Roberto Blatt, quien se desempeñaba como director del Instituto Nacional del Cine y el Audiovisual Uruguayo (Incau), presentó su renuncia al cargo por motivos de salud, según confirmó en comunicación con la diaria.

“He renunciado, pero por razones de salud”, dijo Blatt, quien sufrió un síncope cardíaco. “Estoy terriblemente dolorido de haber tenido que renunciar, porque estoy completamente alineado y he sentido todo el apoyo del mundo tanto del Ministerio [de Educación y Cultura] como sobre todo de Mariana Wainstein de la DNC [Dirección Nacional de Cultura], y más que nadie de mi propio equipo. Esto realmente ha sido una renuncia que me impuso el cuerpo. Tengo 73 años y el ritmo que yo mismo impuse no lo puedo seguir”.

Agregó que circula una comunicación interna de la Asociación de Productores y Realizadores de Cine del Uruguay (Asoprod) en la que no se mencionaba la razón por la que dejaba el cargo. “Es injusto, porque es muy importante entender que aquí no hay conflicto ninguno, sino que es por razones demostrables. Tuve una internación domiciliaria, yo me olvido de los años que tengo y hemos imprimido todos juntos, tanto con mi equipo como con el ministerio, un ritmo impresionante”.

“Hemos trabajado mucho, pero ahora el cuerpo se rebeló. Por lo tanto, el problema es un problema de que no he podido manejarme a mí mismo”, explicó. “Estoy en el Incau ahora, trabajando. Pero estamos en un período de transición para encontrar a la persona más idónea, y ya se está en eso. Probablemente la semana que viene ya se pueda anunciar quién me va a sustituir”.

Acerca de su gestión, Blatt comentó que “el Incau no solamente ha respetado su legado histórico, sino que ha llevado a que sea un instituto de cine más potente, más abierto a las oportunidades que ofrece el futuro, que el anterior. No es que seamos mejores, sino que simplemente estamos respondiendo a los nuevos retos del audiovisual a nivel mundial. Voy a mirar con orgullo cómo esto continúa”.

También reflexionó sobre la incidencia de la pandemia: “Fue una suerte y una desgracia. Una suerte porque nos exigió lo mejor, y estoy incluyendo a la industria entera: a mi ministerio, al gobierno, a mi equipo y a Asoprod. A todo el mundo. Incluso en trabajos conjuntos con la Intendencia. Lo que hicimos fue superar los desafíos de la pandemia y los nuevos desafíos del audiovisual. Juntos y con recursos adicionales. En ese sentido tenemos la inmensa satisfacción de que prácticamente la actividad se triplicó y hay una proyección internacional nueva que Uruguay tiene y que estoy seguro de que va a seguir teniendo”.

“Uruguay tiene capacidad para estar presente no solamente para ganar premios, que ya los gana, sino para generar un producto que sea interesante para su distribución comercial a nivel mundial. Todos esos desafíos se dieron conjuntamente. El problema es que por un lado hemos triunfado juntos, pero me ha costado a nivel de salud un poco más de lo que tenía. Me olvidé de la edad”, admitió.

Con una carrera en estudios filosóficos, Blatt, de 73 años, residía hasta hace pocos años en Madrid, donde se dedicó a la producción editorial y audiovisual. “El cuerpo me obliga a retirarme, pero con una sensación de éxito compartido extraordinaria. En mis sueños más locos no me podía imaginar que iba a terminar volviendo a residir en mi país en estas condiciones”.