En los últimos días, las redes sociales se llenaron de referencias a una de las mascotas corporativas más famosas del planeta. No es que antes de eso hayan faltado memes o comentarios acerca de Mickey Mouse, pero alrededor del 1º de enero estos se multiplicaron. Además, casi todas sus apariciones fueron con el diseño de su primera aparición, la del cortometraje Steamboat Willie, estrenado en 1928 y uno de los primeros dibujos animados con sonido sincronizado.
Más allá de que algunos tópicos se viralizan y las personas no paran de hacer chistes con ellos (como mezclar la película El juego de la fortuna con los personajes de El Señor de los Anillos), en el caso del ratón que representa a The Walt Disney Company la respuesta es sencilla y compleja a la vez, y está relacionada con los derechos de autor y el dominio público.
Cada 1º de enero se celebra el Día del Dominio Público, fecha anual en la que una cantidad de obras intelectuales tales como libros, canciones o material audiovisual pasan a ser de dominio público, es decir, pueden ser utilizadas y explotadas sin restricciones de derechos de autor, ya que estos han expirado. Esto está contemplado en el llamado Convenio de Berna, firmado por 176 países, y que tiene que ver con la cantidad de años transcurridos desde la producción de la obra o de la muerte de su autor. El Convenio admite que los diferentes estados puedan tener diferentes plazos, siempre y cuando haya quien tenga la intención de mantener esos derechos.
Este último dato no es menor, porque Estados Unidos ha extendido los plazos para que las obras allí creadas ingresen al dominio público, y detrás del lobby a los legisladores que modificaron las leyes de derechos de autor se encontró, justamente, The Walt Disney Company. Tanto, que la ley que en 1988 extendió el derecho de autor por 20 años más es conocida como la Mickey Mouse Protection Act, porque los esfuerzos tenían como objetivo dilatar la llegada de Steamboat Willie (y con él, Mickey) al dominio público. Lo hizo 95 años después.
Hablemos entonces de Mickey Mouse en relación con las leyes de derecho de autor en Estados Unidos. Tal y como explica Gizmodo, hay algunas cosas que los estadounidenses pueden hacer a partir de este año con el ratón y su novia (Minnie también aparece en el cortometraje) y otras que no. Y seguramente los abogados de la compañía Disney estén muy atentos en aquellos casos de alto perfil o en los que haya potenciales ganancias involucradas.
Por ejemplo, los guantes blancos característicos recién debutaron en 1929 y la forma de sus ojos junto a otras características de diseño aparecieron por primera vez en el segmento “El aprendiz de brujo” de la película animada Fantasía, de 1940. Esto quiere decir que las personas pueden jugar (o intentar lucrar) con el ratoncito tal y como apareció en aquella historia del barco de vapor, o incluso podrían hacerle modificaciones originales, pero jugar con un Mickey o una Minnie más modernos los dejaría a la merced de uno de los equipos legales más temidos del mundo. Alcanza con recordar que en 2006 consideraron una “violación” de copyright que una pareja británica colocara su versión de Winnie the Pooh en la lápida de su hijo fallecido. La mala publicidad los hizo cambiar de opinión.
Tampoco pueden engañar al público para que piense que el nuevo material está de alguna forma relacionado con Disney, ya que en materia de marcas el asunto no está comprendido por las mismas leyes. Mickey como mascota de Disney es algo que no expirará incluso cuando el Sol se convierta en gigante roja con un tamaño que sobrepasaría la órbita terrestre. Con respecto a este tema, tanto Mickey Mouse como Minnie Mouse están registrados como marca por la compañía, lo que dificultaría no su uso sino la difusión del nuevo material. Hasta el tradicional Mickey como capitán del barco de vapor de 1928 comenzó a figurar desde 2007 en el logo de su estudio de animación... estableciéndolo como marca.
Volviendo a las redes sociales y a otro animalito de dominio público, el chiste más repetido entre los internautas fue el de transformar a Steamboat Willie en una historia de terror. Esto se debe básicamente a la película Winnie The Pooh: miel y sangre, estrenada el año pasado luego de que el 1º de enero de 2022 el osito creado por AA Milne y EH Shepard, el mismo de la lápida polémica, entrara en el dominio público (no así su remera roja, que llegó unos cuantos años después). Destrozada por la crítica, la película recaudó cinco millones de dólares con un presupuesto de apenas 100.000.
Como el dinero llama al dinero, el mismo lunes se estrenó el tráiler de Mickey’s Mouse Trap, comedia de horror en la que un asesino despiadado que utiliza una careta del ratón (al estilo de 1928, claro) aterroriza a unos jóvenes en un parque de diversiones. Además se anunciaron videojuegos (de horror) y hasta colecciones de NFT que a aquellos que ya hayan perdido fortunas con esta clase de archivos también les generarán escalofríos.
Lista de liberados
Con el arranque del año se compartieron listas de miles de creaciones de 1928 que entraron al dominio público en Estados Unidos (sujeto a cambios en otros territorios). Estas incluyen la novela Orlando de Virgina Woolf, la obra teatral La ópera de los tres centavos de Bertolt Brecht y las películas El circo de Charles Chaplin y El hombre que ríe de Paul Leni (cuyo protagonista, Gwynplaine, inspiró al Joker de los cómics de Batman). En el caso del material audiovisual, por ejemplo, podrá subirse a YouTube sin repercusión alguna.
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