Ana Karina Rossi y Hugo Fattoruso se conocieron en Roma, cuando la cantante residía en aquella ciudad. Coincidieron en una gira artística y pegaron onda. Entraron a un estudio, grabaron algunos temas y ratificaron la magia. El proyecto quedó en carpeta hasta una nueva coincidencia. Ana se mudó a París, donde lleva siete de sus 14 años en Europa, y Hugo tocó con todos y en todos lados, desde Japón a San Jacinto. Recién en febrero de 2020 retomaron la aventura que dio como resultado Voyage, el sexto álbum de la cantante y el primero dedicado en su totalidad a las composiciones del ex Opa.
El disco se grabó en Montevideo, días antes de que el país y el mundo entraran en modo pandemia. Contiene diez canciones, una especie de muestrario de la paleta musical de Fattoruso, quien suele componer con la popa en las raíces latinoamericanas y la proa en las estrellas. Como bien destaca la portada del álbum, se trata de músicas y textos del autor, y esta advertencia no es inocente, hay una puesta en valor de la poética; Rossi pone la voz y su bagaje artístico y vital al servicio de esos versos, les da corporalidad, cierta dramaturgia, carga las canciones de la experiencia escénica de su larga trayectoria, que entre otros destaques incluye haber sido, en diferentes puestas, la voz del poeta Horacio Ferrer, pluma de Astor Piazzolla.
“Un camino que comienza, amor, / y es porque otro se termina, / como todo en esta vida, amor, / hay tristezas y alegrías” son los primeros versos de “Destinos cruzados”, la canción que abre el álbum y que le aporta sentido al voyage ‒viaje‒ del título; da cuenta del sentido andariego de los protagonistas, pero también del viaje de la vida, la peripecia ancestral. Ana Karina Rossi está identificada con el tango, sin embargo en Voyage se mueve por los distintos géneros con naturalidad, desde el ritmo folclórico de “Conmigo” al bolero “Siluetas”, o el candombe “Repicado”, en el que ambos artistas cantan juntos y llevan el “tumbala que tumbambé” a territorios siderales.
El trabajo se sostiene en un tridente artístico que incluye a la percusionista y baterista Albana Barrocas, quien aporta ritmo y climas como si se tratara de la red sobre la que los equilibristas ensayan sus más atrevidas proezas. Sin embargo, nada es directo ni obvio; a la caricia de “Cuando se miran” le siguen el sugerido milongón de “Desterrado” y el mano a mano entre cantante y pianista de “Manantiales”, canción galardonada con el primer premio en la categoría Tango vocal del Premio Nacional de Música 2014, punto destacado del disco y también el surco más arrabalero. La ficha artística la completan el flautista Pablo Somma en “Palabras” y los tambores de Mathías Silva, Wellington Silva y Guillermo Díaz en “Vigilia del tiempo”.
“Nunca será el final”, canta Ana Karina Rossi en la bellísima “La caricia”, que concluye el acto circense a puro malabar fattorusiano. Voyage fue editado por el sello francés Collectif ¿Por qué no? y por Montevideo Music Group en nuestro país y nominado a Mejor álbum de música popular y canción urbana en los Premios Graffiti a la Música Uruguaya 2021. Recién a finales del año pasado tuvo su presentación en la Sala Zitarrosa y el Complejo Cultural Politeama de Canelones, en el marco de la apertura de salas tras la cuarentena artística. Pero este es un álbum atemporal, que funciona como una maleta con todo lo necesario para salir al mundo a presentar nuestro patrimonio musical, y en particular la obra de Hugo Fattoruso. El viaje recién comienza.
Voyage. Ana Karina Rossi (textos y músicas de Hugo Fattoruso). Collectif ¿Por qué no? - Montevideo Music Group. 2020. Disponible en plataformas digitales.