En la educación pública inicial y primaria comienza una semana de vacaciones de invierno a partir del lunes 1º de julio, mientras que en la educación privada serán dos semanas. En esta nota, un destaque de algunas de las propuestas teatrales pensadas para niños y niñas.
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Las criaturas luminosas del jardín en el Solís
Kompañía Romanelli, el grupo de teatro con marionetas contemporáneas dirigido por Martín López Romanelli (en más de diez años, antes como Bosquimanos Koryak, estrenó ocho espectáculos que han recibido tres premios Florencio y dos Iris, y han viajado por todo el mundo), vuelve a la sala principal del teatro Solís, donde estrenará su espectáculo Las criaturas luminosas del jardín. Podrá verse en 16 funciones, el sábado 29 de junio a las 15.00, los días 2, 3, 9 y 10 de julio en doble función a las 15.00 y las 17.00, y el 5, 6, 7, 11, 12, 13 y 14 de julio a las 15.00. Las entradas están a la venta por Tickantel y hay 2x1 para Comunidad la diaria.
“Este espectáculo me tiene muy entusiasmado. Me gusta mucho el cuento, la historia que estamos contando. Esta abuela que se autopercibe grulla y su juego alrededor del jardín imitándola, y cómo se va encontrando con estos seres”, dice López Romanelli a la diaria. “Quizás sea el espectáculo que tiene una historia más concreta, más clara. Siempre me resultó particularmente complejo contar historias sin palabras, sólo con imágenes o sólo con muñecos. En este caso, si bien hay un texto en off, es muy cortito y sirve para ir guiando”, agrega.
Como es habitual en los espectáculos de la compañía, lo mágico está presente en lo cotidiano. En este caso, la acción transcurre en un jardín donde se dan cita diversas especies de animales, insectos y criaturas luminosas. “Siempre me gusta ver en las cosas cotidianas la magia posible. Esto tiene que ver con mi origen rural. Al atardecer en los arroyos, las corrientes de agua, las cañadas, conviven montones de especies: horneros juntando barro, peces, carpinchos bañándose, humanos acampando, y se arma una especie de comunidad alrededor de estos lugares, con seres muy diferentes pero que por un rato conviven. Un poco de ahí surge la idea de este jardín que se transforma en el atardecer en el destino de estos seres que terminan impactando en la personalidad de esta abuela a la que van a ir transformando a través de estos encuentros”, comenta.
Hay en los espectáculos de Kompañía Romanelli una apuesta fuerte por lo mágico, por rescatar la ilusión y la poesía de las cosas, pero también tienen la mirada puesta en la naturaleza como protagonista. Al respecto, desarrolla el director: “Hay un lenguaje propio de la compañía, una forma de comunicar desde la estética de los muñecos, las ilusiones a las que apelamos para contar los cuentos. Hay una línea, si se quiere, con Kodama y Bosque, de intentar sensibilizar sobre los temas ambientales o sobre nuestra relación con la naturaleza, sin llegar a la didáctica, sin decirle al público desde el escenario cómo debe comportarse”.
“El enfoque que por lo general hacemos de la naturaleza está en cómo preservarla, y ese es casi el único intento de relacionamiento. Además de eso, intentamos aprender de ella. Entendemos que así como la naturaleza se transforma, los humanos también. Nosotros no cuidamos la naturaleza, somos la naturaleza, estamos hechos de naturaleza. En los últimos tres espectáculos intentamos tocar estos temas”, concluye.
Momo en versión de Angie Oña
La novela del alemán Michael Ende, publicada originalmente en 1972 y convertida en un clásico de la literatura infantil y juvenil, fue adaptada a teatro por la directora Angie Oña en la obra Momo y los ladrones del tiempo, que se podrá ver en el teatro Victoria (Río Negro 1479) del 1º al 6 de julio a las 15.00.
Sobre el trabajo de adaptación del texto de Ende, Oña dice a la diaria: “Es una obra que quería hacer hace mucho tiempo, pero nunca concretaba... Siento que Momo es una pieza necesaria en este momento: una invitación a la dulzura de la escucha, una defensa de lo verdaderamente esencial. Toca fibras humanas y emotivas que necesitamos recordar en estos tiempos tan mareados. Es una de esas obras que nuestro corazón agradece, porque nos devuelve al eje. Las infancias la disfrutarán con la inocencia y el potencial amoroso que las caracteriza, por supuesto, y el universo adulto posiblemente reciba mucho para reflexionar”.
