El sábado se dio a conocer en Magnolio Sala el nuevo proyecto de Camilo Baráibar: un sello propio. Ocho Ojos “nace del amor”, dice el escritor: “Amamos los libros por su contenido pero también como objetos. Y cuando uno escribe, cuando uno comparte un fragmento de un libro, cuando uno recomienda o regala un libro, está apostando al amor. Al amor que surge entre el lector y ese objeto antiguo pero vigente que se llama libro”.

Los títulos con los que irrumpen son El puente Colonia-Buenos Aires y otros cuentos exposibles, del periodista Miguel Bardesio, ¿Vos me querés a mí?, de la actriz, dramaturga y cineasta argentina Romina Paula, y una reedición de Médanos, la novela de Baráibar que conmocionó a la literatura juvenil uruguaya cuando apareció, allá por 2008.

Se trata de autores disímiles, pero los tres títulos son narrativa: “Somos románticos pero también tratamos de conservar cierto realismo para subsistir, y es claro que la narrativa tiene más salida comercial que, por ejemplo, la poesía o el teatro. Pero, además, leemos más narrativa y fueron los libros que más nos gustaron como carta de presentación. Médanos y ¿Vos me querés a mí? tienen protagonistas jóvenes. Son bien distintos entre sí como libros pero nos gustaba la idea de hacerlos dialogar, colocándolos juntos en el catálogo, además de que admiramos a Romina Paula y nos pareció emocionante tener la chance de publicarla por primera vez en el país. El puente Colonia-Buenos Aires... es la apuesta por una narrativa no realista, no tan frecuente en las letras uruguayas. Miguel tiene una trayectoria silenciosa (talleres con Luis Bravo, participación en lecturas como ‘Recital de escritores costeños’, algún concurso) pero tiene mucho para decir. Creo que el cuento ‘Hijos desensamblados’, por ejemplo, que juega con la posibilidad de que las parejas tengan un hijo una vez que se separan, a propósito, para evitar separarse, es una joya de la literatura actual”.

Foto del artículo 'La nueva editorial Ocho Ojos'

¿Nadie había querido reeditar Médanos hasta ahora? “Todos lo elogiaron pero nadie se atrevió. Creo que es un libro incómodo. Es como tener un adolescente en casa”, opina Baráibar. “Pablo Harari, el editor de Trilce, fue el único que osó ponerlo en un catálogo juvenil, a sabiendas de que era un libro ‘demasiado zarpado’ para ser vendido como juvenil. También, hay que decirlo, era 2008, había un cambio de signo político y todos nos animábamos a hacer cosas distintas. Luego del cierre de Trilce nadie se animó a reeditarlo, ni como juvenil ni como libro a secas. Desde Ocho Ojos creemos que es un libro que se ganó un lugar, a pesar de o gracias a ser problemático, y le está yendo muy bien”.

El cuidado por el diseño y la presentación distingue a sus publicaciones: “Queremos que sean libros lindos de ver, de tocar, de oler. Porque como lectores disfrutamos de eso. Más que buscar el énfasis en el diseño, lo encontramos. El proyecto se fue nutriendo de personas que levantaron mucho la calidad del producto inicial. Maru Fernández hizo el logo, Aiara Camacho las ilustraciones, Sofía Silvera el diseño, Javier Fraga el diagramado, Pablo Scagliola los retratos. Hay muchos artistas haciendo un aporte muy significativo para que los libros sean mucho más que texto. Y creo que esa sinergia de talentos se aprecia en el producto final”, dice Baráibar.

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En sus planes inmediatos está publicar Mockba, una serie de cuentos de Diego Muzzio, que dialogan con el libro de Bardesio.

Cierra Baráibar: “Si le das un libro a alguien, le estás diciendo ‘yo creo que vos podés tener un lindo romance con este libro, yo creo que este libro te va a hacer ciertas preguntas, te va a mejorar como persona’. Lo mismo cuando ponés un libro en el mercado, en librerías, le estás diciendo a quien quiera escuchar: creo que este libro debe ser tenido en cuenta, suma; vichalo”.