Un resultado esperable en el marco teórico –perder de visita con el actual campeón de la Libertadores– pero no tan claro por lo que pasó en los 90 minutos. Grêmio, con gol de Luan, derrotó 1-0 a Defensor. La viola se clasificó a la Sudamericana sólo porque, en Asunción y en la hora, Cerro Porteño venció a Monagas 3-2. Esos últimos 10 minutos de cada uno de los partidos pusieron en cuestión la clasificación del elenco uruguayo, dado que si los venezolanos ganaban en Paraguay, Defensor quedaba fuera de todo.
Eduardo Acevedo planificó un partido para asegurarse la Sudamericana. Cargó mucha gente tanto en la línea media como en la defensa para atorar el juego gaúcho, pero a pesar de que sólo empezó con un delantero fijo, el panameño Cecilio Waterman, no renunció a hacer algunas jugadas de ataque en las que llegó con varios futbolistas.
La clara estrategia defensorista de contener a Grêmio en la mitad de la cancha, o en su propio campo y tan sólo dejar a Waterman adelante, tuvo su debido correlato con un contragolpe a los siete minutos bien armado, y bien concebido, en el que Defensor llegó con cinco jugadores al área contraria y, de no ser por la intervención del arquero gremista, podría haber llegado el primer gol, cuando aún los montevideanos no habían sufrido en su arco.
Pasó el tiempo hasta que a, los 20 del segundo tiempo, Luan recibió fuera del área, quebró su cintura un par de veces y sacudió su derecha para vencer desde lejos a Gastón Rodríguez.
Ahí lo que sucede es como cuando explota la burbuja y todo queda sin solución, aunque sumes delanteros tras delanteros desde el banco.
Ojo. No fue malo el partido defensorista, pero perdió, aunque igual terminó tercero y ganó el reenganche a la Sudamericana.