Al inicio del nuevo milenio, cuando los ecos del grunge y el britpop no se habían apagado aún y la música electrónica estaba en su apogeo, un dúo noruego se hacía globalmente conocido con sus canciones acústicas y chiquitas, basadas en la interacción de las guitarras y las armonías vocales. El título de su primer disco, Quiet is the New Loud (que podría traducirse como “lo que suena bajito ahora es lo más fuerte” o “lo calmo es el nuevo ruido”) era casi un manifiesto.

El dúo Kings of Convenience, integrado por Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe, fue la cara más visible de una nueva movida musical que se gestó a inicios de los 2000 y que rescató con una nueva mirada el folk anglosajón de los 60 y 70 y la gran tradición latinoamericana de cantautores.

Paralelamente a su actividad con Kings of Convenience, Øye fue desarrollando una variadísima actividad musical que incluyó incursiones en la música electrónica y la formación de una banda ecléctica con influencias del pop y el soul llamada The Whitest Boy Alive. Radicado en Siracusa, Italia, desde hace varios años, formó un grupo llamado La Comitiva, acompañado de músicos locales. Con ellos editó un álbum este año y está haciendo una gira que lo traerá por segunda vez a Montevideo.

En 2021 editaste un disco con Kings of Convenience después de 12 años sin hacerlo y este disco con La Comitiva te llevó varios años de grabación. ¿Necesitás mucho tiempo para llegar a resultados que te convenzan artísticamente?

Tengo un proceso que consiste en grabar mucho, hacer varias mezclas, ir escuchando y haciendo diferentes versiones. Puede haber partes de una versión que me gusten, pero otras que no me convenzan. Con el pasar del tiempo, que pueden ser años, voy llegando a la esencia del tema. Con el disco de La Comitiva pasó que la pandemia se atravesó en el proceso. Ya habíamos empezado a grabar y estábamos cerca de terminar cuando comenzó la pandemia. Después se dio el lanzamiento del disco de Kings of Convenience en 2021. La grabación se detuvo y tuvimos que combinar las grabaciones que habíamos hecho en 2018 y 2019 con las nuevas.

Este disco está muy influenciado por el hecho de que me regalaron un ukulele para mi cumpleaños, uno muy bueno, y me puse a desarrollar varias ideas con el instrumento. Pero también hay una gran influencia de los otros integrantes de la banda.

Es bastante obvio que el lugar donde uno vive incide en la obra y este disco está muy influenciado por Italia, no sólo por el hecho de que cantás varios temas en italiano. ¿Lo ves así?

He escuchado mucha música italiana en los últimos 12 años y eso se nota en este disco. Lo primero que se me viene a la mente es la música de películas italianas, la obra de Ennio Morricone, por ejemplo. Además, la lengua italiana se presta mucho para un estilo de canción lenta y romántica, cada palabra es como una nube que es pronunciada bellamente, hay una dulzura muy especial. Por ejemplo, la canción “Il cielo in una stanza”, de Gino Paoli, que es una canción súper dulce. Para mí fue toda una revelación conocerla cuando me mudé a Siracusa.

Una cosa que siempre me llamó la atención es la influencia de la música latinoamericana –brasileña, en primer lugar– que ya estaba presente desde la primera época de Kings of Convenience. ¿De dónde viene esa influencia? ¿Escuchabas música sudamericana en Noruega?

No escuchaba nada de música latina en mi infancia o adolescencia. Mi influencia directa de la música latinoamericana es de hace diez años más o menos. Pasa que yo escuchaba música de artistas noruegos que tenían esa influencia. Es una influencia de segunda mano. Y no solamente me pasó con lo latino. Uno de mis héroes musicales, la banda noruega deLillos, tiene una enorme influencia de Neil Young. Yo no conocía nada de Neil Young cuando era adolescente, pero cuando llegué a su música, de alguna manera, ya lo conocía porque su obra estaba en parte en la música de esa banda noruega. En cuanto a Kings of Convenience, João Gilberto fue una gran inspiración del lado de Eirik: en su casa estaba el disco de João Gilberto en el Carnegie Hall y él lo escuchaba desde chico. Yo venía más del mundo de los Beatles, Pink Floyd…

Estuviste muy relacionado con la música electrónica. ¿Es algo que has abandonado por completo o te gustaría retomarlo en algún momento?

Me gustaría, pero tengo problemas de audición, tengo tinnitus. Si quiero seguir haciendo música, no puedo continuar con mi faceta de DJ, es demasiado volumen para mis oídos. Mi manera preferida de escuchar música hoy en día es en una reunión de diez o 15 personas, donde haya músicos que vayan tocando, uno por uno, canciones en su guitarra. Algo totalmente acústico, sin amplificación.

¿Sentís que la música electrónica influenció tu faceta acústica?

Totalmente. Por ejemplo, la canción “For the Time Being”, de este disco, está totalmente inspirada por un tema llamado “Quetzal”, de Los Hermanos, un artista de Detroit. Hay una frase que se repite todo el tiempo en ese tema, y eso es lo que tocamos en la guitarra acústica con la melodía yendo arriba de esa frase.

Si vamos a Kings of Convenience, estábamos muy inspirados por la música electrónica. Empezamos en los 90 y en esa época no era fácil tener un sintetizador o una computadora en tu casa, tenías una guitarra y gracias. Nosotros comenzamos a hacer una música que estaba muy inspirada por los loops; creo que estábamos más influenciados por la música electrónica que por la acústica, pero hacíamos música acústica por la simple razón de que no podíamos permitirnos otra cosa. Creo que eso fue parte de la originalidad de Kings of Convenience. En general, los artistas de música electrónica están influenciados por otros músicos electrónicos y los que hacen música acústica están influenciados por otros artistas acústicos. Nosotros combinamos los dos mundos y ahí resultó algo nuevo y fresco.

En este disco hay varios temas instrumentales, pero con un sonido acústico…

La música instrumental es mucho más difícil de crear que las canciones, porque en los temas cantados el foco está en la voz humana. Hacer música instrumental “con alma” es mucho más difícil, pero creo que la música instrumental es hoy muy necesaria para mucha gente. Si estás haciendo cosas, trabajando, la música cantada puede ser muy invasiva, demasiado emocional. No me avergüenza para nada pensar en que mi música puede ser música de fondo. La música de fondo puede ser algo muy importante, algo así como la banda de sonido de tu vida, y eso para mí es cumplir una gran tarea.

Erlend Øye & La Comitiva. Miércoles 4 de diciembre a las 21.00 en La Trastienda (Fernández Crespo y Paysandú). Entradas $ 1.500 y $ 1.900.