“Esta es nuestra ciudad de los muertos, / otra vida sostiene su cabeza cansada; / esperamos, intentamos, vivimos, sobrevivimos / contando los días, tratando de salir adelante”, grita Andrew Neufeld, vocalista y fundador de Comeback Kid en “Wake the dead”, la canción más difundida de la banda y la que le da nombre a su segundo álbum de estudio, editado en 2005.
El padecimiento territorial del artista no es novedoso ni mucho menos personal. Los criados en Canadá bien saben que el disfrute de su conocido bienestar social viene atado a una especie de castigo moral que los señala como habitantes de una nación aburrida e intrascendente, una versión descolorida de sus envidiosos vecinos en Estados Unidos.
A su favor, los canadienses pueden tirar sobre la mesa las partidas de nacimiento de Neil Young, Joni Mitchell y Alanis Morissette, y las de sus grandes comediantes –diríase que esa es su especialidad– como Norm Macdonald, Jim Carrey, Tom Green, Mike Myers y Dan Aykroyd.
Luego está su deporte nacional: el hockey sobre hielo. El nombre de esta banda de hardcore punk y metalcore, que llega por primera vez a Uruguay, es producto de una historia que bien podría compilarse junto a la campaña que en 1981 permitió el regreso del gran número nueve aurinegro a su club más glorioso: “A Morena lo traemos todos”, decía el estribillo del jingle.
En este caso, el deportista Mario Lemieux, nacido en Quebec, también vistió los colores amarillo y negro, y lo hizo durante 17 temporadas para los Pingüinos de Pittsburgh de la prestigiosa NHL. Fue ídolo nacional y sufrió años de mala suerte con muchas lesiones y enfermedades que lo alejaron casi definitivamente de las canchas de hielo pulido. En 1995, el periodista Michael Farber, de la revista Sports Illustrated, anunció el regreso del astro del hockey con una nota titulada “The comeback kid. Mario Lemieux is finally healthy and still a force (el muchacho del regreso por fin está saludable y todavía y tiene cuerda para rato).
Cinco años después, en Winnipeg, Manitoba, el cantante Andrew Neufeld y el guitarrista Jeremy Hiebert, miembros de Figure Four (otra banda canadiense de hardcore), encontraron lugar para otras canciones en un proyecto paralelo que dieron en llamar Comeback Kid.
Confesos consumidores de la música de los neoyorquinos Madball y los californianos NOFX, la cuenta da perfecto cuando se escucha su hardcore –y punk– de melodías, más cerca de At the Drive-In que de Bad Religion y más lejos de Green Day que de Suicidal Tendencies.
Su lista de influencias también incluye a Hatebreed, Gorilla Biscuit y el thrash de los primeros discos de Metallica. No casualmente, en 2017 trabajaron junto al virtuoso músico y productor Devin Townsend, tal vez la gran promesa del metal canadiense que, a mediados de los 90, puso a su grupo Strapping Young Lad en las tapas de las revistas inglesas y los carteles de los grandes festivales del género.
El primer LP de Comeback Kid es Turning it Around (2003) y remite directamente al hardcore de estilo neoyorquino y bien picadito de Sick Of It All. En el segundo álbum, Wake the Dead (2005), ya se escuchan sus marcas definitivas: riffs para zigzaguear entre emociones agridulces y espacios grandes para que la batería prepare el terreno de la explosión física del pogo. Le sigue Broadcasting (2007), un disco experimental en el que no tienen problemas en alejarse definitivamente del hardcore y entregarse a una larga aventura de épica instrumental.
Vuelven al sonido ruidoso (aunque súper limpio) en Symptoms + Cures (2010), y a esta altura, de hardcore sólo les queda la actitud de sus conciertos en vivo. En Die Knowing (2014), que contiene una de sus mejores mezclas de metal y punk, la banda encuentra una recuperación interesante en canciones ideales para los fans de los uruguayos Trotsky Vengarán y los argentinos Massacre. Outsider (2017) es su disco más thrashero, en el que brillan las virtudes de los sistemas digitales de grabación, el efecto wall of sound y faltan canciones con buenos estribillos.
Su último disco es Heavy Steps (2022). Por fortuna, aquí se respira algo de humedad de sótanos. Con un montón de trucos del Suicidal de los guitarristas Rocky George y Mike Clark, y buenos arreglos de su sección rítmica, salvan la prueba, luego de dos décadas de existencia rebelde.
A lo largo de su historia la banda tuvo un sinfín de cambios de integrantes. El grupo llega a su espectáculo de Montevideo como parte de una gira en la que también visitarán Chile, Colombia y Costa Rica, con Andrew Neufeld en vocales, Stuart Ross y Jeremy Hiebert en guitarras, Chase Brenneman en bajo y Loren Legare en batería.
Comeback Kid se presentará este martes a las 20.00 en Live Era (Uruguay 960). Entradas a $ 1.490.