Siempre es más fácil rotular algo que tratar de explicarlo. El término britpop surgió hace 30 años buscando englobar a un conjunto de bandas de rock inglesas surgidas a inicios de la década del 90 que, pese a ser muy diferentes entre sí, parecían tener influencias musicales parecidas y una cierta reivindicación de las raíces culturales británicas.
Enseguida pensamos en Oasis y en Blur cuando se habla de aquella época, dos grupos extremadamente distintos, pero que en forma paralela miraron al pasado para construir una propuesta musical que buscaba diferenciarse de los modelos rockeros estadounidenses de ese momento -especialmente el rock alternativo de Seattle-.
En el imaginario, Pulp disputó ese cetro de líder de la movida. Aunque lo de britpop bien podría haberse inventado para describir a la música del grupo, Pulp nunca se sintió parte de esa corriente. Cuando la movida explotó Pulp ya tenía más de 15 años tratando de llamar la atención del público inglés.
Jarvis Cocker había creado el conjunto siendo adolescente con un grupo de amigos en Sheffield, su ciudad natal. El grupo pasó por una cantidad de cambios de integración y de estilos musicales en los ochentas, llegando a grabar tres discos que no tuvieron repercusión. A fines de la década Cocker estuvo a punto de dejar la música para dedicarse de lleno a estudiar cine en Londres, pero el reencuentro en esa ciudad con Steve Mackey amigo músico y fan de Pulp, fue determinante para que cambiara de idea.
El grupo comenzó la década de 1990 con la integración que se convertiría en la más conocida: Russell Senior en guitarra y violín, Candida Doyle en teclados, Nick Banks en percusión, Steve Mackey en bajo y Mark Webber en guitarra, además de Cocker en voz, guitarra y teclados. El buscado y tan postergado éxito masivo llegaría en 1994 con su cuarto disco His ’N’ Hers, en pleno auge del mentado Britpop.
La banda liderada por Cocker tenía algunas similitudes y muchas diferencias con los otros grupos que habían surgido en esos años. Sin dudas había en Pulp una reivindicación de lo británico tanto musical como idiosincrática, pero su propuesta no miraba tan directamente al pasado como la de Oasis por ejemplo. Si bien los Beatles eran una referencia, la propuesta de Pulp se sentía mucho más cercana a la de cantautores como Leonard Cohen, Scott Walker o Serge Gainsbourg. Jarvis Cocker fue desarrollando una personalidad compositiva que tenía mucho más relación con estos músicos que con la tradición rockera, utilizando géneros musicales diversos, que podían ir desde el folk a la música disco.
Hubo, a la vez, otras influencias que marcaron su propuesta. Una de ellas fue la de Andy Warhol, mucho más en lo conceptual que en lo directamente artístico. De la misma forma que Warhol hizo arte con lo masivo y descartable, las letras de Cocker encontraron belleza en lo cotidiano y desechable, en las cosas de todos los días a las que no prestamos atención. Sus observaciones sobre los conflictos de clase, la cotidianeidad del amor, el deseo sexual -correspondido o no- y las decisiones casuales que cambian por completo la vida de las personas marcaron la tónica de las canciones de Pulp.
El ejemplo más acabado de todo esto es el disco Different Class, de 1995, un álbum casi perfecto que contiene algunas de las mejores canciones del grupo como “Common People”, “Disco 2000” o “Something Changed”. Estas joyas pop de aparente sencillez que se volvieron éxitos masivos son sin embargo temas bastante atípicos en cuanto a estructura musical, instrumentación y construcción letrística, demostrando que la música popular no necesita ser previsible para resultar accesible.
Tras este disco, quizás su obra maestra, el grupo realizó dos excelentes álbumes, This is Hardcore en 1998 y We Love Life en 2001 (este último producido por el héroe de Cocker, Scott Walker). Si bien casi todos los integrantes de Pulp continuaron carreras musicales muy interesantes, el foco de atención estuvo puesto en Jarvis Cocker que con el tiempo fue convirtiéndose en una figura intelectual de la cultura pop. A su actividad musical se le sumó la dirección de videos, la escritura, una destacada labor como conductor radial y la actuación cinematográfica en varios filmes de Wes Anderson (Fantastic Mr. Fox, The French Dispatch, Asteroid City) y hasta en una entrega de la saga de Harry Potter.
Pulp volvió a reunirse entre 2011 y 2013. Diez años después, en este 2023 volvieron a los escenarios con parte de su formación más conocida (Cocker, Doyle, Banks y Webber). Esta vuelta es la que los trae al Teatro de Verano como parte del festival Primavera 0, que tendrá su continuación el 27 de noviembre en el Antel Arena con la presencia de The Cure.
Primavera 0 presenta Pulp. Martes 21 de noviembre a las 21.00 en el Teatro de Verano. Entradas en Tickantel desde $3.850 a $4.300.