Por muchos motivos, esta exposición antológica de Ulises Beisso es bienvenida y necesaria.

Con ella, además de homenajearlo y acercarlo al público, las artes visuales de Uruguay se atreven a dar un paso para disminuir la distancia histórica que ha existido con la sensibilidad y la expresión artística de la comunidad LGBTIQ+ del país. Distancia que mantienen las artes en general en Uruguay. Bienvenido este paso y que sea el primero de otros que se sumen a este camino de acortar distancias.

Esta exposición de Ulises Beisso es ante todo un acto de justicia, de reivindicación, de reconocimiento a la persona, a la identidad, a la expresión artística que se ocultó y que no se permitió cumplir su cometido que es el de ser vista, compartida y expandida.

Pone voz a un silencio atronador, dentro de los grandes silencios que seguimos cargando, y es el que cubre a la comunidad LGBTIQ+ en los años de la dictadura en Uruguay.

Ulises crea su principal obra en las décadas del 70 y del 80. Una época de mucha oscuridad, de silencio y de miedo. Y desde ahí se expresa, pinta, nos muestra. Nos grita.

Nos muestra su placer, su belleza, su dolor, su erotismo, su realidad, su modo de ver la vida. De manera explícita nos habla de homosexualidad, de placer, de amor entre hombres. Y de que la vida no es lo que nos dicen que es. Que el orden, la represión, el grito, el autoritarismo, el totalitarismo, la censura, la amenaza, el miedo, no pueden con la verdad de ser, de sentir, de ser libre y ser honesto con uno mismo. El disfrute no sucumbe. El ejercicio de la felicidad y el deseo priman sobre el dolor, aunque haya dolor. Y mucho.

Su obra nos hace cómplices de su desenfado, de su animarse, de su coraje, de su no detenerse ante nada. Su sonrisa es imbatible. Su humor, siempre presente. Nos hace saber de la celebración y el disfrute que siente por la vida, nos hace sentir su intensidad, su inteligencia y otra vez, su sensibilidad, su veracidad. Todo lo que lo hace único e indefinible.

Su vida es su arte. Su arte es su vida. Todo en su vida tiene vida e historia. Es una explosión de creatividad. Y en esa creatividad está el otro, la pareja, el amor. Su amor por otro hombre que también lo ama y lo acompaña sin importar lo prohibido que intentaba imponerse.

Va para adelante. Crea. Realiza. Se expresa. Vive como es. En una época en la que todo era querer ocultar. Tapar. Esconder. Evadir. Cubrir la vergüenza. Sentir culpa. Vivir el rechazo y la marginación. Desde el poder político y desde el poder de la familia.

Ulises transitó todo a pesar de todo. Es un punto de referencia y un desafío permanente y no hay excusas para quienes venimos atrás.

Nos interpela. Nos dice que nos honremos, que vivamos honestamente lo que somos, quiénes somos, que amemos, que gritemos. Ante amenazas de oscuridad, su obra nos ilumina el camino y nos lo recuerda siempre.

Que llegue esta antología de Ulises es un llamado a ser, a sentir, a amar, a expresarnos, a compartir lo que sentimos y lo que pensamos. Sin límites, sin excusas.

Conozcamos a Ulises, contemplemos atentamente su obra, escuchemos todo lo que nos está diciendo y dejémonos llevar por su pasión, por su intensidad y por su amor a la vida.

Y seguir adelante, acortando distancias. Seguir construyendo el camino hasta hacerlas desaparecer. Sin pausa y con pasión.

Es el mejor homenaje que podemos hacer a su valentía y a su arte.

Sergio Miranda, director de la Secretaría de Diversidad de la Intendencia de Montevideo.