“Qué mala suerte, no somos nadie. No tenemos personalidad. Cuando la muerte venga a buscarnos, aquí no habrá pasado nada. Pero si no pudimos deprimirnos por más que quisimos intentarlo, no podemos ser ni siquiera fracasados. Algo nos está saliendo mal”. (La Chancha)

Los versos de la canción “Algo nos está saliendo mal”, de La Chancha, refieren a personajes que se asumen sin mayor destaque, incluso sin la capacidad de transformar su insignificancia en una apología de la decadencia y la depresión. Y si bien hay cierto cinismo combativo y consciente en el sujeto lírico de la canción que no aparece en Extractos, obra escrita y dirigida por Leonardo Martínez, lo cierto es que mientras veíamos varias escenas de la obra sentíamos que la canción de La Chancha podía aparecer de fondo.

Los protagonistas de Extractos son El Genio y Ada. El Genio es un actor y bailarín que sueña con vivir de la danza mientras intenta vender su imagen para publicidades en castings que lo rechazan de forma sistemática. Ada trabaja cuidando niños de día y como moza en las noches, lidiando con la mala educación de los clientes y los magros salarios. Juntos intentan pagar el alquiler, la luz, y tapar las goteras de su apartamento. Juntos sostienen los quiebres familiares, las ilusiones de viajar y tener éxito. Son dos personajes que se parecen mucho a gran parte de la población joven de nuestra ciudad. Pero lo que se construye en esa precariedad es un vínculo cotidiano que finalmente es lo que otorga sentido a la vida de los personajes. En ese aspecto quizá Extractos tenga cierto parentesco con algunas obras como Y, de Federico Puig, o con Una forma de hacer tiempo, de Camila Diamant y Emanuel Sobré, otros espectáculos en los que había interés por abordar cómo conviven hoy personas jóvenes que no necesariamente presentan rasgos destacables o exitosos.

Lo particular del vínculo en este caso se traduce formalmente a partir del rol narrativo que tienen los cuerpos. Ya desde el comienzo vemos cómo el etéreo deambular de El Genio, que flota por el escenario cual Ariel dominado por Próspero, es abruptamente interrumpido por los eructos de Ada, quien, petaca en mano, irrumpe de forma algo violenta para bajar a tierra a su compañero. Y lo interesante, desde el punto de vista formal, es que las propias características de Renata Denevi y Luis Pazos parecen entretejer un vínculo creativo que se corresponde con el que establecen sus personajes. Es difícil precisarlo con palabras, pero los cuerpos parecen ser particularmente claves al momento de identificar las emociones que viven en el interior de Ada y El Genio. Esto es particularmente claro cuando El Genio marcha hacia el norte en busca del éxito. Luego del desengaño que le produce descubrir que la convocatoria fue un error (además, la compensación que le brindan como “regalo” ahonda el desprecio por su trabajo), el cuerpo de Pazos parece más pesado, su andar por el escenario se vuelve más cansino. Algo similar pasa con Ada, que, alejada de su amigo, entra en un espiral descendente que se ilustra en pasajes en los que deja que su cuerpo caiga sobre sillas o sillones. Y es que, repetimos, estos soñadores anónimos parecían sobrevivir emocionalmente apoyándose uno al otro. El vínculo, en definitiva, es el centro del espectáculo. Y no creemos que esto sea casual.

El trabajo del actor, dramaturgo y director Leonardo Martínez –al menos el que hemos podido apreciar en Montevideo– está sistemáticamente vinculado a la creación colectiva en los escenarios. Desde la maravillosa La defensa, que hace más de una década llegaba a nuestra ciudad de la mano del colectivo Imaginateatro de Paysandú, hasta las creaciones más recientes, producto de su colaboración con la compañía montevideana El Almacén, es claro que Martínez es un teatrista que trabaja y crea a partir del intercambio con otros artistas. Tanto es así que en muchos casos su rol como dramaturgo queda subordinado al rol creador de los elencos y el equipo de diseño con los que trabaja, y no al revés (la equiparación de roles es clara ya desde el programa de mano en Extractos). Y esto, más allá de otras valoraciones, es una decisión política. Como la decisión de crear y participar en festivales que privilegian el encuentro entre creadores y la comunidad. Llegados a este punto, pensamos que el eje temático que vertebra Extractos se vincula directamente con la forma de entender el teatro de Martínez. Y esos intereses también se expresan en la forma en que se genera el hecho escénico.

Extractos desarrolla una poética sobre la amistad, sobre el vínculo, dejándonos participar de la intimidad de los personajes y haciendo que nos encariñemos con ellos casi tanto como sus creadores. El trabajo de Renata Denevi y Luis Pazos (en comunión con el músico Ángelo Priore) transpira esa poética, volviéndola una experiencia que emociona de forma tan poco estridente como los personajes anónimos que desarrollan. De lo mejor que hemos visto en el año.

Extractos. Escrita y dirigida por Leonardo Martínez Russo. Con Renata Denevi y Luis Martínez. Teatro Victoria. Últimas funciones: sábado 22 a las 20.30 y domingo 23 a las 19.00.