Este miércoles falleció Lucas de Azevedo, baterista de la primera formación de La Vela Puerca, quien atravesaba un grave problema de salud. La noticia del deceso la dio el saxofonista Carlos Coli Quijano en su cuenta de Twitter, recordando las capacidades de su colega y amigo. “Los que lo vieron tocar saben que no miento. Se le pintaba una sonrisa en el rostro y todo era posible. Le decíamos 'El Pulpo', parecía tener ocho brazos”, escribió, junto a una fotografía de 1999. “Chau, Lucas. Buen viaje, amigo”.
A comienzos de agosto, La Vela Puerca había realizado un show a beneficio de De Azevedo en el Museo del Carnaval, por el agravamiento del tumor cerebral que sufría desde chico y que lo había obligado a abandonar la agrupación en 2004, diez años después de su debut.
“Después de una larga pelea, se nos fue Lucas de Azevedo”, escribieron en las redes sociales oficiales de la banda. “Nos queda el dolor por esta pérdida, pero también el recuerdo de su sonrisa inigualable que despertaba su amor por la música. Deskarado, De bichos y flores, A contraluz. ¡Ahí te escuchamos! ¡Buena gira, hermano!”. El baterista había regresado brevemente para tocar en el Velódromo cuando La Vela Puerca celebró 20 años.
Su don de gente fue uno de los aspectos más señalados entre quienes despidieron al músico, como es el caso del periodista y colaborador de la diaria Guilherme de Alencar Pinto. “Lucas fue de las personas más queribles que conocí en mi vida. Voy a guardar conmigo para siempre su frescura, su humor tan particular, la musicalidad que desbordaba por todos lados, no sólo en su batería sencilla pero tan exacta, de tan buen gusto y que llevaba tan bien las bases; también cantando, imitando con la voz los sonidos más inverosímiles; y escuchando y absorbiendo y entendiendo y sintiendo la música, compartiendo y gozando y llamando la atención para ciertos detalles y swings”.