“En particular con respecto al trabajo de adaptación, cuenta: “No es una obra fácil de llevar a escena. Todo se dio debido a un accidente. Con el equipo de entrenamiento del Laboratorio de Emociones Escénicas la idea era trabajar otra pieza que no pudo ser. La pieza no llegaba, y esa fue la excusa ideal para lanzarme al desafío de crear una versión de Momo. No desde el ideal que siempre imaginé, sino partiendo del equipo”.
“Debo confesar que, por momentos, me salía humo del cerebro. Lo más complejo fue lograr que 15 personas concretas entraran en la historia (doblando o triplicando, en ocasiones, personajes) sin perder fidelidad a la esencia del original. La novela de Michel Ende es maravillosa. Puedo asegurar que, afortunadamente, su esencia late en escena. Han cambiado unos cuantos detalles, eso sí. Algunos tienen que ver con cuestiones imprescindibles del traslado del papel al teatro, pero también hay unos cuantos permisos poéticos y otras tantas cuestiones que debieron ajustarse al equipo. Por ejemplo: el Maestro Hora, en nuestra versión, es la Señora Hora”.
Por último, comenta: “El espectáculo ya está siendo una alegría. El proceso fue una fiesta. El equipo es maravilloso. Muchas personas del elenco se subirán por primera vez a las tablas. Yo me sumé, en el camino, al elenco, debido a que una compañera se tuvo que bajar. Juré que nunca más me metería en la locura de dirigir y actuar, pero caí otra vez. Se ha trabajado con mucho esmero y profesionalismo. La puesta en escena de Freddy González es dinámica y divertida. La poética de la pieza es muy significativa. El factor emotivo, también. Es todo un desafío. La expectativa está puesta en el acompañamiento de la gente. Ojalá lleguemos a los corazones con esta obra”.
Superniña, de Roy Berocay, en versión teatral
En la sala Zavala Muniz, del 2 al 14 de julio (de martes a jueves a las 14.00 y a las 16.00, de viernes a domingos a las 14.00) podrá verse la adaptación teatral de Rosina Carpentieri y Natalia Sogbe de la novela Superniña, en la que Roy Berocay continúa la historia de Mayte, la protagonista de la icónica Pateando lunas.
Carpentieri comenta a la diaria sobre la pregunta “¿por qué los hombres se meten con las mujeres?”, que es central tanto en la novela como en la obra: “En el texto original está bastante trabajada esa pregunta y esa reflexión desde Lali, la protagonista, que es una niña. A eso se suman las voces de su madre y su padre, que tienen un peso importante porque la ayudan a reflexionar, a llegar a sus propias conclusiones, a ir descifrando qué es lo que le parece que está mal y qué hacer para que no siga siendo así. Desde su mundo empieza a pensar que hay que cambiar algo desde las infancias para que eso no pase más, y sobre todo lo traslada al mundo adulto de las mujeres: ella se pregunta cómo hace su madre, cómo hace la tía de Zaira, su mejor amiga, cuando le dicen cosas por la calle, por ejemplo. Lali siente la necesidad de manifestarse en la escuela, porque es allí donde presencia esas situaciones de maltrato de un varón hacia una niña. Un poco por ahí se va respondiendo esa pregunta, a lo largo de toda la obra. Sigue reflexionando y sumando ideas a este famoso plan que elabora para detener eso e intentar cambiar un poquito el mundo, si se quiere”.
Sobre cómo se gestó la obra, cuenta: “Esto empezó cuando Natalia Sogbe, la actriz que hace el personaje de Lali y la asistencia de dirección, y por supuesto la adaptación teatral junto conmigo, me regaló el libro el año pasado para que lo leyera y pensara en hacer una adaptación para la escuela (nosotras somos profes de teatro en una escuela de educación artística). Ya habíamos trabajado con Pateando lunas, y cuando lo terminé de leer me parecía que había que hacerlo a nivel profesional y se lo propuse a Nati. Nos pusimos en contacto con Roy, que enseguida nos cedió los derechos, y nos pusimos a trabajar en la adaptación, en la que tuvimos muchísima libertad. Como dice la palabra, es una adaptación: siempre que una pasa de una novela al teatro hay un montón de decisiones que tomar, de cuestiones que modificar, que sacar, que sintetizar”.
