Debido a la caída de casos diarios de covid-19 experimentada en las últimas semanas, el gobierno emitió un decreto para informar que “se entiende oportuno disponer gradualmente la apertura”, a partir de este lunes, de las actividades que se encontraban suspendidas.
Entre esas actividades se incluyen los espectáculos públicos, y entre ellos el teatro, así que la diaria conversó con referentes del sector para saber cómo les cayó el anuncio de un eventual regreso a las tablas.
“Lo recibimos con agrado. Porque de hecho, a pesar de todo lo que está pasando, poder abrir es nuestra meta permanente”, dijo Juan Graña, administrador y directivo del Teatro Circular. En cuanto a la cartelera, la sala tenía dos títulos “muy importantes” para estrenar el año pasado: Ricardo III, de William Shakespeare, y Cock, de Mike Bartlett, pero, “con los cortes, es muy difícil hacer una planificación exacta” de cuándo será la fecha de estreno. “Estamos evaluando entre setiembre y octubre, por la cantidad de gente que trabaja y las distintas situaciones internas que tienen los elencos”. Mientras tanto, el Circular recurrirá a una “subprogramación”, en palabras de Graña. Además del ciclo acústico de mujeres cantantes, que había quedado inconcluso, estará Mirame que nos miran, de Julieta Lucena. “Es una comedia liviana, fresca, juvenil, que tuvo una buena comunicación con el público”, y podría estar en cartelera el 17 de julio.
En el teatro El Galpón ven las cifras de la pandemia con optimismo, pero avisan que seguirán manejándose con la misma independencia con que reclamaron la reapertura y con la que, luego, decidieron permanecer con la sala cerrada en el momento de más contagios. Para Héctor Guido, director de la institución, el regreso presenta muchos problemas. “La apertura implica tener fondos para producir teatro, para ensayar, para retomar a los compañeros trabajadores que están en seguro de paro. Retomar un presupuesto que tiene un teatro como el nuestro”. Y explica que “la apertura de las salas debería ir acompañada de medidas que nos ayuden a esa apertura”. De todos modos, toma el anuncio como “una muy buena noticia desde el punto de vista laboral y de sobrevivencia. Es una gran alegría decir que podemos volver a ensayar, volver a vernos en un escenario y tener una vida social”. Sin embargo, aclara: “Hay una gran diferencia entre poder trabajar y poder vivir. Nos han habilitado trabajar; no nos han dado las condiciones para que poder trabajar sea sustentable”. Por último, en cuanto al regreso propiamente dicho, dice que “si hace un año nos faltaba un mes para estrenar, hoy tenemos que trabajar un mes y medio para retomar. Y tener el dinero suficiente para poder encarar las producciones”.
En la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI) también hubo sorpresa. “Habíamos hablado con algunas autoridades y nos habían dicho agosto y setiembre”, dijo su presidente, Washington Sassi. De paso, fue irónico sobre el texto del decreto: “A nosotros ni nos nombraron, estamos dentro de espectáculos públicos”. Al igual que la mayoría de los consultados, Sassi se refirió a la intención expresada por el gobierno de llegar a 50% del aforo en los próximos meses. “Hay que ver qué cosas exige ese 50%. Si va a tener algo que ver el pase verde, no sabemos. Son todas incógnitas. Escuché el otro día que las farmacias van a empezar a hacer hisopados y van a cobrar alrededor de 400 pesos. Ese es un tema, porque la gente paga la entrada, el ómnibus o el taxi, y todavía el hisopado. Va a estar medio difícil”.
Las salas nucleadas en FUTI se reunieron el sábado y determinaron que “reabrirán sus puertas en distintos momentos a partir del próximo 5 de julio”. “Se vuelve al trabajo con mucha preocupación e incertidumbres”, dice Sassi. Según su repaso, La Gringa regresa con varios espectáculos para adultos y uno para niños, el teatro Victoria con alguna reposición, mientras que El Tinglado, La Candela, Espacio Teatro y el teatro Stella “comienzan con ensayos para reabrir en el mes de agosto”.
Un estreno que llega este mismo lunes al Auditorio Nelly Goitiño del Sodre es 2084, una versión libre de 1984, el clásico de George Orwell, que incorpora la tecnología y las problemáticas de hoy para proyectar un posible futuro distópico. Las funciones de lunes, martes y miércoles están agotadas, pero se anunció que se pondrían a la venta otras dos.
En cuanto a las salas que dependen de la Intendencia de Montevideo, la intendenta, Carolina Cosse, dijo el viernes que permanecerán cerradas hasta que el Índice de Harvard esté por debajo de 20 durante tres días consecutivos, y si supera 25 se volverán a cerrar. “Acrecentamos la incertidumbre, porque al seguir sosteniendo como pauta el índice de Harvard, no hay perspectiva para visualizar cuándo vamos a volver a abrir”, dijo a la diaria Gustavo Zidán, director de la Sala Verdi.
De todos modos, coincidió en que “no es abrir y empezar al otro día. Las reaperturas siempre llevan unos días de acomodo, de ver cómo vamos a volver y quiénes van a volver”.