Quincy Jones, uno de los productores musicales más prolíficos y laureados de la historia, falleció este domingo en su casa de Bel Air, California, a los 91 años. “Esta noche, con nuestros corazones llenos pero rotos, debemos compartir la noticia de la muerte de nuestro padre y hermano”, dijo su familia en un comunicado. “Celebramos la enorme vida que vivió, y sabemos que nunca habrá otra persona como él”.

Entre los logros más destacados de su carrera, que se extendió durante más de seis décadas, se encuentra el haber producido los exitosos discos Off the Wall, Thriller y Bad, de Michael Jackson, donde colocaron 17 temas en el Top 10 estadounidense, incluidos nueve número uno, además de superar los 50 millones de unidades vendidas. También encabezó la recordada grabación de “We Are the World”, la canción con fines benéficos que en 1985 se convirtió en el sencillo más vendido de todos los tiempos.

Además de su tarea como productor, trabajó como trompetista, compositor, arreglador, director de orquesta y orquestador. A comienzos de los 60 había construido una carrera como músico de jazz, arreglado discos de Ray Charles y dirigido la orquesta de Frank Sinatra. Dejó de tocar la trompeta en 1974, después de sufrir un aneurisma, ya que la presión al soplar podía poner en riesgo las arterias de su cerebro.

Jones también se destacó en la industria audiovisual. Compuso música para películas como la ganadora del Oscar Al calor de la noche o A sangre fría, basada en la novela de Truman Capote. En los años 80 obtuvo los derechos cinematográficos de la novela El color púrpura, de Alice Walker, y convenció a Steven Spielberg que aceptara el rol de director. En televisión, mientras tanto, compuso los temas musicales de series como Ironside (uno de los primeros usos populares de un sintetizador) y Sanford and Son, además de ser productor ejecutivo de El príncipe del rap, donde descubrió a Will Smith.

Tenía el talento de buscar entre cientos de demos hasta encontrar la canción perfecta para un artista, y luego aportaba sus conocimientos musicales a la hora de grabar. Y su obsesión con continuar evolucionando el sonido lo llevó a estar involucrado con sencillos que llegaron al primer lugar de los rankings en tres décadas diferentes, como por ejemplo el uso de la última tecnología en teclados y programación en su trabajo con Jackson.

Durante su carrera ganó 28 premios Grammy de un total de 79 nominaciones. Tenía latiguillos como “Hacé música que te ponga la piel de gallina” o “una gran canción puede convertir al peor cantante del mundo en estrella; una mala canción no puede ser salvada ni por los tres mejores cantantes del mundo”.

En 2017, en conversación con Rolling Stone, Jones había dicho: “Tenés que tener la esperanza de poder cometer todos los errores posibles, para de esa manera aprender. Yo los cometí todos. Absolutamente todos”.

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“Fly Me to the Moon”, de Frank Sinatra. Jones fue un colaborador clave en varios álbumes de Sinatra. Modernizó su sonido y arregló algunos de sus temas más icónicos, entre ellos este clásico del de ojos azules.

“Thriller”, “Billie Jean”, “Beat It” y “Bad”, de Michael Jackson. La asociación entre Jones y Jackson fue legendaria: produjeron álbumes que redefinieron el pop y establecieron récords mundiales.