El viernes, en Isla de Flores y Ansina, se proyectará una versión avanzada del documental Víktimas de la verdad, del músico y activista Sergio Ortuño y el documentalista Juan Platero. La obra cuenta la historia del desplazamiento forzado, en los años 70, de familias afrouruguayas residentes en Ansina y en Cuareim, que pasaron por la exfábrica La Aurora, para terminar en Los Palomares de Cerro Norte. La cita es a partir de las 20.00.

Sergio vivía en la casa de su abuela, en la actual calle Lorenzo Carnelli, y vivió en primera persona lo ocurrido durante la dictadura. “Me lo comí todito ese desalojo”, contó a la diaria. “Yo tenía 10, 12 años, y fue una cagada, un golpe enorme. Porque no es canción candombera ni popurrí de candombe que se murieron abuelos y se murió gente. Fue una gran conmoción que te sacaran de ahí, nadie pensó que eso iba a pasar”.

“Los que sobrevivimos a eso y fuimos a Martínez Reina, la fábrica textil en Uruguayana, que era de La Aurora, estuvimos casi un año, que era como estar en cana; apagaban la luz a las diez de la noche, no podías salir antes de las seis de la mañana. Era un lío para los que laburaban, mucha gente laburaba todavía en el barrio, en la zona de Palermo, en la Aduana, en el puerto. Fue bravo. Y después salimos de guatemala y fuimos para guatepeor, con el discurso de que todo eso iba a ser provisorio”.

Juan comenzó a trabajar en diferentes proyectos con Sergio hace casi tres años y en un momento surgió la idea de contar esta historia, de la que él solamente conocía “el mito”. “Tampoco es un tema que esté tan... Incluso en la película dicen: 'Esto yo no se lo transmití a mis hijos'. Ahí se parece un poco a mi historia. Yo soy hijo de exiliados y mis padres hasta que no los apreté tampoco me contaron nada. 'Naciste en Argelia, después nos volvimos cuando pudimos'. Llegué, hice tercer año de escuela y dale para adelante. Después uno va reconstruyendo”.

Pese a cierta urgencia que tenía Sergio, su compañero planteó que eso podría conspirar en contra de lo que querían contar. “Esta es una historia súper compleja, de la que yo me tenía que informar. Y ahí empezamos a laburar con las cámaras. Le dije: 'Investiguemos con cámaras'. Mientras, fuimos leyendo y nos fuimos encontrando con la historia. Lo primero que hicimos, que era un gran objetivo, fue llegar a Cerro Norte, donde hay siete u ocho familias”.

“Obviamente, es un documental de entrevistas, con el que queríamos rescatar la memoria. Pero entendíamos que también tenía un valor dejarlo grabado. Está disponible el material, que quedará como un legado. Después empezamos a buscar la forma artística, es una película y hay que hacer un cuentito. Lo otro que también sabíamos es que queríamos incluir la obra de Sergio, acompañándolo a él como un médium para acercarnos a las personas concretas que lo habían vivido”.

Lo que se presentará este viernes es un corte de 70 minutos, bastante cercano a la edición final, que calculan en unos 100 minutos. “A Martínez Reina no pudimos entrar porque está tapiado, sería bueno poder hacerlo. Después, por otro lado, hay una investigación de materiales de archivo que también está por la mitad”, advirtió Juan. “Mientras no la terminemos puede surgir algún evento. La realidad. Es un documental: pasa algo, es importante, tiene que ver. De lo bueno o de lo malo, que valga la pena sacar de nuevo la cámara”.

“El proyecto al día de hoy no tuvo ningún apoyo económico”, reveló Juan. De todos modos, aspiran a buscar primero fondos de financiación y después entrar en “el mundillo de los festivales”, en especial, aquellos específicos, como el de Cinema Negro do Brasil o el American Black Film Festival de Miami. “La idea es, en julio del año que viene, en el marco del Mes de la Afrodescendencia, pasarla en una versión terminada o más avanzada aún”.

Ambos tienen muy claro el objetivo del documental, que se suma a otras iniciativas que Sergio ha encabezado o acompañado en los últimos años. Como dijo en esta misma charla, “hay que hablar o resignificar estas cosas, que hasta hoy tienen sus consecuencias por esa rajadura, por ese tajo importante que se hizo en la familia y que también le fue cambiando el futuro. Incluso a nosotros mismos, que éramos niños en algún momento y hoy somos adultos, y abuelos, en mi caso”.

Esta presentación de Víktimas de la verdad cuenta con el apoyo de Casa de la Cultura Afro, el Municipio B y Oeste Audiovisual.

Volver a mi barrio

En junio, se estrenó el cortometraje Volver a mi barrio, de Leticia Rodríguez Taborda, que también busca visibilizar los desalojos forzados. La realizadora contó a la diaria que la reparación a las víctimas comienza cuando pueden contar lo que vivieron, como ocurrió con una persona que nunca había hablado y se encontraba muy angustiada. “A la semana siguiente de que pudo hablar y decir algo que quedara inmortalizado, porque esa es la gran transformación del audiovisual, se sintió mejor. Ya ahí empezó la reparación”. El corto puede verse en YouTube.