“No Te Va Gustar es el canal donde me expreso, es mi familia, es mi forma de vida; no me acuerdo mucho de antes de ser parte”, dice Emiliano Brancciari en Lejos de los focos, el documental que retrata la grabación de Luz, “un disco de canciones con sentimiento”, el último de la banda, el primero sin el percusionista Gonzalo Japo Castex y el tercero bajo la producción del venezolano Héctor Castillo, ganador de cuatro premios Grammy y colaborador de artistas como David Bowie y Gustavo Cerati. Con casi 30 años de carretera, han sabido atravesar repechos y bajadas, desde el derecho de piso de los comienzos, el boom del rock criollo, la proyección internacional, las rupturas y los cambios de integrantes, las tragedias, la conquista continental, la adultez y, ahora, una pandemia que los encontró en el medio de una gira por Argentina y que los obligó, como al resto del mundo, a parar la maquinaria y recluirse. En ese recorrido crearon una obra que ya lleva diez discos de estudio y que ha mutado del rock mestizo de los comienzos al directo y elegante pop rock de la actualidad.
El 2022 los encuentra de regreso luego de la emergencia sanitaria. Desde febrero hasta la fecha ya tocaron en Chile, Paraguay, México, España, Alemania y en gran parte de Argentina, donde de alguna manera son locales. Para el segundo semestre, además de Colombia, recorrerán Uruguay; la agenda “en casa” incluye Fray Bentos, Salto, Tacuarembó, San Carlos, Durazno y Melo, antes de cerrar la temporada en octubre, con dos fechas en el Hipódromo de Buenos Aires y en noviembre, con otras dos en nuestro Teatro de Verano. Pero no termina ahí, porque los autores de “No era cierto” y “A las nueve” ya planean el 2023 y adelantan: “Estamos preparando cosas para el año que viene, canciones originales y un par de versiones de Argentina y Brasil”.
En el medio de la peripecia, Brancciari, Martín Gil (trompeta) y Denis Ramos (trombón) recibieron a la diaria en Elefante Blanco, el estudio y base de operaciones de la banda en el barrio de Pocitos.
Están a mitad de camino de la primera gira pospandemia. ¿Cómo se están sintiendo?
Emiliano Brancciari: Con felicidad, sorprendidos para bien, más que conformes y disfrutando de este volver a vivir, volver a respirar, de cada minuto, no solamente de estar arriba del escenario, estamos disfrutando de todo; y con un público que nos está brindando un amor increíble y una energía hermosa.
Además, ahora vuelven a recorrer el país.
Denis Ramos: Nos encanta ir al interior. Cuando empezamos a ir, a principios del dos mil, era otra etapa de la banda, otro momento del rock también. Tocábamos a las tres de la mañana en un boliche y había que cortar la música que ya venía sonando para hacer ese show; era como educar a la gente en que iba a tocar una banda en vivo. Después fue un auge: muchas bandas de rock tocando en boliches a esa hora. Luego vinieron los festivales multitudinarios de rock, fue un momento muy fuerte. Hoy es otra etapa; si querés dar un concierto tenés que ir a un festival o vas solo, que es lo que vamos a hacer en esta ocasión.
Lo habitual cuando se recorre el interior del país suele ser ir a los teatros, pero en este caso van a espacios grandes y abiertos.
Martín Gil: De un tiempo a esta parte, a nuestros espectáculos va gente de todas las edades, con lo cual también el salir de tocar de noche, en un baile, donde el público es ese público, el que va a ese baile, que tampoco es todo el público joven de una ciudad, amplió un montón. [Ahora] va la familia entera: padres, hijos, abuelos. Entonces, ir hacia un horario más central, a un espacio que sea más abierto y accesible para todo el mundo, colabora pila para eso.
¿El show es el mismo en Fray Bentos que en Guadalajara?
Emiliano Brancciari: Sí. Más allá de que vamos haciendo pequeños cambios. Son shows largos en los que estamos tocando gran parte del disco nuevo, pero no falta ninguno de los clásicos. También tocamos cositas que hace tiempo que no hacemos. Pero siempre son más de dos horas y pico, sea donde sea.
