Dale que estamos. Una bandera gigante cuelga de un balcón en la calle Hocquart, son muchísimos los autos que tienen la suya en cada ventana, en las escuelas, en los liceos, en las oficinas o en la calle: la celeste se impone. En realidad se impone algo más grande, el Mundial, pero estamos en tiempos en los que primero hablamos de nosotros mismos. Y ahí la cosa es Uruguay. Del resto elegiremos qué contar.

Mientras tanto Uruguay, el Uruguay que es la cosa, es decir la selección, entrena. Todo se sabe en tiempos de comunicación instantánea: el equipo entrenó y entrenará en el hiperrenombrado Sports Centre Borsky. Lo táctico, lo técnico, un poco de gimnasio, también ejercicios recreativos, porque de eso se trata: de jugar. Y allá más lejos suena y resuena lo que sabemos como tatuaje en la piel, que jugamos el viernes a las 9.00 con Egipto en Ekaterimburgo, con resultado visto porque el día anterior jugarán Rusia y Arabia Saudita. Qué ansiedad, por favor.

Las buenas noticias son que Óscar Tabárez tiene a todo el plantel a la orden. Guillermo Varela, luego de la contractura que lo apartó del partido de despedida, ya está a la par de sus compañeros de plantel: Fernando Muslera, Martín Silva, Martín Campaña, Diego Godín, Sebastián Coates, Josema Giménez, Martín Cáceres, Maxi Pereira, Gastón Silva, Lucas Torreira, Nahitan Nández, Rodrigo Bentancur, Matías Vecino, Carlos Sánchez, Giorgian de Arrascaeta, Diego Laxalt, Cristian Rodríguez, Jonathan Urretaviscaya, Cristhian Stuani, Maxi Gómez, Edinson Cavani y Luis Suárez.

Citar nombres –más otra buena dosis de ansiedad– es pensar un equipo titular para el debut. Nada del otro mundo. En ese tren, la oncena parece ir por el camino de lo visto ante Uzbekistán el jueves, retoque más retoque menos. Tabárez sabrá. Sabremos esperar.

Mucho más en vilo están los egipcios con la lupa puesta en lo que le sucede o le deja de suceder a Mohamed Salah. Ayer Josema Giménez dijo: “Nosotros preparamos el partido y pensamos que Salah juega”. Y sí, puede ser. Si bien desde el cuerpo médico de su selección se ha declarado que el jugador aún tiene dolencias y que su recuperación es de, como mínimo, tres semanas, Salah comenzó a moverse.

Lesionado en el hombro, el delantero del Liverpool inglés apura su recuperación, no con sus compañeros sino en solitario. En los últimos movimientos trabajó en cancha. No hizo fútbol –lógico, no se va a arriesgar a un golpe o una caída que afecte la lesión– , pero sí sesiones con aspectos físicos y de resistencia.

Antes del tiempo

Pan y circo. Antes de que la pelota comience a rodar con Rusia y Arabia Saudita será la inauguración del Mundial. Empezará a las 11.30 y parece que será corta, porque rusos y saudíes jugarán a las 12.00. En la fiesta previa probablemente habrá lo de siempre: bailarines –se estima que pueden ser unos 500–, gimnastas, la mascota, puesta en escena, fuegos artificiales y la canción oficial, “Live It Up”, interpretada por el estadounidense Nicky Jam y la cantante albanesa Era Istrefi. Todo bajo la presencia de las aproximadamente 80.000 personas que llenarán el estadio Olímpico Luzhnikí de Moscú.