El cineasta coloniense Ricardo Islas, autor de películas de terror, tiene un vínculo particular y de larga data con su creación, el vampiro Crowley. Durante su adolescencia, según recordó en una nota biográfica publicada en El Sol, de Colonia del Sacramento, en 1997, escribió una obra de teatro sobre Crowley y pensaba ofrecerle el rol del vampiro al actor Fernando Cardani. Al poco tiempo, mientras se desempeñaba como periodista en ese medio de prensa, publicó, en entregas, el folletín Horror en Colonia, en el que vuelve a aparecer el vampiro Crowley. Ese texto serviría como base para el guion de la primera película.
¿Quién es Crowley? Según la información que trasciende de las películas, Crowley era un colono inglés que vivía en las afueras de la Colonia del Sacramento portuguesa a fines del siglo XVII, dedicado a los ritos satánicos y sacrificios humanos. Y que 300 años después de morir, ya en la década de 1980, volvió a Colonia convertido en vampiro, para vengarse de la ciudad. Así se inicia su serie de asesinatos.
En 1986, con la financiación y el apoyo de los canales 3 de Colonia y 8 de Rosario, se filmó Crowley, que contó con las actuaciones de Fanny Bertinat, Daniel Lacoste, Ricardo Islas y Juan C Lazzarini. La historia cuenta el regreso de Crowley y sus crímenes. Los protagonistas son Gutiérrez, un joven interesado en el vampirismo; María, una joven que desciende de la amante de Crowley durante la época colonial; y el comisario de Policía local y su hijo. Ellos intentarán detener al vampiro. La película se estrenó en cines de Colonia en 1987, con pósters hechos por el propio Islas, y se pasó en los canales locales. Era su primer largometraje.
En 1989 realizó su secuela, titulada Las cenizas de Crowley. Refiere el director, en el artículo biográfico mencionado, que cuando falló la filmación de la película Carnaval porque los productores interesados desaparecieron, se enfermó durante un mes y en ese lapso se le ocurrió el guion de esta continuación. Como actores participaron Yanaina Sánchez, Julio Morante, Patricia Díaz, Ricardo Islas, Juan C Lazzarini y Virginia Moar, entre otros. La sinopsis es la siguiente: un grupo de mujeres jóvenes dedicadas a los ritos satánicos roba de la jefatura de Policía las cenizas de Crowley y, por un descuido, lo revive. Al mismo tiempo, el comisario y su hijo, junto a la periodista Janet, investigan el saqueo de una tumba en el cementerio y la desaparición de las cenizas. Al poco tiempo se cruzarán con el vampiro Crowley y un reguero de cadáveres que vuelven a la vida. Sobre esta película se opinó en Tercer Film (noviembre-diciembre de 2014), revista de Cine Universitario: “Los elementos bizarros de la primera se incrementan en esta segunda parte, con rituales diabólicos, perversidad, sadismo y una violenta pelea de vampiros, en una película que rememora las producciones de la Hammer. Durante el rodaje, un maniquí fue arrojado desde un séptimo piso y algunos vecinos pensaron que se trataba de un suicidio, por lo que reportaron a la Policía y el evento cobró atención mediática”.
Parecía que ya no volveríamos a saber nada de las andanzas de este vampiro coloniense. Sin embargo, Ricardo Islas nos sorprende hoy con la realización de esta tercera parte, secuela directa de las anteriores.
¿Por qué una película de Crowley 30 años después?
La verdad es que no había un plan de hacer una película de Crowley, ni ahora ni nunca, pero lo que pasó fue que como resultado de verme a mí mismo en la película de Maxi Contenti, Al morir la matinée, se me representó la cara de Crowley; al ver las tomas diarias mientras filmábamos, y luego al ver la película terminada, me recordé a mí mismo cuando hacía de Crowley y me pareció que todavía podía hacer algo así. Por eso se me ocurrió hacer otra película de Crowley.
Hacía mucho tiempo que tenía en mente escribir una historia de dos mujeres contra un vampiro (no precisamente Crowley). Empecé a hacer esa historia y se me ocurrió que el vampiro podía ser Crowley. Eso, sumado a la experiencia de Al morir la matinée, resultó en esta secuela 30 años después.
¿De qué trata la película?
Es la historia de dos reporteras en Chicago, ciudad plagada de crímenes en la vida real, y su lucha por convencer al poder –encarnado en la alcaldesa y el jefe de Policía– de que lo que está matando a la gente es un vampiro. Nadie les cree y quedan solas enfrentadas contra Crowley. Eso es, a grandes rasgos, la sinopsis de la película.
¿Cómo llega el personaje de Crowley, o sus cenizas, a Chicago?
Un satanista americano adinerado se entera de la historia de Crowley por medio de un libro escrito por Renata Cezimbra. Engaña a Renata haciéndole creer que está interesado en publicar sus libros en Estados Unidos, cuando en realidad lo que quiere es hacerse de las cenizas para sus fines esotéricos. Viaja a Colonia, paga un montón de plata por las cenizas y se las lleva consigo a Chicago. Allí comete un crimen ritual, mezcla la sangre de una modelo con las cenizas y voilà: the vampyr is back.
¿Cómo se está haciendo?
Con dientes y uñas. Como todas mis películas, es un esfuerzo totalmente independiente, bancado por mí. Hice un par de colectas de fondos entre los fans tanto de Uruguay, donde las donaciones fueron mayores, como de Estados Unidos. Con esos fondos, sumados a dinero personal, estoy filmando Night Hunt (Cacería nocturna).
Ya casi terminamos la preproducción. Tenemos casi todo el elenco. Traté de enganchar a Patricia Díaz para hacer de Janet, que fue el papel que hizo hace 30 años, pero en este momento no estaba disponible, así que tengo a otra actriz en ese papel. Esa es una conexión con la historia de hace 30 años. Luego está Renata Cezimbra, una escritora de Brasil que hace de ella misma bajo el nombre de Lady Trotsky. El resto del elenco y personajes son todos de Chicago.
Empezamos a filmar el primer fin de semana de setiembre y la idea es filmar todos los fines de semana hasta octubre; más o menos, unos 15 días de rodaje.
¿Ya hay fecha de estreno?
Por ahora, no. No tengo apuro ni contratos con nadie, al ser una película independiente. La diferencia con otras películas independientes mías es que en este caso delegué la dirección de fotografía en un director de fotografía que conozco y me gusta cómo trabaja, y pienso delegar la posproducción de sonido con gente con la que ya trabajé y es muy buena. No me importa que se alargue el proceso, con tal de tener un mejor resultado. Por eso no hay una fecha de estreno oficial.
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