Denis Ramos: Por suerte estamos tocando mucho del disco nuevo, eso es fundamental. Siempre intentamos hacer eso. Y la gente por suerte se lo toma bien. Siempre nos pasó así y está bueno que suceda porque si no, sos una banda de tus propios covers.
Los músicos viven con esa incertidumbre de saber qué va a pasar con el próximo disco, si un día no se termina, pero ¿se habían imaginado algo como la pandemia, de un momento para el otro parar todo?
Emiliano Brancciari: No. Ni siquiera cuando paramos creímos que iba a ser ni la décima parte de lo que fue. Nos agarró girando. Estábamos en Argentina y nos volvimos porque se cerraba la frontera. Creímos que en 15 días retomábamos en el mismo punto donde habíamos dejado. Imaginate la sensación de incertidumbre que empezó después. Jamás pensamos.
Ustedes tienen una estructura significativa para el medio. ¿Estaban preparados?
Emiliano Brancciari: Siempre tenemos como banda una especie de fondo por cualquier cosa. Lo que hicimos fue empezar a vivir de los ahorros y también mantener la infraestructura sin generar plata, mantener a la gente que trabaja con nosotros, hacer el esfuerzo de que sigan cobrando a pesar de no estar tocando, porque son tan importantes acá adentro como los músicos, entonces había que intentar retenerlos y que no se fueran a otro rubro.
Denis Ramos: Nosotros tomamos la decisión sabiendo eso. Hay gente que no lo pudo hacer.
Emiliano Brancciari: Hubo gente que tuvo que bajar la cortina, directamente.
Denis Ramos: Hicimos un esfuerzo, pero me parece que lo que dice Emi es fundamental. El equipo técnico nuestro es como de la familia, no es gente que vino cayendo en paracaídas y cayó acá. Es una parte muy importante de nosotros. Esto es una familia y era fundamental apoyarlos en ese momento que era mucho más fuerte para ellos que para nosotros. Era importante que siguieran, fue una decisión de banda.
Vos, Denis, aprovechaste para hacer otras cosas.
Denis Ramos: Hice un poco de todo. Hice cosas que siempre había querido hacer y por el tema de los tiempos nuestros no se podía; hice un curso de periodismo deportivo, que siempre me gustó y como era un año, agarré el 2021 y lo hice ahí.
¿Y la experiencia televisiva en Masterchef? ¿Cómo fue pasar de la contención de una banda al prime time?
Denis Ramos: No fue planeado, surgió. Primero dije que no, por el miedo a eso, justamente. Después como que me entraron a convencer. Había plata también, o sea, me terminó redondeando. Después, estando adentro lo disfruté, porque cuando me meto en algo me meto con todo. Le busqué la vuelta, sabiendo que era un show de televisión, que no era solamente la cocina, y me copé.
Emiliano Brancciari: Pero a nosotros no nos cocinó nada, le cocinó todo a [Sergio] Puglia [Risas]
Denis Ramos: Di lo mejor, yo qué sé. Duró hasta que duró.
Hablemos de Luz. ¿Es un disco hijo de la pandemia?
Emiliano Brancciari: Sí. Más allá de que la mitad de las canciones de las que elegimos, más o menos, habían sido compuestas un poquito antes, pero sí, porque lo empezamos a trabajar y a ensayar en ese contexto. Y por suerte tuvimos la oportunidad de grabar un disco, porque fue lo que nos salvó la cabeza. Las canciones que ya estaban capaz que aportan algo distinto a las que fueron compuestas durante la pandemia, que son un poquito más introspectivas, pero todo tiene que ver con sentimientos en este disco, con relaciones interpersonales, se aleja bastante de lo que fue el disco anterior.
Sobre esa introspección has dicho que estabas un poco saturado de lo macro, de las campañas electorales y todo lo que se genera.
Emiliano Brancciari: Es agotador. Es agotador ver cómo la gente pelea por cosas que en muchos casos no tienen ni sentido, y me pareció mucho más sano escribirle a otras cosas. Cuando empieza la carrera electoral es agobiante; no son sólo las redes, en todos lados, es cansador. Entonces, seguir escribiéndole a ese tipo de cosas…
En las últimas campañas escuché canciones suyas en actos tanto de izquierda como de derecha. ¿Se enteraron? ¿Cómo lo viven?
