Los autores de libros cobran regalías cuando se venden en librerías tradicionales o se prestan en bibliotecas, pero hasta ahora no recibían dinero cuando un ejemplar era vendido por segunda (tercera, cuarta) vez en una librería de usados.

En Reino Unido esto está cambiando, gracias a la iniciativa de William Pryor, dueño de Bookbarn International, en Sommerset. En 2015 tuvo la idea de pagar los derechos de autor en la venta de libros usados, pero sabía que necesitaba que otros comercios similares adoptaran a la propuesta.

Fue así que se sumó World of Books Group, que se identifica como la cadena de libros usados más grande de Reino Unido, y junto a Bookbarn creó AuthorSHARE, un fondo de regalías que en su primer año juntó 200.000 libras (más de 280.000 dólares).

“Como escritor y fundador de Bookbarn me desconcertaba que los autores, las personas que crean el material de nuestro negocio, no se estuvieran beneficiando”, dijo Pryor a The Guardian. “Esto se trata de darles a los autores el reconocimiento por el valor de sus creaciones, y espero que otros comercios del ramo se unan a nosotros en esta iniciativa voluntaria innovadora”.

Con AuthorSHARE, los autores cobrarán cada vez que uno de sus libros sea adquirido en los sitios web de ambas librerías, con un tope de 1.000 libras (1.400 dólares) anuales.

En octubre se realizarán los primeros pagos por intermedio de la Sociedad de Autores (SoA, por sus iniciales en inglés) y la Sociedad de Derechos y Recaudación de Autores, entidades que cruzarán la información y pagarán a los autores en forma semestral. El sobrante de las 200.000 libras recaudadas será donado al fondo de contingencia de SoA.

“El valor de un libro va más allá del valor del papel en el que está impreso, así que es muy bueno ver cómo los creadores originales verán algún beneficio cuando su trabajo encuentra un nuevo lector”, dijo Joanne Harris, autora de la novela Chocolat y presidenta de SoA. “Es una época exigente en lo económico para muchos autores. Ahora más que nunca, los ingresos secundarios de préstamos en bibliotecas, copias y ventas de usados pueden sumarse para ayudar a que una carrera creativa sea viable desde el punto de vista financiero”.