Este domingo se estrenó un capítulo de Lucky Hank, la nueva apuesta de los productores ejecutivos de Breaking Bad y Better Call Saul para la cadena de televisión AMC. En ella, Bob Odenkirk, actor de ambas series –encarnó al protagonista de la segunda, el abogado Saul Goodman–, vuelve a ponerse en la piel de un antihéroe: un tal William Henry Hank Devereaux, profesor que debe hacerse cargo simultáneamente de una crisis de mediana edad y de dirigir al decadente Railton College.
Hank es insufrible, pero también despierta piedad. Ahí es donde aparece el uruguayo Eduardo Mateo en escena. La música de “Yulelé”, el track que da inicio a su clásico álbum Mateo solo bien se lame (1972), suena en el primer capítulo de la serie, inmediatamente después del furtivo ataque de Gracie DuBois —una amante de las reglas y de la obra del escritor irlandés Jonathan Swift— en la sala de profesores.
Los ritmos percutivos ancestrales y la voz anestésica del genio uruguayo se escuchan sólo apenas como el fondo ideal para este momento en donde, luego del penoso y divertido suceso, la trama pide una cuota de poesía y esperanza en la raza humana, para seguir con esta historia definida como una comedia negra. La serie se basa en la novela Straight Man (1997), del escritor estadounidense Richard Russo.