Hace pocos días, el sitio web Bloody Disgusting anunció que la productora Kaledonia Pictures está preparando una película de terror basada en la Experiencia Willy Wonka. Y si ustedes saben de qué está hablando es porque pasan demasiadas horas en internet. Para el resto, resumiremos la historia de un bochorno que se volvió viral, que generó miles de memes y que convirtió en estrellas (durante 15 minutos) a sus protagonistas.

Todo comenzó en Glasgow, Escocia, a fines de febrero, cuando se anunció la Willy's Chocolate Experience, una suerte de parque temático para niños, con clara influencia de la novela de 1964 Charlie y la fábrica de chocolate, pero con suficientes libertades como para escapar a los abogados de los herederos de Roald Dahl. El sitio oficial prometía para el fin de semana del 24 y 25 “¡Un universo donde los sueños de golosinas cobran vida!”.

El sitio, que todavía puede visitarse, prometía espacios como el Jardín Encantado, el Laboratorio de la Imaginación o el Túnel Crepuscular, además de prometer actuaciones en vivo con “personajes encantadores que cantan melodías pegadizas originales”. La información de los sectores estaba acompañada de imágenes creadas con herramientas de inteligencia artificial que incluían desde palabras con errores ortográficos (“Imagnation Lab”) hasta sinsentidos (“Dippractions” o “Sviide”).

Más allá del mal augurio, decenas de familias escocesas se acercaron al depósito que debería tener color y diversión, y se llevaron una decepción similar a la de las decenas de familias uruguayas que en 2015 fueron a la Rural del Prado esperando encontrarse con un parque de atracciones con nieve y hielo.

Las redes amplificaron de inmediato lo que estaba ocurriendo. Los visitantes compartieron imágenes de un galpón despoblado con algunos elementos decorativos y de cotillón desparramados por el lugar. “Cobraban 45 dólares [35 libras] por esto”, comentó alguien en la red todavía conocida como Twitter. A la tristeza de la puesta en escena se le sumaba una joven vestida como los Oompa Loompa de la adaptación cinematográfica de 1971.

Esta versión lavada del mundo maravilloso que fue llevado tres veces al cine, la última de ellas en una precuela protagonizada por Timothée Chalamet, incluía un personaje 100% original llamado simplemente “Lo Desconocido”, que se movía en forma misteriosa y camuflaba sus verdaderos sentimientos bajo una máscara plateada.

Para peor, en lugar de la plétora de golosinas prometidas, los niños apenas recibieron un puñado de caramelos y un vasito de limonada. Los padres reclamaron la devolución de las entradas y, pese a que estaba explícitamente estaba prohibido en el sitio web, lograron recuperar el dinero después de una denuncia policial a los organizadores. La “Experiencia Chocolatera de Willy” (guiño) fue clausurada antes del final de su primer día.

Dice una frase viral que “cada día las redes sociales eligen a un protagonista; rezá para que no seas vos”. Pues habían encontrado a uno perfecto. Los usuarios (que no habían oído hablar de Hielópolis) lo compararon con el Festival Fyre de 2017, cuyo documental en Netflix es presentado como “La fiesta más exclusiva que nunca sucedió”. Y muchos hicieron bromas señalando que la experiencia era fiel, ya que en el libro original la mayoría de los visitantes pasaron un pésimo momento en la fábrica de chocolate.

A diferencia de otros protagonistas del momento, el evento se mantuvo varios días como trending topic, mientras los usuarios más avezados intentaban descubrir las identidades de Lo Desconocido y de la Oompa Loompa sin ganas de vivir, que resultó ser una joven llamada Kirsty Patterson. En conversación con Vulture contó que “estaba un poco escéptica”, pero que no pudo rechazar los 640 dólares (500 libras) que ofrecían por dos días de trabajo.

Se encontró con una producción a medio terminar y con un guion que parecía haber sido escrito por ChatGPT. De todos modos, le dijeron que podía improvisar, lo que la hizo dudar más. “Si escribiste un guion, probablemente estés orgulloso de lo que escribiste y no querés que la gente improvise”. Patterson no renunció. “A esa altura ya había firmado el contrato”.

Explicó que los niños estaban “confundidos” y “decepcionados” ni bien entraron al lugar y reveló que su fotografía más famosa fue tomada cuando ella ya se había quedado sin caramelos. Si bien confesó haberse sentido abrumada por la experiencia, abrió una cuenta en el sitio Cameo para aprovechar el momento y hacerse de unos dólares filmando saludos a demanda en video.

Más tarde se conoció la identidad de Lo Desconocido: una joven de 16 años llamada Felicia, quien realizaba literalmente su primera chamba. Su vestuario y sus movimientos hicieron que no tardaran en aparecer cosplayers de Lo Desconocido en convenciones del Reino Unido y otras partes del mundo, además de toda clase de ilustraciones en las redes. Algunas, incluso, en el estilo de los libros de Roald Dahl.

Con todo esto, no debería sorprender que una productora, que aparentemente fue creada ad hoc, anunciara la adaptación de la experiencia en forma de película de terror. Titulada nada más y nada menos que Lo desconocido, la historia seguirá “a un reconocido ilustrador y su esposa, quienes están atormentados por la trágica muerte de su hijo Charlie. Desesperada por escapar del dolor, la pareja deja su mundo atrás y se dirige a las Tierras Altas de Escocia, donde los espera un mal desconocido”. La pobreza del sitio web oficial de la película pronostica un resultado digno de la experiencia original.