Este viernes se conoció la noticia del fallecimiento de Renée Pietrafesa Bonnet, compositora, pianista, directora de orquesta y divulgadora de la música en nuestro país, con una destacada trayectoria internacional. “Una mujer vanguardista, talentosa y con un gran compromiso social”, la definió el Sodre en su comunicado en redes. Tenía 83 años.

Nacida en Montevideo en 1938, a los siete años dio su primer concierto. Fue alumna de su madre, Renée Bonnet, y luego de Jorge Demuse, Angelo Turriziani y Héctor Tosar. En los años 70 estudió música electroacústica en Francia, becada por el gobierno de ese país, además de trabajar como investigadora en la Universidad de París. “Le huyo siempre al solista”, dijo en una entrevista, explicando por qué no se conformó con ser pianista y siempre buscó “diversidad”.

Eligió regresar a Uruguay por considerar que sería más útil en su rol aquí que en Europa. De vuelta en nuestra capital, integró el Núcleo de Música Nueva, desarrolló ciclos de conciertos y formación, además de fundar la orquesta de cámara Ars Musicae, con la que dio conciertos en toda América Latina. En 1984 recibió el premio Florencio por la música de Electra, de Sófocles, dirigida por Eduardo Schinca, y ese mismo año fue nombrada Chevalier des Arts et des Lettres por el Ministerio de Cultura de Francia. Repetiría Florencio en 2001 por la música de El hermano olvidado de Ariel Mastandres.

“La música forma parte de nuestra vida, de nuestro ser integral, nuestras respuestas, lo que somos como individuos en una sociedad, y eso está descuidado porque se toma el arte por el arte en sí, o peor, el comercio de los conciertos, y ¿qué tiene que ver eso con el aprendizaje de ti mismo?”, dijo a Brecha. “Para mí, hacer música fue, sigue siendo, saber quién soy, qué es lo que quiero, cómo comportarme y cómo comunicarme -es mi deseo- con lo mejor de los demás”.

Fue invitada a dirigir la Orquesta Filarmónica de Montevideo y la Orquesta Sinfónica del Sodre, y en sus presentaciones en Europa divulgó obras de compositores latinoamericanos, y en particular uruguayos. Desarrolló una intensa labor docente y como comunicadora, tanto en radio como en televisión. Muchos recuerdan su Taller de música en Canal 5, programa didáctico de educación musical que hizo durante 15 años desde la Quinta del Arte, su casona en la calle Suárez, en el Prado montevideano. Allí compartía su interés por la música con el público menudo y sus intervenciones podían incluir momentos inolvidables, como meterse dentro de un piano. En su canal de Youtube puede encontrarse mucho material sobre estos encuentros.

En 1988, en conversación con La Hora, hablaba sobre las pocas mujeres compositoras y directoras. “A nivel social a la mujer se le asignan ciertos roles y no nos animábamos a pensar que podíamos ser creadoras y de repente dirigir una orquesta, porque nos habían dicho que esos eran roles para hombres. Yo tuve suerte; a mí me respetaron siempre como ser musical y como compositora. Como directora fue un poquito más complicado convencerlos a ellos, que no están acostumbrados a este tipo de imagen, convencerlos de que yo también puedo, pero ya no hay más problemas”.

En 2016 fue designada ciudadana ilustre de Montevideo, al ser considerada “una de las personalidades musicales más relevantes de las últimas décadas en Uruguay”. Durante la ceremonia, Pietrafesa definió a la música como un “lenguaje único que tiene unida la emoción y la inteligencia”, que “hace mucho bien para vivir”, por lo que recomendó tocar un instrumento incluso si no se tienen condiciones especiales.