Pez globo y Feroz-feroz en El Galpón
El texto de Daniela Arroio, en versión y dirección de Vanessa Cánepa y Eliana Routin, es una de las propuestas de El Galpón en estas vacaciones de julio, desde el jueves 4 al domingo 7 de julio a las 11.00. La historia se centra en el vínculo entre un niño llamado León y Jacinta, su nueva mascota, una pez globo.
Sobre el tema de la expresión de los sentimientos que aborda la obra, las directoras dijeron a la diaria: “La ternura siempre es la primera respuesta. Tratamos de encontrar un lineamiento actoral único en el que primen la calidez y la cercanía, aun en un espacio tan grande como lo es la Campodónico. Lo cierto es que nosotras llegamos a trabajar esta obra con un texto de Daniela Arroio que aborda la temática de una manera fantástica”. “Hay una idea generalizada (y un poco arcaica) de pensar la narrativa como la historia de un conflicto: A quiere B y aparece un C que lo dificulta. Eso es de alguna forma lo que nos enseñan en la escuela cuando empezamos a estudiar la estructura del cuento. Esta obra no tiene esa estructura (o al menos no está tan clara), y eso es fascinante. Por otra parte, los problemas que vivimos día a día son atravesados por tantas cosas, que tenemos el deber como creadores de no seguir simplificando nuestras historias para las infancias. Acá no hay un bueno y un malo, hay una persona tratando de entenderse a sí misma, y una pez que es tan humana que su condición de pez en una pecera podría ser una mera metáfora”, reflexionan.
Lo primero que destacan es al elenco, porque “tiene la capacidad de sostener este espectáculo desde diversos ángulos: ya sea con una actriz que amplifica su mundo aun cuando durante los 50 minutos de la obra se encuentra en un círculo de dos metros de diámetro; la comicidad y ternura de tres actores que hacen de niños desde la cercanía y no desde la parodia; o un actor que trae consigo un montón de efectos cual radioteatro, que acompañan la escena”. Además, agregan como un punto alto: “El trabajo del color: vestuarios, escenografía y visuales se conjugan muy bien y la iluminación es la magia que unifica y potencia, además de ser maravillosa de por sí”. “Por último, las canciones, donde hay dos originales para la obra, que son muy hermosas y pegadizas, y una tercera que es la dulce ‘Jacinta’, de Eduardo Mateo, que puede hacer lagrimear a cualquiera”, agregan.
En cuanto a los desafíos que les significó esta obra, hacen foco en que forma parte de la oferta de extensión de la institución. “Hay algo que es diferente a la hora de concebir un espectáculo como un actividad que forma parte de lo curricular formal, que luego los docentes trabajarán con el material. Siempre concibo el teatro para las infancias como un encuentro trampolín: si lo realizado está bien cuidado a través de una poesía cercana que propicie no sólo la emoción sino también la reflexión, después el mundo adulto referente de esas infancias va a tener que enfrentarse irremediablemente a un cuestionario. Un cuestionario necesario. Si esto no sucede y nos quedamos sólo con algo bonito, yo creo que algo falló. Estos trampolines se ven maximizados si nos encontramos ante un espectáculo para extensión: la actividad en el aula posterior de alguna manera también forma parte de los objetivos, y como público no nos podemos quedar únicamente con preguntas que tengan que ver con la narrativa”.
Por otra parte, el libro de la argentina Liliana Cinetto, ilustrado por Poly Bernatene, que pone en juego la figura del Lobo Feroz en los cuentos tradicionales desde una perspectiva diferente, podrá verse en versión teatral de Dante Alfonso, del jueves 4 al domingo 7 de julio a las 15.00, también en la sala Campodónico.