Emiliano Brancciari: A mí no me gusta nada, de ninguno de los dos lados, que se utilice música nuestra que no fue creada para eso, con fines electorales. Pero bueno, hay cosas que no se pueden evitar, no tenemos forma de defendernos de eso.
Pero más allá de que les moleste, ¿tienen previsto algo?
Emiliano Brancciari: No se puede. Si es publicidad, en plataformas, en televisión y radio, ahí sí, no pueden hacerlo, pero si es en la calle con un parlante nosotros no podemos hacer absolutamente nada.
¿Por qué decidieron volver a trabajar con Héctor Castillo?
Emiliano Brancciari: Porque tiene la capacidad de encontrar el cambio en nosotros, de llevarnos a cambiar de sonido. Y ya tenemos el camino allanado a nivel relacionamiento, ya es uno más de nosotros en cuanto al sentido del humor, a conocer qué puede dar cada uno, pero con la capacidad de que, si le decimos “queremos que esto suene totalmente distinto de lo que ya hicimos”, nos potencie ese deseo de la banda. Ya lo comprobamos con el acústico [Otras canciones], que hicimos después de Suenan las alarmas, ya sabíamos ahí que nos podía ayudar a cambiar de audio y lo hizo. Aparte, es tan buena la relación artística que tenemos que podemos decirnos lo que nos gusta y lo que no nos gusta de ida y de vuelta y sin ofenderse, sin tener problemas.
¿La nueva formación sin percusión incidió en el resultado o ya las canciones venían para ese lado?
Emiliano Brancciari: Sí, incidió, pero Suenan las alarmas ya era algo así. Obviamente que el acústico no porque se basaba bastante en batería y percusión, pero ya desde unos discos atrás la percusión no tenía un lugar tan primordial dentro del tipo de canciones.
¿Y los vientos, cómo fue el proceso? En el documental Lejos de los focos se visualiza lo tedioso que puede ser, por momentos, al ser los últimos en grabar.
Martín Gil: Los vientos tienen la particularidad de que somos tres, a diferencia del resto de las secciones dentro de la banda, y eso implica un trabajo extra de relacionamiento, de hacer las cosas en conjunto. Dentro de la dinámica de una grabación entrás medio que a lo último, junto con otros elementos, entonces tenés todo un tiempo de espera. Estamos incorporados, somos parte de la banda, hacemos todo el proceso de participar en la grabación, pero no de manera activa los primeros días. Eso te genera un poco de ansiedad. Muchas veces tenés que ir acomodando los arreglos porque la música va variando; nos gusta que pase eso, estamos abiertos a que la canción tome el camino que sea.
Emiliano Brancciari: Y es una cosa que inevitablemente tiene que venir después de otras, no podés poner la carreta delante de los bueyes. Siempre tienen ese peso de tener que esperar a que otras cosas queden fijas.
Martín Gil: Incluso nos pasa que teníamos un espacio o un motivo que pretendíamos para los caños y lo ocupa otro elemento que está buenísimo, que define muy bien la parte y se gana el lugar. Hay que bajar eso que ibas a proponer e ir por otro lado. Parte de la estética que trabajamos con Héctor es que sea bastante impresionista; o sea, los elementos entran de manera clara y se entiende bien y lo demás sale o baja y después entra otra cosa. Tratar de administrar los elementos para ir generando el arreglo de la canción, más que hacer que todo conviva y ver cómo podemos escuchar todo a la vez.
En este disco volvieron a trabajar con el saxofonista de Los Lobos y arreglador Steve Berlin, pero esta vez fue a distancia. ¿Cómo fue esa dinámica?
Denis Ramos: De algunas canciones le pasábamos lo que teníamos y él lo mejoraba o le cambiaba alguna cosita y le sumaba arreglos, y después alguna se la dimos de cero y él hizo el arreglo completo de la canción. Él manda un material en bruto y ahí empezamos a deshuesar, a tocar y probar hasta que llegamos a algo en convivencia. Hubo un antes y un después con la llegada de él, porque ve la música totalmente diferente, nos da otra amplitud de arreglos que a nosotros ni se nos cruza por la cabeza.
