y cine. “Ya en noviembre la idea es comenzar con la venta de entradas, y empezar a habilitar colectivos o circuitos de artistas locales que están interesados en utilizar la sala, ya que para nosotros se trata de una primera finalidad. En esa línea, noviembre va a cerrar, por ejemplo, con un encuentro de break dance de un colectivo de la Curva de Maroñas. De modo que alternaremos propuestas que habitualmente son parte del circuito centralizado con contenidos más locales: ya que uno de los principales objetivos de la sala es, por un lado, acercar contenidos que habitualmente están en la centralidad de Montevideo, y, por otro, que los artistas locales tengan su espacio. Ahí está nuestro desafío; hallar el equilibrio y que la comunidad se apropie del espacio. Que lo viva como una celebración propia”.

Entre las particularidades de la sala, el director destaca la ubicación. “La sala tiene una gran ventaja, el intercambiador: estamos en una terminal de ómnibus, de modo que si querés llegar desde el centro o desde Villa García (que tampoco es cercano, porque este municipio es muy grande), te bajás acá. Es muy accesible”, señala. Y enfatiza la política que desarrolla la comuna: “La Intendencia tiene una mirada que apunta a la descentralización, y, en este municipio, junto a esta sala, hace una semana se inauguró un gran centro cultural a 15 cuadras, el Crece de Flor de Maroñas”, ubicado en un conocido edificio, inspirado en la arquitectura de Eladio Dieste. “La modalidad de gestión es igual a la del Sacude, porque es cogestionado entre vecinos y la Intendencia, pero es único en cuanto a infraestructura”, explica. “Y, junto con el teatro del Centro Artesano, de Peñarol, que se abrirá en breve, se consolida una red de salas que impulsa el programa Esquinas en conjunto con cada municipio. De modo que entre la terminal Goes, Peñarol, el Florencio ‒que tiene otra trayectoria‒ y nosotros, se consolida un circuito, y se amplía el margen de gestión para la circulación de artistas. Estamos muy entusiasmados”.

Programación

Por la particularidad demográfica del municipio, los contenidos de la sala también apuntarán a adolescentes y niños, y contará con una programación infantil estable. Los detalles de la programación se pueden consultar en su página de Instagram y Facebook, y las reservas se hacen por correo ([email protected]), o al teléfono 1950 9075, ya que mantienen un aforo reducido.

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