El escritor Hugo Fontana falleció este lunes a los 66 años por causas que aún no se han determinado. Según confirmaron fuentes de la cancillería a la diaria, estaba en su habitación de un hotel en Punta Cana cuando se produjo el deceso, que en principio se atribuye a causas naturales.

Escritor, crítico y periodista, fue vecino durante muchos años de Toledo, departamento de Canelones, su ciudad natal, en la que nació el 19 de mayo de 1955, y que fue también escenario de su ficción en varias novelas, y en particular en El crimen de Toledo, publicada en 1999 por la editorial Punta Oscura. Dueño de una prosa fluida y seca al mismo tiempo, influida por las letras estadounidenses y la escritura periodística, se inclinaba hacia las historias sórdidas aunque no necesariamente explícitas, hacia el misterio y hacia la secreta victoria de sobrellevar las derrotas.

Fontana publicó también poesía (Las sombras, el sol, 1977; La voluntad de mentir, 1986; y El gallo incierto, 1988, plaqueta), investigación periodística (La piel del otro: la novela de Héctor Amodio Pérez,2001, 2002, 2012; Historias robadas: Beto y Débora, dos anarquistas uruguayos, 2003), libros de cuentos (Liberen a Bakunin, 1997; Las historias más tontas del mundo, 2001; Oscuros perros, 2001; Quizás el domingo, 2003; Desaparición de Susana Estévez, 2015) y las novelas El cazador (1992), Y bésame así (1996), Veneno (2000, 2007), El príncipe del azafrán (2005), La última noche frente al río (2006), Un mundo sin cielo (2008, Premio Nacional de Literatura 2010), El noir suburbano (2009), Barro y rubí (2013), El agua blanda (2017) y Los nombres propios. Emir Rodríguez Monegal (2021), además de la mencionada antes ambientada en Toledo.

Era colaborador habitual de El País Cultural y participaba activamente en el ambiente literario como tallerista, jurado y panelista en diversas actividades.

La noticia de su fallecimiento fue comunicada por la editorial Hum, en la que el escritor venía publicando sus trabajos desde hacía años.