Martín Gil: A diferencia de Suenan las alarmas, donde también trabajamos con él y grabamos como sección, en este caso fue realmente a distancia porque estaba de gira. Ahí estaba el riesgo, iba presentando las ideas e íbamos resolviendo ahí, sacando frase a frase, tocando y armando ahí las voces y grabando; se nota en el disco esa espontaneidad, esa frescura de encontrarte con la música por primera vez.
Denis Ramos: La costumbre de él de tocar solo. En Los Lobos siempre tocó solo, la sección de vientos es él. Eso te da otra amplitud para moverte dentro de las canciones. Nosotros antes estábamos acostumbrados a tocar un arreglito, después tocar otro arreglito. El loco ve la música así, como que va viajando por dentro de las canciones.
Los invitados del disco evidencian el lugar que ocupan hoy ustedes. Por un lado, ya son los que reciben a las nuevas generaciones como Nicki Nicole, pero a la vez, dándose el gusto de tocar por primera vez con un referente como Ricardo Mollo.
Emiliano Brancciari: Nicki y Ricardo son realmente dos invitados que vienen de mundos diferentes y, como decís, de generaciones distintas, y la verdad es que las dos experiencias estuvieron buenísimas. Nicki entra de manera súper natural en una canción nuestra, escribiendo su parte y poniéndole un montón de amor a esa canción. Y Ricardo, qué decir, tenemos una admiración de muchísimos años. Empezamos haciendo canciones suyas, así que imaginate, lo hubiéramos querido invitar ya desde el primer disco, esperamos a que una canción nos dijera: “Mirá, acá tiene que estar Ricardo”. Encima, se dio todo para que lo grabáramos de manera presencial, porque justo venía a Uruguay; además, en ese momento justo había que hacer cuarentena y él la hacía a ocho kilómetros de la estancia [Vik, en José Ignacio] donde estábamos nosotros grabando, todo se dio. Le puso una energía y un amor increíble a la canción, ya se la sabía entera, vino a pasar todo el día, a hacer todas las tomas que quisiéramos, a grabar guitarras, a comer milanesas con nosotros.
Martín Gil: Una buena disposición y una generosidad increíble.
¿Milanesas de Denis?
Emiliano Brancciari: No, a nosotros no nos cocina.
Martín Gil: Sólo para la tele.
Denis Ramos: Estoy más arriba ya.
Emiliano Bracciari: Pará, más arriba de la milanesa no hay nada, te aviso.
¿Les sigue atrayendo el formato disco?
Emiliano Brancciari: Sí. Obviamente que nos hemos adaptado a todas las formas de escuchar música y a disfrutarla también, escuchar un tema y ver a dónde te lleva ese tema, pero nos gusta sacar discos, nos ayuda a renovarnos, a cambiar la piel entera, a tener un show nuevo, un arte nuevo, una estética nueva, visual y de audio. Nos gusta armarlo ya pensándolo como disco vinilo, lado A y lado B, y también escucharlo todo de corrido y ver por dónde te va llevando ese armado. Ese entramado nos sigue motivando. Después la gente lo escucha como quiere.
Denis, por ahí te escuché decir que siempre hay que tratar de colaborar con algo a la banda, aunque sea una sonrisa. ¿La convivencia es el secreto para mantenerse durante casi 30 años?
Denis Ramos: Es uno de ellos. No siempre estamos sonriendo, ¿no? Todos tenemos nuestros días.
Emiliano Brancciari: Pero bueno, aportar desde el lugar que te toque. A veces sos el que lleva el mate, el que viene de la casa y hace el esfuerzo de traer un termo con un mate, y otro es el que pone música, y el otro el que está de buen humor y hace chistes. Siempre desde la buena energía, aportando algo. Acá, si no aportás nada, te quedás afuera.
Gira Luz 2022 Uruguay - No Te Va Gustar
- 2 de setiembre: Fray Bentos
- 3 de setiembre: Salto
- 4 de setiembre: Tacuarembó
- 9 de setiembre: San Carlos
- 10 de setiembre: Durazno
- 11 de setiembre: Melo
- 4 y 5 de noviembre: Montevideo
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