A diferencia de los papeles del poeta Jeffrey Aspern, que el narrador de Henry James rastrea por Venecia, intentando arrebatárselos de un baúl a la solterona mal arreada que antaño fuera amante del bardo, Los papeles de Herralde se encuentran ahora expuestos a la vista de todos, compendiados en un libro que traza la historia de una de las editoriales españolas más reconocidas y de mayor circulación en el mercado librero. Cualquier lector de esta nota puede interrumpir acá la lectura y dejar vagar apenas la mirada por su biblioteca para encontrarse enseguida con un volumen de Anagrama, tanto sea en la popular colección Compactos como en Panorama de Narrativas, Argumentos, Contraseñas o la que integra al propio libro que acá se comenta, Biblioteca de la Memoria, la serie de tomos con cubiertas verdes y letras blancas que alberga impresionantes ladrillos como James Joyce (1991), de Richard Ellmann, Vladimir Nabokov (Los años rusos) y Vladimir Nabokov (Los años americanos) (2006), de Brian Boyd, Michel Foucault (2006), de Didier Eribon, o El gentleman comunista. La vida revolucionaria de Friedrich Engels (2011), de Tristram Hunt, por nombrar apenas unos pocos.

El ensayista barcelonés Jordi Gracia (1965) le ha dedicado varias horas (y varios libros) a estudiar y reflexionar sobre la historia intelectual de España a lo largo del siglo XX, desde su inicial Crónica de una deserción. Ideología y literatura en la prensa universitaria del franquismo, 1940-1960, aparecido en 1994. Al momento de historiar el surgimiento y la evolución de la editorial Anagrama, su abordaje no está exento de la propia evolución política y deriva intelectual de España en particular y de Europa en general, durante la segunda mitad de la pasada centuria, con una mirada lúcida e informada que, cuando se aleja (geográficamente) de su zona de interés, no evita caer en simplificaciones y yerros, siendo el más grosero el que comete en la página 119, cuando al referirse a los problemas iniciales para la distribución de la editorial en América Latina señala “la imperturbable dictadura de Stroessner en Uruguay”.

El protagonista de este libro no es otro que Jorge Herralde (1936) y la columna vertebral del volumen se integra por la correspondencia que el editor mantuvo durante más de 30 años con escritores, agentes literarios, periodistas y colaboradores, conformando el relato de la propia evolución de la editorial, desde el Big Bang del proyecto (a finales de 1967) al actual estatus del sello como una galaxia en sí misma. Dividido en seis partes, cada segmento incluye una introducción de Jordi Gracia sobre el momento histórico de la editorial (contratos, nuevas colecciones, desavenencias con autores, ferias de libro, viajes, etcétera) seguida de las cartas que Herralde envió durante ese lapso. A veces se trata de simples esquelas, en otras el editor se extiende por varias páginas y en ocasiones apela a la perentoriedad del telegrama, como el que dirige el 24 de noviembre de 1975 a la sección Régimen Editorial de la Dirección General de Cultura Popular, cuatro días después de la muerte de Francisco Franco, para que se le levante la censura al manuscrito de Chile bajo Pinochet, de Claude Katz, permitiéndose así su publicación dentro de la batalladora colección Documentos, serie en la que Herralde se permitió editar títulos como Las raíces de la burocracia (1970), de Isaac Deutscher, Freud y Lacan / El objeto del psicoanálisis (1970), de Louis Althusser y Jacques Lacan, o Los hippies: una contra-cultura (1970), de Stuart Hall.

La lectura de los papeles de Jorge Herralde permite una inmersión en las turbulentas aguas del negocio editorial y en todo el sistema de lealtades y mezquindades que rodea al oficio, desde la escritura del manuscrito hasta su llegada a las librerías, al tiempo que desfilan los integrantes de un elenco estable que integra la plana mayor de la literatura en las últimas décadas. Así, a las circunstancias que rodearon la edición de La conjura de los necios (1982), de John Kennedy Toole, convertido en uno de los mayores éxitos comerciales del sello, se agrega la persistencia de Herralde por publicar una Biblioteca Nabokov, compuesta por 16 obras de uno de los novelistas más importantes del siglo XX, que ya desde los primeros tomos se manifiesta deficitaria, candidata a juntar polvo en los depósitos de los distribuidores.

Tom Wolfe (cuya partida a otra editorial motivó una de las cartas más sufrientes), Raymond Carver, Richard Ford, Patricia Highsmith, Roberto Calasso, Alfredo Bryce Echenique, Antonio Tabucchi (en 1985, su Nocturno hindú aparece firmado por Alberto Tabucci, en una de las pifias más fenomenales de la historia de la edición profesional), Álvaro Pombo, Carmen Martín Gaite, Soledad Puértolas, Enrique Vila-Matas, Javier Marías (un autor que luego de brillar en Anagrama protagonizó una de las rupturas más mediáticamente promocionadas, con acusaciones financieras de por medio) y Roberto Bolaño (uno de los autores más indisolublemente unidos a la casa) son destinatarios recurrentes en esta correspondencia, además de varios periodistas culturales (es notable cómo en algunas cartas Herralde les señala inconsistencias argumentales remitiéndoles fotocopias de sus artículos) y diversos agentes literarios, entre los que se destaca –como una suerte de Némesis– la figura de Carmen Balcells, legendaria defensora de autores como Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y un larguísimo etcétera.

En la última de sus cartas incluida en el volumen, Herralde anuncia que se apronta a partir hacia la Feria del Libro de Guadalajara a presentar su libro Opiniones mohicanas (2000). Ahí se encuentra la razón de por qué Los papeles de Herralde detiene la historia de Anagrama en el año 2000: a partir de esa fecha sería el propio Herralde quien volvería sobre la biografía del sello a través de varios volúmenes, y especialmente en Por orden alfabético. Escritores, editores, amigos (2006) y Un día en la vida del editor (2019). La frondosa novela editorial se sigue escribiendo.

Los papeles de Herralde. Una historia de Anagrama 1968-2000. De Jordi Gracia (editor). Barcelona, Anagrama, 2021. 480 páginas.