El asunto central es el escándalo alrededor de Harvey Weinstein, el poderoso ejecutivo hollywoodense, cofundador de la mini-major Miramax, quien desde 2018 está encarcelado por múltiples instancias de abuso sexual y violación. El caso Weinstein fue el principal motor para la constitución del movimiento #MeToo, muy importante para alentar las denuncias de abuso y la superación de los miedos que solían cohibir a las mujeres con respecto a exponer las violencias sufridas, para dar crédito a tales acusaciones y para cuidar de que los abusos no quedaran impunes. La historia está contada desde la perspectiva de las periodistas Jodi Kantor y Megan Twohey, basada en el libro (2019) que ellas escribieron narrando el proceso de la investigación que hicieron al respecto para The New York Times, publicada en 2017 (cinco días antes de la investigación, también crucial, que hizo Ronan Farrow para The New Yorker).

El abordaje establece un vínculo evidente con Todos los hombres del presidente (1976, dirigida por Alan J Pakula), que también estaba basado en un relato de dos periodistas de un gran diario estadounidense (The Washington Post), que contaba la investigación que desató otro gran escándalo entonces reciente (Watergate). Tenemos incluso, en Ella dijo, un análogo del personaje Deep Throat de Todos los hombres..., que en este caso es Irwin Reiter, mostrado siempre a media luz, quien, por algún motivo misterioso, suelta la información de a poquito a lo largo de distintos encuentros. El estilo de Ella dijo es bastante Nueva Hollywood, reminiscente de la época de Todos los hombres... Reforzando, de una manera indirecta, el vínculo entre ambas películas, una de las músicas de Ella dijo, usada en los momentos en que se enfatiza la cortina de silencio y los manejos de Weinstein y sus secuaces para acallar potenciales denuncias, maneja sonoridades, acordes y climas de la música de la serie House of Cards, indicio de que los realizadores tenían presente la asociación “magnate de Hollywood”/presidente del país.

Por lo tanto, Ella dijo se inserta en géneros cinematográficos que fueron muy importantes en las últimas décadas del siglo XX. El pequeño género es la investigación periodística: periodistas sorteando dificultades para arribar a determinada noticia. El gran género es el cine de profesiones: el ejercicio de una profesión importante, mostrado de una manera que le otorga un sentido aventurero y refuerza un optimista sentido de integración social, de cómo es posible, desde cada posición, si uno la encara con responsabilidad y pese a las dificultades, contribuir al bien común.

Al igual que en Todos los hombres del presidente, vemos la manera en que una situación puntual y la sospecha de la existencia de alguna otra terminan llevando a destapar algo mucho más grande. Eso más grande tiene que ver con la gravedad de las fechorías de Weinstein, con su cantidad y también con la maquinaria de encubrimiento que le permitió actuar impunemente durante unos buenos 30 años. También tenemos una visión apetitosa de todo un mundo de técnicas periodísticas, minucias éticas, tácticas creativas para obtener información, el empeño profundamente vocacional de Jodi y Megan, que las lleva a trabajar fuera de horario, a dejar medio relegados a sus maridos mientras trasnochan averiguando datos. También vemos a los jerarcas del Times, nobles, decididos, protectores, experimentados, sabios, deseosos de la noticia pero también cautos, y no sólo por miedo de meter la pata, sino por un profundo sentido de ética periodística.

La película nos pone en la piel de las investigadoras para ir descubriendo con ellas cada nueva revelación y los grandes desafíos de conseguir que una cantidad sustanciosa de testigos directos se animara a declarar on-the-record.

El enfoque de la película es feminista. A diferencia de la dupla de periodistas varones de Todos los hombres del presidente, aquí se trata de dos mujeres. El jerarca principal a quien ellas reportan es otra mujer, la editora Rebecca Corbett. La historia investigada involucra crímenes contra mujeres y el empoderamiento de estas. Cada una de las periodistas tiene una hija, con lo que se acentúa la motivación para investigar —además de hacer su laburo, además de propiciar el castigo de un criminal en particular y el resarcimiento de sus víctimas, hay una responsabilidad hacia el futuro, la aspiración de que sus niñas puedan crecer en un entorno más seguro—. El vínculo de Jodi y Megan con sus parejas es modélico (igualitario, no competitivo, respetuoso, ambos trabajan, afectivo, comprensivo, sin demandas opresivas). Además, Ella dijo está dirigida, escrita y fotografiada por mujeres. Frente a ello, es curioso ver cierta cautela empleada con el término feminista. Megan recibe una llamada en que la interpelan sobre si es “feminista”, y en vez de decir que sí o de preguntar qué entiende por ello su interlocutor, se muestra medio desconcertada frente a lo que considera un desubique tendiente a enchastrarla. Aun con todo el feminismo que la película ostenta, parece estar rodeada de cierta cautela con respecto a la etiqueta feminista y los rechazos que esta propicia.

Aprovechando la cercanía en el tiempo con respecto a los eventos mostrados, esta película tiene algunos elementos especialmente realistas. La voz telefónica de Judith Godrèche, una de las víctimas de Weinstein, está actuada por ella misma. En forma aún más sensacional, Ashley Judd aparece en cámara haciendo de sí misma, lo que acerca a esta película a una reconstitución documental. El audio del acoso de Ambra Battilana por Weinstein es real. Las escenas en la redacción de The New York Times fueron filmadas efectivamente allí.

Ella dijo es una película ágil, entretenida, muy bien hecha, con varias escenas muy bien planteadas como para que el interés dramático nunca decaiga. Aborda un asunto importante, retratado en forma fiel a los lineamientos generales de los eventos tal como consta que ocurrieron, y está realizado con el aval de varias de las involucradas.

Ella dijo (She Said). Dirigida por Maria Schrader. Basada en el libro de no ficción de Jodi Kantor y Megan Twohey. Estados Unidos, 2022. En varias salas.