Rápido. Pensá en una palabra de cinco letras. Escribila en el lugar correspondiente. Perfecto. Ahora, los colores te indicarán qué tan cerca estás de “la palabra del día”. Si la letra está incluida y además acertaste su ubicación en la palabra, se pondrá verde. Si está, pero en otro sitio, se pondrá amarilla. Si esa letra no forma parte de la palabra de hoy, quedará en gris. Tenés seis intentos, y podrás compartir el triunfo en tus redes sociales, pegando una serie de cuadraditos de colores que muestran tu progreso sin revelar la palabra, que es la misma para todo el mundo.

Ni más ni menos, eso es Wordle, un pasatiempo sencillo que se viralizó en las últimas semanas, después de que más y más gente viera cómo sus contactos en las redes sociales compartían cuadraditos de colores cada mañana. ¿Cuántos? Bueno, según The New York Times, el 1º de noviembre fueron 90 las personas que jugaron a la versión original en inglés, y los primeros días de este año superaban las 300.000. Para jugar, hay que ingresar a powerlanguage.co.uk/wordle.

Detrás de esta idea se encuentra un ingeniero en computación de Brooklyn llamado Josh Wardle, quien creó un juego pensando en los gustos de su pareja, Palak Shah, y lo bautizó con un juego de palabras con su apellido. Wordle está en un rincón de su sitio web, sin publicidad ni botón de donaciones. Apenas permite configurar un par de elementos y guarda las estadísticas de nuestras partidas.

En conversación con el citado medio, Wardle dijo: “Creo que la gente aprecia que exista algo en línea que sea solamente diversión. No está tratando de hacer nada turbio con tus datos o tus globos oculares. Es solamente un juego divertido”. Junto a Shah eran fanáticos de los crucigramas y otros pasatiempos similares. “Así que quería crear un juego que ella disfrutara”.

Para él (y para muchos), parte del éxito es que solamente se pueda jugar una vez al día. De este modo, la “cita” con Wordle se vuelve especial. Eso sí, no esperes que te lleguen notificaciones al teléfono; volver a diario es tu responsabilidad. “Es algo que te anima a dedicarle tres minutos por día y ya está. No quiere más de tu tiempo que eso”, explicó Wardle.

Con respecto a las palabras incluidas en la versión original, el creador encontró unos 12.000 ejemplos de cinco letras en el idioma inglés, pero trabajó junto a Shah para reducir esa lista a unas 2.500, suficientes para casi siete años sin repetir.

Mientras tanto, y por más que el internauta hispanoparlante suele tener conocimientos de inglés, surgió una versión en español. O al menos se popularizó una versión en español entre los fanáticos del juego. Su creador es el colombiano Daniel Rodríguez, quien la subió al sitio wordle.danielfrg.com.

Rodríguez habló de su corto periplo con La Nación. “Imaginé que alguien iba a lanzar una versión en otros idiomas pronto. Pero al ver que nadie lo hacía en español, decidí hacer una versión sencilla, para ver si las mecánicas del juego funcionan bien en otro idioma. Puse un tuit a mis pocos seguidores y para mi sorpresa se volvió popular al día siguiente”, contó. “El juego tiene reglas sencillas, entonces sólo fue cuestión de sentarme un par de tardes a pulir detalles”. Su versión cuenta con unas 500 palabras y él no piensa monetizarla, algo conveniente ya que toma hasta el nombre de la versión de Wardle.

Tu mecánica me suena

Salvando las distancias, eso de ir acertando elementos de acuerdo a su presencia o su posición exacta había sido popularizado hace unas cuantas décadas por el juego de mesa Mastermind, que consiste en descubrir una sucesión de cuatro pelotitas de colores, entre seis colores posibles. Quien debe descubrir el “código” arriesga una combinación, y el otro jugador responde indicando cuántas pelotitas están en el lugar exacto (con un palito negro) o son correctas pero están mal ubicadas (con un palito blanco). En este juego no se menciona cuáles son las pelotitas que están bien colocadas; solamente su cantidad.

Esa no es la única diferencia. Al tratarse de simples esferas de colores, cualquier combinación es válida. En Wordle, mientras tanto, no importan tanto las posibilidades matemáticas sino nuestro conocimiento del diccionario. O del dictionary, dependiendo de la edición que juguemos.

Por supuesto, hay incontables variantes del Mastermind para jugar en Internet, como por ejemplo en webgamesonline.com/mastermind.