Sobre el texto original, Alfonso dice: “El libro de Cinetto está dirigido a los más chiquitos, por lo tanto la imagen prevalece. Hay muy poco texto, aunque el texto es una síntesis absolutamente admirable también. Está lleno de detalles y se van descubriendo a medida que se frecuenta el libro. O sea que si lo mirás o lo leés una vez y luego volvés a leerlo vas a encontrar otros detalles que no viste en la primera lectura. Está lleno de detalles en la ilustración también, y de sugerencias, por lo tanto es un libro inteligente que requiere tiempo y observación”. “La posibilidad dramática y su desarrollo están absolutamente asociados a la idea central del cuento, es importante nunca separarse de esa esencia que, de alguna manera, fue el imán que nos cautivó cuando lo elegimos. Yo dije ‘quiero hacer esta obra; no sé cómo la voy a hacer, pero quiero decir o transmitir lo que transmite el libro’. Ahí está el desafío: transmitir esa esencia. En la versión, por supuesto, tenemos que cuidarla, ya que lo teatral tiene sus propias reglas y el desafío también se ve ahí: ¿cómo llegar a la puesta en escena transmitiendo esa idea?”, comenta sobre el trabajo de adaptación. “Pero esto pasa con cualquier obra, también con las que son escritas para teatro, porque el libreto no es nada más ni nada menos que literatura. Las posibilidades dramáticas siempre son un desafío, no sólo para una versión sino también para una puesta en escena”, acota.
“En algún momento pensé que podía ponerle un subtítulo a la obra, algo así como ‘Instrucciones para que padres primerizos cuenten cuentos a sus hijos’, cuenta Alfonso. “¿Qué quería decir con esto? El que vea la obra lo entenderá. La puesta está hecha como en el living de una casa, hay un sillón, una lámpara, un banquito, una mesa ratona, unas plantitas de interior, y ese criterio estético nos sirve para contar el cuento. Es como si estuviéramos reunidos en un cumpleaños o una piyamada, y los padres usan todos los elementos de su casa para convertirlo en una escenografía y desde ahí representar el cuento. No sólo contarlo sino también representarlo. La puesta está hecha con muñecos grandes. En algún momento pensé que podían ser actores, pero después de meditar un poco nos dimos cuenta de que tenía que ir por el camino de los muñecos, que es totalmente aceptado por los niños y por los mayores también”.
Las cuatro estaciones de Vivaldi por la Ovidio
Del 3 al 7 de julio a las 15.30 en el auditorio Vaz Ferreira (Biblioteca Nacional), la Ovidio Titers Band presentará Las cuatro estaciones de Vivaldi, un espectáculo teatral-musical de títeres de gran porte, basado en la obra del compositor veneciano, que funciona “como una especie de partitura para las cuatro historias que se narran con muy diversas técnicas de títeres utilizadas, desde la luz negra al teatro negro”. Las entradas se consiguen por Tickantel y hay 2x1 para Comunidad la diaria.
“Es un espectáculo para todo público: todo el mundo puede encontrar lecturas posibles. Intenta entretener, pero tiene grandes momentos de emoción y de humor. No hay una historia muy fuerte ni muy compleja, sino que es transcurrir a partir de la música, pero está toda la poesía del movimiento, de la aparición, de la desaparición, de la magia”, define Daniel Ovidio Fernández, y agrega: “Funciona igual en el público infantil que en los otros públicos: hay una clara noción de que ahí hay algo para decodificar. La recepción es muy buena. De alguna manera interpretan lo que está pensado por Vivaldi y está escrito en la partitura: esa parte más ilustrativa aparece”.
Las cuatro estaciones, la obra de Antonio Vivaldi, cumplirá 300 años en 2025. Al respecto, comenta el director: “Creo que en estos 300 años esa música sigue tan vigente y tan potente, tiene algunos elementos que parecen de música contemporánea por su vigor. Tiene una variedad de sonidos enorme. Todo esto lo digo sin tener conocimientos específicos de música y mucho menos de música clásica, aunque tuve en su momento el asesoramiento de Fernando Condon y de otros intérpretes”. “La música no es mi especialidad, no lo busqué por el lado musical sino por el lado de cómo pegaba en la gente, sobre todo en la gente que yo conozco y que no tiene predilección por la música ‘culta’. Hay una intención de contar: él escribe en la partitura algunas ideas, tiene algunas zonas de humor –hay pájaros, unos ladridos–, hay unos sonetos en los que explica de qué viene. Me parece que además de la calidad musical, de esa destreza, pone ingredientes –es algo que no puedo explicar pero sí lo puedo sentir– que tienen que ver con nuestra vida cotidiana, con lo que nos pasa, sobre todo a las personas que no estamos vinculadas a la música. Hay guiños, pequeñas vías de acceso”, añade.
