No salió. La poco ambiciosa posición de Nacional en el partido, sostenida por la enorme ansiedad de meterse en las semifinales, apenas si le rindió, con susto y miedo, un tiempo. El 0-0 no se pudo estirar más que tres minutos en el segundo tiempo y, tras el gol de Luciano, el del triunfo y la clasificación brasileña, no hubo vuelta del juego para tentar el gol que condujera al empate. Nacional fue mucho menos que Fluminense y jugó mucho menos que una semana atrás, como visitante, en Río de Janeiro, por lo que su eliminación estuvo ajustada a la competencia. El partido empezó casi como una copia del de una semana atrás y (aparentemente) con papel carbónico a la primera jugada de gol: un centro abananado de Junior Sornoza terminó cerca de la cabeza de Gum, quien una vez más, en este caso marcado, generó una jugada de gol que Esteban Conde mandó al córner.
El fantasma del VAR apareció a los ocho minutos. Jorge Fucile intentó despejar y la pelota le pegó en su brazo. Pero como Nacional rápidamente contragolpeó, fue necesario esperar a que la pelota saliera para que el árbitro consultara a sus colegas de las pantallas y dejara las cosas como estaban.
En su afán por concentrarse en la clasificación, valiéndose de aquel gol de visitante y no del juego ordenado hacia campo contrario, el equipo de Alexander Medina aplicó la misma acción defensiva que en Río de Janeiro, pero no consiguió contener a Fluminense. Es que los cariocas se desplegaron activamente en el ataque y fueron incluso más peligrosos que en el partido en Brasil.
Cerrar la primera etapa sin goles fue la mejor sensación que tuvo Nacional, sin contar un centro de Fucile que no pudo llegar a conectar Matías Zunino. Es raro pensar o sostener que la figura más determinante de Nacional fue su lateral derecho y que esto ni siquiera haya sido por su acción de despliegue ofensivo sino por el quite y la defensa, pero fue así. Como si fuera el 10 o el 9 del equipo, pero sólo jugando por su flanco, metiendo y carpeteando, Fucile fue el fiel de la balanza tricolor. El otro destacado fue Rafael García, pero en esa incómoda situación de cortar in extremis cuando todo se complicaba.
Después, peor
En menos de un minuto, casi llega el gol de Fluminense. La pelota pasó al lado del caño de Conde, a quien casi le viene un ataque de nervios. Le vino después, cuando una fallida salida del younguense derivó en una pelota para Sornoza, quien jugó con Luciano para que definiera con calidad al fondo de la red.
Era jugar el partido menos pensado para Nacional, pero la previsión de que eso iba a suceder no podía estar lejos. La búsqueda del empate empezó con los 11 que estaban, pero rápidamente Medina ordenó que Sebastián Fernández ingresara por Carlos de Pena.
Con Papelito acompañando muy bien a Gonzalo Bergessio y con Gonzalo Chori Castro jugando por la banda, Nacional se agarró de donde pudo para buscar el necesario gol del empate que nunca llegó, ni con el Canario Luis Aguiar en la cancha ni mucho menos con un decaidísimo Tabaré Viudez, que también ingreso para tratar de encontrarle la vuelta.
Nunca, ni cerca, estuvo el empate, y la derrota fue la señal definitiva de pare para un equipo que en sus dos instancias definitorias, primero en la Libertadores y anoche en la Sudamericana, no logró sostener la ventaja que tenía para seguir adelante.