El Instituto Nacional del Cine y el Audiovisual (ICAU) anunció cuáles son los largometrajes uruguayos que representarán a nuestro país en las futuras entregas de los premios Oscar, de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, y los premios Goya, de su contraparte de España.

En el caso de los Oscar, el film seleccionado fue El empleado y el patrón, dirigido por Manuel Nieto Zas, que tuvo su estreno internacional en la edición 74 del Festival de Cannes, en la selección oficial Quinzaine des Réalisateurs. También pasó por el Festival de San Sebastián y otros 40 alrededor del mundo, hasta ser estrenada en Uruguay durante el 40° Festival Internacional de Cine de Cinemateca.

Para la categoría Mejor película internacional (antes conocida como Mejor película extranjera) cada país elige una obra que lo represente. Durante el proceso de selección, sobre finales de este año, se revelará una short list que suele tener entre nueve y 15 títulos. De allí saldrán las cinco nominadas en la categoría, que serán anunciadas el 24 de enero, y la ganadora se conocerá el 12 de marzo de 2023 en el Dolby Theatre de Los Angeles. Esto no impide que El empleado y el patrón o cualquier otra cinta uruguaya pueda competir en otras categorías si los votantes lo consideran pertinente.

El largometraje cuenta la experiencia de dos hombres muy diferentes: un joven patrón de estancia preocupado por la salud de su bebé, y uno de sus empleados, también padre joven, que busca mantener a su pequeña hija. La selección fue realizada luego de una convocatoria pública: un jurado integrado por diferentes asociaciones relacionadas con el cine evaluó los títulos inscritos y resolvió la postulación por mayoría de votos.

Mientras tanto, para la preselección en la categoría de Mejor película iberoamericana de la próxima edición de los premios Goya, la elegida fue Bosco, de Alicia Cano Menoni. Esta obra tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam y obtuvo reconocimientos como el Biznaga de Plata al Mejor documental en el Festival de Málaga y un premio especial del jurado en el Festival dei Popoli. Su estreno local fue en el Festival Cinematográfico del Uruguay y lleva 13 semanas en cartel.

“Con inmensa alegría, desde el equipo de Bosco queremos agradecer a colegas, organizaciones e instituciones por habernos elegido como película candidata por Uruguay a los Premios Goya. Y también agradecemos a las 18.000 personas que, en un hito para nuestro cine, siguen manteniendo a Bosco en su 13ª semana en cartelera”, escribió Cano luego de conocer la noticia.

El documental buscará un lugar entre los nominados a los premios del cine español que se entregan desde 1986, y cuya ceremonia será el 12 de febrero de 2023 en el Palacio de Congresos y Exposiciones Fibes de Sevilla. Bosco, filmado a lo largo de 13 años entre Italia y Uruguay, cuenta la historia de Orlando, quien con más de 100 años sueña desde Salto con el pueblito italiano que le da nombre a la cinta. La selección local de este documental se realizó mediante un proceso similar al de los Oscar, con votación de representantes de las diferentes asociaciones.

El empleado y el patrón. Uruguay, Argentina, Brasil, Francia, 2021

El empleado y el patrón. Uruguay, Argentina, Brasil, Francia, 2021

Más reconocimientos

El cine uruguayo continúa siendo reconocido en el extranjero y en esta ocasión le tocó a la película 9, dirigida por Martín Barrenechea y Nicolás Branca, que obtuvo el premio Kikito en la categoría de Mejor largometraje extranjero en el festival brasileño de Gramado. La película, que sigue la historia de un jugador de fútbol que comete un error que podría costarle su carrera, también se quedó con el premio de la crítica, y su protagonista, Enzo Vogrincic, ganó el Kikito al Mejor actor en la categoría de films extranjeros.

Se dijo de ellas

El empleado y el patrón. “Ambientada en la frontera entre Uruguay y Brasil, la película de Nieto Zas no muestra a esa suerte de clase media rural o pequeño productor que suelen estar bien representados en la narrativa. Por el contrario, nos acerca al estanciero dueño de grandes extensiones de tierra, poseedor de maquinaria especializada y con un pelotón de gente a cargo tanto en el ámbito laboral como en el de su hogar. Y lo enfrenta con la familia pobre del interior, apelotonada en su vivienda y aceptando trabajos que separan al ‘hombre de la casa’ de los suyos, a veces por largas temporadas”. (Ignacio Alcuri)

Bosco. “La mirada persistente de Alicia Cano sobre este escenario fundacional (desde el mismo ángulo, a la misma distancia y a la misma altura) es un ejercicio similar al de Paul Cézanne cuando pinta la montaña Saint-Victoire una y otra vez a lo largo de su vida: un trabajo repetitivo para pulir y desarrollar un estilo, pero también una base fija para percibir el tiempo y el avance de lo aparentemente estático. Esta persistencia también es una forma de ralentizar el ocaso de ese pueblo (alargar su fin, plegarlo una y otra vez sobre sí mismo, hasta coquetear con la eternidad), con la mirada de Alicia como si buscara el rayo verde que sólo llega cuando el sol termina de ser devorado por el horizonte”. (Agustín Acevedo Kanopa)