Por estos días resurgió la discusión entre aquellos que prefieren ver las películas dobladas al español y quienes prefieren verlas en su idioma original con subtítulos. Pero más allá de la practicidad que pudieran tener las primeras, no habrá actor de doblaje en el mundo capaz de reemplazar a James Earl Jones, quien falleció este lunes a los 93 años.
Cada vez que los medios estadounidenses hacen una selección de los mejores villanos de la historia del cine, el primer puesto (en el peor de los casos, un lugar del podio) está reservado para Darth Vader, el implacable comandante del Imperio Galáctico que debutó en La guerra de las galaxias de George Lucas, en 1977. En los primeros minutos de la película, una misteriosa figura de casi dos metros de altura (el actor David Prowse) aparecía entre el humo y los cuerpos que habían caído en el intercambio de disparos. La música de John Williams y la respiración del personaje le daban un toque aterrador, pero el conjunto no se completaba hasta que tomaba del cuello a un pobre oficial y le preguntaba: “¿Dónde están las transmisiones que interceptaron? ¿Qué hicieron con esos planos?”. Nada volvería a ser lo mismo.
James Earl Jones cobró 7.000 dólares por un par de horas de trabajo y pidió no ser incluido en los créditos, por una discusión acerca de si la actriz que hacía la voz endemoniada de Linda Blair en El exorcista (1973) debía figurar. De todos modos, continuó aportando su talento vocal en las siguientes entregas de la trilogía original, además de otras películas y series, y finalmente el público supo de quién se trataba cuando Vader decía a Luke Skywalker “No... Yo soy tu padre”.
Para cuando se estrenó la primera película galáctica este actor ya tenía unos cuantos años en el cine. Había debutado en Dr. Insólito, o Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba (1964), de Stanley Kubrick, y a comienzos de la década siguiente ya había sido nominado al Globo de Oro por su actuación en el film La gran esperanza blanca, de Martin Ritt, en la que interpretó una versión ficticia de Jack Johnson, primer boxeador negro campeón mundial de peso pesado. Ya había sido nominado al premio Tony por este mismo rol en Broadway.
En su carrera no tuvo uno sino dos trabajos de doblaje (en ninguno de ellos utilizó su cuerpo) que quedaron para la historia. El otro fue en El rey león (1994), la película animada de Disney inspirada en la vida salvaje africana y el drama shakesperiano Hamlet. El público la convirtió en su momento en la segunda película más taquillera de la historia y aquellos que la vieron en su idioma original (aquí esa posibilidad recién llegaría con el DVD) disfrutaron de Jones en el papel de Mufasa, el rey traicionado por su hermano Scar que desde el Más Allá aconsejaba a su heredero, Simba. También repetiría el trabajo en una secuela y en la remake animada por computadora de 2019.
Por supuesto que su rostro también se hizo conocido alrededor del mundo. Entre otros trabajos, fue el pérfido hechicero Thulsa Doom en Conan (1982), donde el héroe epónimo era interpretado por Arnold Schwarzenegger. Y en 1988 fue otro rey, el de Zamunda, en Un príncipe en Nueva York. Esta vez el príncipe del título era Eddie Murphy.
Fue el almirante James Greer en tres películas basadas en la obra de Tom Clancy: La caza al Octubre Rojo (1990), Juego de patriotas (1992) y Peligro inminente (1994), reencontrándose en los dos últimos con Harrison Ford, quien, por supuesto, fue Han Solo en la trilogía de Lucas. Entre sus numerosos papeles televisivos, prestó su voz en tres ocasiones, incluyendo la voz de Maggie en un episodio de la antología anual de horror, pero los fanáticos lo recordarán por el homenaje en el episodio de la sexta temporada “Por la ciudad de Springfield”. Allí, luego de la muerte del músico Encías Sangrantes Murphy, este personaje regresaba de la muerte en forma de nube para hablarle a Lisa. En ese momento era interrumpido por tres versiones suyas: Mufasa, Darth Vader... y el propio James Earl Jones en su faceta de locutor, repitiendo el famoso latiguillo “Esto es CNN”.
Su carrera fue tan amplia que es una de las pocas personas (menos de 30) poseedoras de un EGOT, como se le llama a haber ganado los premios Emmy a la labor televisiva, Grammy a la labor musical, Oscar a la labor cinematográfica y Tony a la labor teatral. Su Oscar fue honorario como premio a su trayectoria, así que se lo considera un EGOT “no competitivo”.
La última aparición en pantalla ocurrió en la secuela de Un príncipe en Nueva York, estrenada por Prime Video en 2021. En 2022, cuando se estrenó la serie Obi-Wan Kenobi, la voz de Vader fue recreada utilizando un programa de inteligencia artificial basado en todo lo que había grabado hasta el momento. Que el actor haya dado su permiso para esto no lo hace menos triste.
James Earl Jones murió en su hogar de Dutchess County, Nueva York, rodeado de sus seres queridos.