La acción transcurre en eso que conocemos como futuro muy cercano. En las asépticas oficinas de una compañía farmacéutica, los empleados trabajan con normalidad hasta que un hombre llega reclamando respuestas por la muerte de su hija, quien era participante de un ensayo clínico. La acción no pasa a mayores, pero la compañía deberá descubrir qué ocurrió con ella si quiere que el ensayo continúe.
Así comienza The Female Side Effect (El efecto secundario femenino, podría traducirse), cortometraje escrito y dirigido por el uruguayo Alex García Mallarini en el que en pocos minutos se aborda el lado oscuro de la medicina, especialmente en lo relacionado con las mujeres.
La pieza tiene el potencial para convertirse en algo más grande, según su director, aunque el mensaje ya se encuentre en sus 11 minutos.
“Mi rumbo fue un poquito no convencional”, explica García Mallarini. Nacido en Nueva York, de madre uruguaya, vivió en Montevideo desde los cinco años hasta los 19. “Soy yanqui en papel, pero uruguayo de corazón”, dice a la diaria. Siempre le llamó la atención lo audiovisual, y después de estudiar Dirección de Arte de Publicidad en Estados Unidos, trabajó casi 15 años en una agencia de publicidad de su ciudad natal.
En 2017, “quemado de la cabeza” de ese mundo, se fue un año como mochilero, capturando imágenes con una GoPro. “Fue un año en el que le encontré el amor al cine, a la cámara. Encontré mi estilo y me puse a escribir”, recuerda. Mientras filmaba comerciales con ese estilo, en paralelo comenzó a realizar cortometrajes, estableciéndose en Barcelona desde hace tres años.
Su búsqueda creativa tuvo varias etapas: “Al principio fue muy experimental; no sabía lo que quería contar. Tuve una etapa más poética, romántica, y no sé por qué siempre tuve elementos de muerte en mis cortometrajes”, dice En Female Side Effect la acción principal transcurre mientras la protagonista hace una autopsia, ayudada por una inteligencia artificial.
“Este último cortometraje es una crítica social. Una crítica a la medicina. En mis trabajos quiero hacer pensar un poco; creo que la audiencia va a tener su punto de vista y eso es lo lindo de eso. Generar cosas y después escucharlas”, afirma sobre el corto, que fue filmado en Barcelona con actores de diversas procedencias.
La historia está inspirada en un episodio de su vida. “Mi pareja y mi madre tuvieron en su vida efectos secundarios por medicina que les dio un doctor”, revela. Empezó a hablar con su pareja del tema, y nunca perder el punto de vista femenino. “Hablamos con ochenta y pico de mujeres. Algunas que estaban en el mundo de la medicina, otras que no, mujeres que sabían del tema y muchas otras que no. Leí un par de libros que hablaban del tema, pero lo quería contar como ficción, no como un documental. Que tuviera impacto”.
“Como referencia usé mucho el show Black Mirror, que te deja pensando, pero lo hace de tal manera que tiene una ficción, una historia. Quise hacer algo parecido”. Su intención era generar una pieza que creara conversación sobre el tema, pero también desarrollar un concepto que luego pudiera ampliarse en algo más grande. Logró simplificar la idea, conseguir dinero a través de la financiación colectiva y su propio bolsillo, para luego comenzar la producción, con un equipo de trabajo mayoritariamente femenino para que no se perdiera esa visión del tema.
“Conseguimos una locación que ya era muy sci-fi, tuvimos suerte, y lo grabamos en dos días. Pero fue un proyecto que fue evolucionando incluso en la posproducción”. Los parlamentos de la inteligencia artificial, por ejemplo, fueron modificados en base a las reacciones de la actriz. “Fue algo muy interesante”, recuerda García. El paso siguiente fue subir el cortometraje a YouTube, para que llegara a la mayor cantidad de personas. “Que generara conversación”.
The Female Side Effects recorrió festivales y recibió varios premios, y el público empezó a hacerse preguntas acerca de la historia, el antes y el después de los personajes. “Creo que no es para un largometraje, porque muchos de estos personajes me parecen muy interesantes, entonces lo convertimos en una serie de ocho episodios. Ese es el plan. Nos metimos en la temática en forma más profunda y también más oscura”.
García ya tiene “el paquete armado” y ahora viene “la parte más complicada”, que es conseguir quien lo compre. “Lo bueno es que es interesante porque tiene varios ángulos. Hay gente a la que le pega la temática y otra a la que le pega el estilo. Que tiene algo de sci-fi, pero yo lo describo como distopia-thriller. Como un Black Mirror o True Detective, en ese estilo cinematográfico. Estamos hablando con varias personas y ojalá alguien quiera crearlo”.