Bajo el manto sagrado de artistas como Bob Marley, Nate Dogg y De La Soul, siempre estuvo todo bien con los Dostrescinco y sus aspiraciones melodiosas, especialmente después de “Voluntad” (2012), el clásico que definió su estilo y su lugar en la escena local, con barras para plantar bandera y un estribillo envidiable. A ver ahora, cuando, al filo de la empalagosa armonía de Perota Chingó, vuelven a jugar fuerte, sin sus credenciales de fieles representantes del hip hop colgadas sobre sus cuellos.
En Esencia, su nuevo disco, no están todos los de la vieja barra, pero quizás el espíritu siga siendo el mismo de sus comienzos. Desde esta nave sonora de colores pasteles no se distingue al transeúnte sobre el asfalto, pero es muy sencillo reconocer el rompecabezas de las nueve piezas musicales. “Vos llamalo como quieras, esto es música y punto”, decían en “Momento de swing” para explicitar la apertura hacia el “jazz, flamenco, rumba o plena” en uno de los tracks más inspirados de su disco Nueva temporada (2015). Luego vinieron Recordis (2017) y Los vagabundos del drama (2021), dos discos sólidos y elegantes con tanto rap como arreglos souleros, hechos con una fórmula que les permitió cristalizar su lírica reflexiva.
Las firmas de estos versos y las caras en la tapa de Esencia son las de Gabino, Taio y Bruno Cammá. Con todas las fichas puestas en el formato canción, el grupo convocó a Federico Lima (Socio) para trabajar junto a Cammá en la producción. Como su título lo indica, el cernidor del tiempo parece haberlos liberado de ciertas cadenas. Sus vicios de rap gallego se notan menos y ya no tiene lugar el conflicto entre el afán experimentador y sus obligaciones como soldados de la old school. Hasta la ropa y los paisajes de sus videoclips han cambiado, aunque eso no sería nada raro a la hora de un estreno.
¿Qué onda, una canción con la murga Agarrate Catalina? ¿Tan lejos? Se llama “Dos pasajes” y suena increíble: filosa y emocionante como un tema del Canario Luna en 1985. El exultante optimismo de todo el disco se explica con un viaje y el encuentro de una tierra ideal.
Arranca con “Buenos días”, Gabino rapea “Bienvenido el cambio /que venga y me desarme / vuelvo mejorado y te lo juro por mi sangre”, y el grupo, convertido en una amena orquesta de salón, con vientos, piano y coristas, se entrega al swing de un arreglo bailable para gente grande.
“Tirando de tres” es el tema más tradicionalmente hiphopero de la placa, con versos de DJ Miami, referencias al clap y a su beat de boom bap y un sample de Ice Cube. “Serena de amor” podría ser el otro extremo. Tiene la guitarra de Guzmán Mendaro e incluye la frase “tomar mate al solcito”. El arreglo de voces es irreprochable y Cammá, reconocido beatmaker y productor, aquí también se destaca como cantante en una melodía que le daría una vida más a Los Auténticos Decadentes.
En “Laid Back” prueban con una base de reggaetón, y a esta altura del disco la historia contada es la de un hombre inmerso en un proceso de enamoramiento que explica las ilusiones y las maravillas encontradas alrededor, y también el de una caída de aceptación, que explica otras ilusiones y maravillas inventadas. Mientras tanto, la banda de sonido no pierde la sintonía de un flow bien tranqui, y muy fino, que rompe siempre en una ola de estribillo funkero de la mejor cepa.
Lo que pasa en “De freestyle” puede ser un poco mucho, por lo menos para los acérrimos. Es otro jugueteo con los ritmos de la actual escena de la música urbana, que también podría confundirse con uno de Leo Maslíah. La vibra jamaiquina más pura se puede escuchar en “Feel it”, y también la mejor lírica del disco y el más logrado maridaje entre el rap y la canción.
“Nada a cambio” es otro track jugadísimo. El inicio melancólico tiene la épica de Eminem y la búsqueda es súper pop, al estilo del Cuarteto de Nos. “Me hice rapero porque el mundo me incomoda”, lanza Taio desde un barrio “sin nombre” en su canción solista con pinta de hit.
El disco lo cierra Cammá convertido en trovador profesional con “Reír así”, otra de las mejores del LP. Sin más enchufes que los de la amplificación, los raperos concluyen la redonda narración con un reggae romántico. Taio refiere a El viaje de Chihiro y Gabino, a “los fueguitos” de Galeano. Cae el sol y los artistas, confesos perdidos, siguen una ruta, sin miedo.
Esencia, de Dostrescinco. Pure Class Music, 2023. En plataformas. Presentación jueves a las 21.00 en La Trastienda. Entradas desde $ 795 a $ 985 en Abitab.