Este lunes comenzó la edición número 17 de Atlantidoc, el Festival Internacional del Cine Documental de Uruguay. Hasta el próximo 29 de octubre podrán verse 70 documentales en 23 salas de distintas partes del país y en las pantallas de TV Ciudad y Canal 5, además de los tradicionales espacios de formación. Ricardo Casas, director del festival, conversó con la diaria sobre el pasado y el presente de este evento que se ha convertido en clásico.

“Empezamos a organizar festivales con Manuel Martínez Carril en 1982, con el Festival de Cinemateca, y no he parado desde entonces. En 1990 me fui a Europa tratando de hacer cine, me quedé en Suiza y, como los suizos no me dejaron hacer nada, me dediqué a recorrer festivales”, recordó.

Casas volvería a Uruguay un año más tarde: “En 1991 no solamente abrimos el Festival de Cinemateca, sino que además creé el Espacio Uruguay, que ya empezaba a haber producción de video en nuestro país, y en 1992 empecé con Divercine”.

Luego llegaría el primer Festival Internacional de Cine de Animación del Uruguay en 2005, y Atlantidoc en 2007. “No sé si los festivales dependen de mí o yo dependo de los festivales; lo cierto es que no me puedo despegar de ellos. Son como una criatura que va creciendo, se va desarrollando, llega a la mayoría de edad, pero que uno mantiene todavía cerca”, agregó.

Casas explicó que el Atlantidoc “se mantiene a tracción a sangre y a conocimientos”. “Los festivales, como cualquier emprendimiento, si no crecen se mueren. Y Atlantidoc crece cada año, aunque no así las formas de financiamiento que hay en nuestro país. No es un problema sólo de los festivales o del cine, sino de la cultura en general. Si yo llego a decirle a un colega de otro país con qué dinero contamos para hacer un festival, no me cree”, asegura.

“Si vas solamente a Porto Alegre, ahí nomás, por menos de 100.000 dólares no se mueven, no hacen ningún proyecto cultural. Y si vos les decís que acá el dinero que aporta la agencia del cine para un festival como máximo son 3.500 dólares, no te creen. Pero, bueno, los uruguayos tenemos esa capacidad de sobreponernos a todo y, a pesar de la escasez de dinero, igual hacemos un producto que es muy digno. De hecho, si te mandan 600 películas de 43 países, por algo será”, sostiene el organizador.

Otros tiempos

Cuando arrancó el festival, Atlántida era “un balneario que tenía su cine, que tenía proyectos de hotel cinco estrellas, puertos, etcétera, y nos entusiasmamos bastante. Con el tiempo el cine cerró, la Casa de la Cultura también cerró, y empezaron a surgir posibilidades de llevarlo a otros departamentos, algo que a nosotros nos interesa desde siempre. Mucha gente hace gárgaras con la palabra descentralización, pero nosotros tratamos de implementarla. Es por eso que este año llegamos a tantos departamentos”, afirma Casas.

“Creamos el Atlantidoc para que hubiera un espacio digno para el documental, que es lo que más se produce en Uruguay, y en los festivales generalistas te ponen a las tres de la tarde en la sala más chica. Y desde el primer año dijimos que era importante apoyar la formación de los documentalistas de Uruguay y la región; generar redes de producción y de intercambio de conocimientos. Entonces creamos un taller de producción y otro de guion”.

Este último es “un éxito brutal”, aunque “el taller de producción fracasó porque no se anotaba nadie. Nadie quiere hacer producción, y yo los entiendo muy bien, porque hacer producción de cine es complicado en cualquier lugar del mundo y más en Uruguay”.

El taller de guion este año será en el parque vacacional AEBU de Piriápolis. “Va a ser una semana completa que empieza el lunes en Piriápolis, de documentales de muy buena calidad, con gente que viene a presentarlos”. Casas dejó una advertencia a las personas interesadas: “Si ven un documental que les gusta, vayan. Apúrense, porque cada documental solamente se va a exhibir una vez. Si no lo ven ese día en esa sala, no lo van a ver más”.

Las obras que se verán tienen algunos intereses compartidos: “El tema ambiente siempre está. El tema de la guerra y la violencia ya empezó con Rusia. Y después está un tema que cada vez se nota más y es la inclusión o la discriminación. Ocurre mucho en América Latina con las poblaciones autóctonas, pero también ocurre en todas partes del mundo con los emigrantes, con los negros, con los minusválidos, con las minorías sexuales. Es un tema que preocupa”.

La programación completa del Atlantidoc puede revisarse o descargarse desde la página oficial del festival, atlantidoc.com.