Agustín Aristarán es conocido internacionalmente como Soy Rada, pero nada tiene que ver el cantautor uruguayo. Se trata de un apodo anterior, así que quedémonos con el Soy. Este argentino, de 38 años, es músico, mago, comediante de stand up, actor, conductor televisivo y creador de contenidos digitales, entre otras cosas que seguirán apareciendo en su vida y su currículum, porque no deja de buscarlas y las necesita para seguir adelante.

Parte de estas aptitudes se verán el sábado en el Auditorio Adela Reta cuando presente su espectáculo Revuelto, con banda en vivo, una murga en el cierre y pocas localidades disponibles. De su abanico de recursos, de sus espectáculos y de “ser” Rada conversó con la diaria.

Desplegás una variedad de recursos muy grande en cada espectáculo. ¿Qué peso tiene para vos esta versatilidad?

No sé cómo responder para que no sea un simple “de otra forma no lo puedo hacer”. Me gusta mucho hacer todo lo que hago y usar todas esas herramientas que están al servicio del entretenimiento. No lo puedo hacer de otra manera, porque así lo aprendí y así me gusta. Soy una persona muy ansiosa y dispersa, entonces pienso cómo me gustaría a mí ver un espectáculo de entretenimiento y lo llevo a cabo. Buscando siempre herramientas nuevas, formas nuevas de lograr lo que quiero lograr.

Esas herramientas las fuiste desarrollando en tu vida. No dijiste: “quiero tener magia en el espectáculo” y te pusiste a practicar.

No, se fue dando. El factor suerte está siempre, es una constante, pero fue así. Arranqué con eso: primero con la música, después con la magia, y vino después la comedia como herramienta.

Hacés énfasis en que las historias que contás en tus espectáculos son reales, pero ¿cuánto hay que condimentarlas para que sean atractivas?

Todo lo que nos pasa y lo que vivimos se puede llevar al lado del humor, estoy convencido de eso. También estoy convencido de que las anécdotas no se acaban. Y también, por otro lado, soy un buscador de anécdotas. Siempre digo lo mismo: hay cosas que las estoy haciendo porque sé que me van a dejar una gran anécdota para después.

¿Cómo es entonces el proceso de hilar esas vivencias en forma de un nuevo show?

Es bien difícil. Este espectáculo empezó a escribirse cuando entendí que al anterior, Serendipia, lo tenía que despedir. Ya no me estaba pasando lo mismo que me pasaba antes y era momento de despedirlo, no quiero agotar los espectáculos o lo que venga haciendo hasta odiarlos. Cuando empiezo a sentir que lo dejo de disfrutar, lo dejo de hacer. Ya ahí empieza a aparecer lo otro. Es como que viene solo: a medida que aparecen las ideas para hacer el nuevo espectáculo, ya está dejándose el anterior.

En Revuelto, como en los anteriores, habrá una banda en vivo y me imagino que toda una variedad de recursos.

Sí, pero un poco más fuertes. Por ejemplo, la magia, que un poco la había dejado a un costado, aparece con mucha más fuerza. Hay un stand up quizás un poco más crudo, más al hueso. La música está muy presente. Y en este caso en especial, el sábado, va a haber algo que es único, que va a pasar solamente en Montevideo, y es que me va a acompañar la [murga Agarrate] Catalina. Yo termino todas las funciones de Revuelto con una canción que se llama “Macetitas de colores”, que este viernes estrena videoclip. Y la canción es con una murga uruguaya que me acompaña siempre. Invité a la Catalina y tuve la suerte de que me dijeran que sí, así que termino con ellos.

Saliendo del espectáculo, estás en un montón de proyectos. ¿Cómo se hacen malabares con tantas ocupaciones que exigen el uso de los músculos creativos?

Tengo un gran equipo que me acompaña, gracias al que puedo llevar a cabo todas las cosas que hago. El músculo creativo está ahí, elongándose todo el tiempo para poder ocupar los lugares que tiene que ocupar. Suceden así las cosas, e insisto: sin el equipo que tengo no podría hacer nada de lo que hago.

En ese sentido, ¿qué tan importante es que lleguen nuevos desafíos, como conducir un programa de televisión de entretenimientos? ¿Cansa o refresca?

Necesito que vengan esas cosas nuevas para sentir esa incomodidad de decir “¿cómo vamos a hacer con esto?”. Ese cagazo, ese miedo, creo que me da mucho combustible. Me sucede ahora, que estoy por empezar el rodaje de una serie muy importante para una plataforma muy grande, donde no hay comedia. Es un dramón con mucha oscuridad. Y bueno, ahí estoy, estudiando el guion y con un cagazo bárbaro, pero muy feliz de que eso suceda.

¿Tendrá algo que ver con todo lo que hacés que tu nombre incluya un verbo? Que incluya la acción: “Soy”.

No lo había pensado nunca. Sí, tiene mucho que ver. Totalmente. Estoy en esa. Todo el tiempo estoy haciendo, y el verbo to be está ahí en mi nombre.

Revuelto. De Agustín Soy Rada Aristarán. Sábado 26 de marzo a las 21.00. Auditorio Adela Reta. Entradas en Tickantel, locales de pago y boletería de la sala.