En su visita a Asunción, en un partido que al menos habría merecido no perder, los carboneros no pudieron con Libertad. Los paraguayos casi sellaron su clasificación a octavos de final, y el segundo puesto de la tabla estará peleado: el partido de la semana que viene con este mismo rival, en el Campeón del Siglo, será fundamental para el futuro en la copa.

El primer tiempo se pasó entre el control que Peñarol tuvo de la pelota y de las acciones y las llegadas de Libertad; fueron sólo un par, pero una de ellas significó un temblor en el área aurinegra, sobre el final del primer tiempo, cuando el movedizo Iván Franco se la pasó a Ángel Lucena y este remató una pelota que pasó tan cerca del ángulo de Kevin Dawson que bien pudo ser el primer gol. Eso y un cabezazo del eterno Santiago Salcedo fueron las chances que tuvo el equipo gumarelo de Asunción. La de Sa-Sa también generó peligro en la defensa aurinegra: le ganó en el aire a Ramón Arias, pero el coloniense Dawson contuvo muy bien. Peñarol no tuvo una gran presentación de juego colectivo pero fue con ganas y por momentos tuvo buenos circuitos entre Mathías Corujo, Guzmán Pereira y sobre todo Rodrigo Rojo, de muy buen primer tiempo. Un gran centro de Rojo y un cabezazo de Luis Maldonado pudo ser el 1-0: pasó muy cerca del arco de Rodrigo Muñoz. A esa jugada hay que agregarles los buenos avances con pelota dominada y los dos terribles remates que sacó Fabián Estoyanoff. El Lolo, primero de tiro libre y después con la pelota en movimiento, hizo volar a Muñoz y terminó inclinando la balanza a favor de Peñarol. Partido controlado ante un rival que en los últimos años ha sido de los más fuertes.

Una buena y dos malas

Una pelota salió del área y el Cebolla Rodríguez –siempre el lacazino– habilitó a Gabriel Fernández de taco en la mitad de la cancha, y el Toro se sacó de encima a un paraguayo y arrancó a toda potencia contra el área, la tiró larga y en el momento justo el puntín hizo el efecto perfecto para que la bola saltara por arriba del Popi Muñoz. Fue un déjà vu de la corrida de Jorge Burruchaga contra los ingleses en 1986. Golazo 1-0 en la primera jugada del segundo tiempo y la noche asunceña que cambiaba de color.

Cuando el partido se complica, Peñarol suele contar con Kevin Dawson. Cuando el empate era inminente, el golero evitó el gol de Libertad de manera espectacular. Wilson Leiva pateó y Dawson voló para sacarla del ángulo al córner. Pero como es fútbol y en todas no puede aparecer Dawson, Salcedo cabeceó en el área y también captó el rebote que dio el golero aurinegro. 1-1 en el mejor momento de Peñarol, que había tenido dos muy claras para estirar la ventaja. El final lo terminó sufriendo el carbonero: Rojo no pudo parar a Bareiro, le cometió una falta, lo expulsaron y del tiro libre vino el gol de Óscar Tacuara Cardozo, otro de los experientes jugadores de Libertad. La reacción de Dawson esta vez no fue buena, pero el remate fue muy potente, al primer palo. 2-1, en la hora. Una noche que empezó muy bien terminó muy mal, con Peñarol que podría haber liquidado el partido y lo terminó perdiendo en la última jugada.

Los otros rivales del grupo se enfrentaron un rato antes. Atlético Tucumán, como visitante en La Paz, derrotó a The Strongest y dio la sorpresa en la altura. Con ese triunfo, tucumanos y bolivianos quedaron con tres unidades en la tabla de posiciones.