El Rijksmuseum de Ámsterdam publicó en su página web una imagen de una de sus obras más famosas, el cuadro La ronda nocturna, pintado por Rembrandt en 1642. La particularidad que tiene esta fotografía es que está compuesta por 8.439 imágenes, unidas con ayuda de inteligencia artificial para totalizar una composición que alcanza una resolución de 717 gigapíxeles. Es la mayor y más detallada foto de una obra de arte jamás tomada, 7.000 veces mayor que lo que logran las cámaras de los mejores celulares, según lo promociona la prensa europea.

Los datos oficiales aseguran que la distancia final entre dos píxeles es de 5 micrómetros, o 0,005 milímetros, por lo que cada píxel es más pequeño que un glóbulo rojo. Para la confección de la imagen se utilizó una cámara Hasselblad H6D 400 MS de 100 megapíxeles. Con ella se tomaron 8.439 fotografías de 5,5 centímetros de ancho por 4,1 centímetros, a 13 centímetros de la tela, distancia ajustada por un sensor láser. Luego de revisados el color y el enfoque, fueron unidas utilizando inteligencia artificial, en un archivo final que tiene un tamaño de 5,6 terabytes. Los internautas pueden ver la imagen y hacer zoom en cualquiera de sus detalles sin necesidad de descargarla completa.

Rob Erdmann, científico senior del Rijksmuseum, dijo en la página del museo que esta imagen en máxima resolución es una suerte de “microscopio virtual al servicio del público”. Es cuatro veces más precisa que la presentada por el museo en 2020 y permitirá a los investigadores ver cómo Rembrandt usó las capas de pintura. “Es como recorrer el Gran Cañón y ver las distintas capas geológicas”, agregó Erdmann.

Este trabajo se enmarca en la Operación Ronda Nocturna, definida por el museo como “el proyecto de investigación y conservación más grande y de mayor alcance en la historia de la obra maestra de Rembrandt”, con videos y ensayos disponibles en la página web. Su objetivo es la conservación del lienzo a largo plazo. Esto incluye el encaje de la tela en un nuevo bastidor, ya que la parte superior izquierda se había deformado cuando fue expuesta en otra sala durante las obras de renovación del local, entre 2003 y 2013. Hace un mes se anunciaba el “estiramiento” de la tela para reparar las arrugas causadas presumiblemente por la fluctuación de temperatura en la galería en la que permaneció mientras duraron las obras.

El lienzo de La ronda nocturna tiene 3,79 metros de largo por 4,36 metros de alto, y sin marco pesa 170 kilos. Desde que fue pintado para el gran salón de la Corporación de Arcabuceros, atravesó enfrentamientos y ataques directos. En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, tuvo que ser enrollado para transportarlo de manera segura. Y en los últimos años sufrió un acto vandálico con un cuchillo de untar y otro con ácido.

Esta no es la primera vez que la tecnología permite ver detalles de la obra que habían permanecido ocultos: el año pasado se informó que mediante el empleo de rayos x, escáneres de alta tecnología y fotografías digitales se pudo establecer que la tela de Rembrandt había sido cortada, eliminando franjas de sus costados, para hacer que entrara en un espacio más estrecho que el que se le había destinado originalmente. El museo logró restaurar e imprimir esas franjas perdidas y las expuso al costado del cuadro, con lo que el foco de la pieza volvió a quedar descentrado, tal como fue concebido por el artista. Según explicó en su momento el director del museo, Tacco Dibbits, el agregado de las franjas, y en particular la del costado izquierdo, hizo que los dos personajes principales, el capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburch, se vieran en un lugar ubicado más a la derecha del abigarrado conjunto, en lugar de ocupar el lugar central que obtuvieron luego del recorte.