Agrega que uno de los anclajes fue pensarla desde el sur, desde Montevideo, Uruguay. “Empezamos en el verano y es ir hacia el mar; en el otoño las hojas son lo que más complica y por eso aparecen los barrenderos; en el invierno, para los que nacimos en barrios alejados del centro, el ómnibus nos dejaba lejos y pasábamos frío en esa caminata y lo que era hermoso era un mate, un café, una sopa al llegar, algo calentito; la primavera es más universal porque en todos lados pasa lo mismo, que es que florecen las cosas. La intención fue usar luz negra, pero hay otras técnicas también. Cada historia y cada estación tiene un lenguaje, una forma de contar”.
Viaje al centro de la Tierra y Señor M en el Sodre
La compañía Bestia Peluda, dirigida por Damián Barrera, vuelve con esta adaptación del clásico de Jules Verne, que esta vez se podrá ver en la sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional Adela Reta el sábado 29 de junio y del 1º al 6 de julio a las 17.00. Las entradas están a la venta por Tickantel y hay 2x1 para Comunidad la diaria.
El espectáculo, que fue galardonado con cuatro premios Florencio, entre ellos a mejor espectáculo para niños, trae las aventuras de esta novela del siglo XIX. “Fue un desafío muy grande, sobre todo por la cantidad de escenarios que aparecen en la novela”, comenta el director en diálogo con la diaria, y detalla: “Alemania en 1863, Islandia, bajan por un volcán, encuentran un mar subterráneo, se enfrentan a dinosaurios. Por ese motivo elegimos el recurso de proyecciones interactivas y mapping, haciendo que las imágenes y videos fueran las páginas del libro de Verne que cobra vida y van pasando de lugar en lugar y los actores avanzan por cada página, cada lugar. Por eso los intérpretes se meten en las proyecciones y podemos mostrar cómo viajan en barco, bajan con cuerdas por un volcán o se enfrentan a un plesiosaurio”.
Sobre la vigencia de esta literatura de aventuras en la actualidad, dice: “Los de Verne, ¡todos! Viaje al centro de la Tierra sigue estando muy vigente, toda la aventura que plantea Verne no ha perdido ningún interés. Es como una versión de Indiana Jones del siglo XIX. Pero además, sumando la literatura fantástica del autor que hace posible que un viaje como estos pudiera ser real: encuentro con dinosaurios, hombres prehistóricos, mares subterráneos. Es darle rienda suelta a la imaginación”.
Los mismos días en la misma sala, pero a las 15.00, estará el también premiado (recibió tres Florencio en 2015, incluido el de mejor espectáculo para niños), también dirigido por Barrera, Señor M. “Es muy disfrutable de principio a fin y podemos sentirnos muy identificados con la historia. El espectáculo lo hicimos por primera vez hace 12 años y sigue siendo muy actual. Una niña con mucha fantasía que desea que sus dibujos cobren vida para tener con quién jugar, porque su papá trabaja mucho. Y un día ese deseo improbable se hace realidad embarcando a la niña y al padre en un encuentro que los cambia a ambos: a través de un monstruo, un juego, una fantasía, pueden acercarse y conocerse en profundidad. Sería genial si pudiéramos tener esa oportunidad todos, ¿no?”, comenta el director.
Sobre la recepción que ha tenido la obra en estos años, dice: “Siempre ha sido muy cálida y llena de muestras de agradecimiento, sobre todo de padres y madres. Es una obra muy tierna y emotiva, sobre todo para los adultos, y eso lo recibimos cada vez que la hacemos y en cada lugar al que vamos. No paramos de recibir mensajes de gente que dice que ya la ha visto con sus hijos cuando tenían seis años y que van a volver a verla con niños de 12. Hay quienes han visto la obra más de cuatro veces. Y volvemos porque el Auditorio y mucha gente lo han pedido. Así que esperamos reencontrarnos con mucha gente y conocer nuevos espectadores que disfruten de la historia por primera vez”.
Quiroga revisitado: Trinum regresa con Misión selva
Tres personajes que se encuentran en la selva misionera buscan los tesoros que dejó un tal Horacio Quiroga. Con esta premisa, la compañía Trinum aborda el universo del autor salteño desde el clown en Misión selva, que se podrá ver desde el 29 de junio al 9 de julio a las 15.00 en el teatro Alianza. Las entradas están a la venta y hay 2x1 para Comunidad la diaria.
