“Cuando conocí a Analía le dije: ‘Tengo un amigo con el que te vas a llevar muy bien’. Y viceversa, cuando estuve en Uruguay le dije a Fabricio: ‘Tengo una amiga que te va a encantar conocer’. Sobre todo, y por lo que hoy estamos acá, es que tienen una música en común”. Así de simple puede ser la génesis de un proyecto artístico, un enlace arbitrario que, macerado por el tiempo y otras causalidades, deviene creación y finalmente un producto concreto, en este caso, un álbum de música.
La violinista rosarina Analía Camiletti y el músico oriundo de Salto Fabricio Panki Breventano se conocieron por intermedio de la bailarina y amiga en común Natalia Mazza. El resultado casi inmediato de aquella yunta fue una gira por gran parte del continente: Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, además de Uruguay y Argentina. La convivencia rodante consolidó un estilo de canción que tiene como punto de partida el tango, pero que abreva también de otros caudales como el vals o el bolero, en definitiva, músicas populares de estas comarcas y un poco más allá, músicas orilleras y mestizas, apareadas en las fondas portuarias.
Luego de la recorrida continental la pandemia los encontró en la ciudad de Rosario. Durante la cuarentena empezaron a maquetar canciones que compartían una “sonoridad de madera” producto del cruce del violín y la guitarra. “La del 20”, una de las maquetas, terminó en el Premio Ibermúsicas a la Creación de Canciones 2020 y resultó ganadora. Y así, con el empuje de la distinción, tomaron la plata del premio, juntaron una barra de músicos rosarinos y se zambulleron en los estudios Penny Lane para grabar Linya.
“Qué te pasa, man, que me llamas como un can / Es que acaso no me ves, que también tengo dos pies / Soy bípeda amante y, aunque ya lo dijeron antes, / Te miro a los ojos y pido y grito: / Basta de violencia paralizante”. El disco abre con el valsecito “La espantada”. Camiletti canta sin afecciones, sobre las guitarras de Breventano, Marco Bortolotti y Sebastián Teglia, la semblanza feminista que retomará en “Avisá” y que resume el punto de vista de todo el álbum: un aquí y ahora barrial. La presentación del Panki cantor es con “La del 20”, un paralelismo de nuestra década con la de hace un siglo, con el humor y la imposta que caracterizan al músico salteño. “Como que no puede dejar por fuera lo actual, tiene esa cosa de que siempre está hablando de lo que está pasando y desde un lugar de loco de pueblo”, dice Teglia. Tal vez el mejor ejemplo de esta afirmación sea la “Milonga para Clint Eastwood” –ganadora del Premio Nacional de Música 2020–, en la que Breventano, acompañado por los afilados violines de Camiletti y Briseida Alejo Ortega, relata la vida en tiempos de tapabocas: “Barbijo, no se entiende lo que digo / y he logrado más amigos, / soy más fácil de bancar / y en la calle voy haciéndome acertijos, / charlando conmigo mismo / y nadie se enterará”.
El dúo se reparte las autorías excepto por “Roquestar”, de Álvaro Ubiría, cuarto surco del álbum; las vicisitudes de un músico que debe asumir que “ya pasó tu cuarto de hora” y debe “arrancar pa’ las ocho horas”, como afirma Breventano, un tango que “entra bárbaro en este disco”. “Chamba”, tango en el que participa el sexteto… esa diablura, es la única coautoría y relata parte de la experiencia por Ecuador, donde había que procurar una chamba, un guille o una changuita para sobrevivir. Esta y el resto de las expresiones lunfardas aparecen reunidas en un glosario como parte del arte del disco; así sabemos que “pique” es una palabra usada en Uruguay “entre trabajadorxs de la música refiriéndose a trabajo. ‘Me salió tremendo pique en Carnaval’”, o que “te la chantaste” es una expresión argentina “que describe la predilección por los excesos de escabio y ‘etcéteras’ dando como resultado una tremenda resaca”.
La orquestación suena amalgamada en todas sus variantes y cada colaboración potencia la obra, como las voces de Lucía Cerfoglio y Carolina Ciani en el bolero “LA”, que le dan sabor caribeño a esta oda al autocultivo. En una entrevista en el periódico Página 12, Breventano afirmaba: “Hay un germen muy lindo, porque yo vengo de la guitarra, de la escuela de haber aprendido con los viejos que tocaban con Zitarrosa. Hubo una transmisión oral de un sonido, pero no tenía la experiencia de grabar como lo hice en este disco, con piano, violín, bandoneón, con instrumentos de una sonoridad más de orquesta”. El telón de Linya cae con el instrumental “Arc”, una especie de milonga de cuna beatlera, en la que se lucen el violín, las guitarras y esa sonoridad de madera desde la que partió el proyecto y que empapa todo el álbum.
“Es el cruce entre linyera y ninja”, explica Camiletti sobre el nombre del trabajo. Dos personajes, uno tan local y costumbrista, otro tan pop y global. A la vez, dos vocablos que pueden ser entendidos como coordenadas temporales que se cruzan como en sus tangos, con respeto por las formas musicales, por el yeito, pero con la naturalidad de lo contemporáneo. En este sentido, la propuesta conserva lo reo del tango original pero carece de la solemnidad que sigue aún vigente en algunos reductos del género. Como sugiere Alejo Ortega, es un “punk tango [...] tienen esto de transgredir, tanto criticando la sociedad como compartiendo sus vivencias”.
Las estampas de Camiletti Breventano representan un tiempo y una manera de vivir el tango. Vivirlo y hacerlo vivir. Son pequeños cuadros de costumbres, crónicas de época, como las Aguafuertes porteñas de Roberto Arlt o las milongas picarescas de Alberto Mastra. No tienen pretensiones aleccionadoras ni concluyentes, pero como dice el guitarrista Julián Cicerchia, es un “reírse de eso que sucede, pero reírse también un poco te pica eso de lo que te estás riendo, porque es una gran verdad”. Linya se suma a la rockola donde conviven el Cuarteto Ricacosa, Maia Castro, Caníbal Troilo, Mala Junta, entre otros tantos artistas que están nutriendo el cancionero del tango uruguayo. A la vez, es una nueva oportunidad de escuchar el trabajo del Panki Breventano –quien editó en 2018 el ecléctico Popular–, un músico que, ya sea en Salto, en Montevideo o en Rosario, siempre llega a buen puerto.
Linya. Camiletti Breventano. 2021. Disponible de manera parcial en plataformas. Se puede adquirir a través de [email protected]
Gira Linya
6/11 Salto - Sala Asdemya
16/11 Montevideo - La Cretina
19/11 Mercedes - Anyway Bar
20/11 Colonia del Sacramento - Pasaje Las Flores
24/11 Montevideo - Varieté del Dúo Deno
25/11 Marindia - Tranquilo Nosotros Bar
28/11 Montevideo - Teatro Florencio Sánchez
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