Bélgica le ganó 3-2 a Japón, en uno de los partidos más intensos del Mundial. Terrible mérito de la selección belga, que a los pocos minutos de empezado el segundo tiempo iba abajo 2-0 (Genki Haraguchi, a los 48, y Takashi Inui, a los 53). Sorpresa, hasta ahí. Los japoneses aprovecharon dos contragolpes y cobraron con gol.
Con mucha paciencia y siempre vertical, Bélgica fue. Eden Hazard y el colorado Kevin de Bruyne tomaron la manija. En realidad nunca lo dejaron de hacer. Pero cuando se encontraron abajo lo hicieron con más intensidad, pensando en el arco rival al extremo de descuidar el propio. Encontraron un gol bastante raro (el cabezazo de Jan Vertonghen fue anunciado pero agarró a contrapié al arquero nipón) y se entonaron. Minutos después Maroaune Fellaini, que había entrado pensando en la cancha de arriba, empató el partido con su especialidad. Y cuando parecía que terminaban 2-2 e iban al alargue, vino la contra mortal que definió Nacer Chadli.
.