Sobre su trabajo con los textos quiroguianos, los integrantes de Trinum cuentan: “En nuestro caso los abordamos desde una perspectiva dramatúrgica del clown teatral, un lenguaje que nos permite tratar temas complejos como los que plantea Quiroga desde un lugar cómico y profundo a la vez. Este abordaje nos pone en diálogo inmediato con las infancias para reflexionar desde la ficción y el juego teatral. El trabajo fue muy delicado, ya que teníamos claro que no queríamos dejar temas afuera porque fueran difíciles, entonces fue un gran desafío ponerlos en escena”. Y agregan: “En cada cuento Quiroga nos propone temas vigentes para la sociedad y el mundo actual. Temas que plantean una profunda reflexión acerca de nosotros mismos: la muerte, las guerras, la intolerancia, el vínculo entre el ser humano y su entorno, entre otros. Para nosotros es importante que las infancias vengan al teatro en familia y luego sigan preguntando y conversando acerca de lo que vieron, así como vivir una experiencia teatral disfrutable”.
“Cada función es diferente, no porque el guion cambie sino porque el elenco (esto viene del lenguaje del clown) escucha permanentemente al público en sus reacciones y comentarios. A veces conocen los cuentos y dialogamos con eso, otras se conmueven y lo comentan”, dicen sobre su propuesta escénica. “Por otra parte, hay un trabajo muy dedicado a generar la comicidad y la risa, atendiendo a que sea un espectáculo inolvidable para las infancias pero también para el público adulto que acompaña”, agregan.
Y algo de cine
Montevideo Audiovisual propone un ciclo de cine para las infancias en diversas salas y espacios culturales, con entrada libre. La intención es provocar el descubrimiento de historias diversas, con películas y cortometrajes de distintas partes del mundo. En su tercera edición, Aventuras de cine contará con una programación variada, con destaque de contenidos audiovisuales del canal colombiano Eureka; la proyección de Soñadores, un largometraje animado producido por el canal argentino Pakapaka; el primer capítulo de Bichero, serie uruguaya sobre naturaleza conducida por Antonio Ripoll; y el largometraje ruso de animación Guardianes del museo, que cuenta la historia de un grupo de gatos que viven y cuidan el museo Hermitage de San Petersburgo. En agosto se sumarán contenidos de Divercine. Más información y funciones actualizadas: montevideo.gub.uy/agendacultural.
Soñadores estará el martes 2 a las 16.00 en el Centro Cultural Nacional Parque del Plata, el miércoles 3 a las 14.00 y el jueves 4 a las 11.00 en el Castillo del Parque Rodó, el jueves 4 a las 15.00 en el Castillo Idiarte Borda, el viernes 5 a las 15.00 en el Centro Cultural Casa Pueblo y en la Casa de la Cultura del Prado, el sábado 6 a las 17.00 en el Centro Cultural Alba Roballo, el martes 9 a las 15.00 en el Centro Cultural Terminal Goes y el jueves 11 a las 16.00 en el Centro Cultural Florencio Sánchez.
Bichero estará el sábado 29 de junio a las 14.00 en la sala Lazaroff, el miércoles 3 a las 11.30 y el jueves 4 a las 14.30 en el Castillo del Parque Rodó.
Guardianes del museo se proyectará el martes 2 a las 15.00 en el Centro Cultural Terminal Goes y a las 16.00 en La Experimental, el miércoles 3 a las 15.00 en el complejo Sacude, el viernes 5 a las 17.00 en el Centro Cultural Casa de la Pólvora, el sábado 6 a las 16.00 en el Centro Cultural Artesano, el domingo 7 a las 17.00 en la sala Lazaroff y el miércoles 10 a las 16.00 en el Centro Cultural Florencio Sánchez.
Por último, los cortometrajes de Eureka podrán verse el miércoles 3 a las 11.00 en el Castillo del Parque Rodó y a las 16.00 en el Centro Cultural Nacional Parque del Plata, el jueves 4 a las 14.00 en el Castillo del Parque Rodó, el viernes 5 a las 14.00 en el Centro Cultural Crece, el sábado 6 a las 14.00 en el Centro Cultural Julia Arévalo y el sábado 13 a las 16.00 en Melillarte Comunidad Creativa.