Fue uno de los clásicos mejor jugados en el último tiempo. Pelota al piso, conexión y, por momentos, cierta paciencia. Peñarol estuvo más fino, aprovechó y castigó en el arranque del complemento con dos goles que liquidaron el encuentro. A los tricolores les pesó el 2-0 en contra, no le encontraron la vuelta y eso los desmoronó. Los de Diego López administraron recursos y se adueñaron de la pelota, lo que les permitió irse victoriosos.

 Rodrigo Amaral, de Nacional, y Lucas Hernández de Peñarol.

Rodrigo Amaral, de Nacional, y Lucas Hernández de Peñarol.

Foto: Sandro Pereyra

Todo era bueno al inicio. Había intensidad, llegadas y emoción. Ambos equipos iban por afuera, con pocos toques pero con peligro y desdoble. Primero fue Nacional el más incisivo: llegó con Santiago Rodríguez por la banda y su remate fue tapado por Kevin Dawson. No había respiro, porque Peñarol también hacía lo suyo; Gastón Rodríguez tuvo la suya y esta vez el panameño Luis Mejía le contuvo el remate. Los de Eduardo Domínguez quizá hayan sorprendido más con su planteo. Delante de los cuatro del fondo se ubicaba Gabriel Neves, que oficiaba como nexo constante en la transición de defensa a ataque. Luego los tricolores tenían un medio muy picadito y en defensa mostraban un claro 4-1-4-1, con Octavio Rivero como única referencia. Pero en el ataque se generaban desdobles por la banda y el albo quedaba con un 4-3-3, que era difícil de conectar.

Santiago Rodríguez, de Nacional y Enzo Martínez, de Peñarol.

Santiago Rodríguez, de Nacional y Enzo Martínez, de Peñarol.

Foto: Sandro Pereyra

Siempre Rodrigo Amaral era el que rompía el sello, haciendo las diagonales aunque sin tanta precisión. Para Peñarol era –es– más sencillo, porque tiene una base de entrenador y jugadores. Con mínimos cambios Diego López paró el mismo 4-4-2 que a lo largo de toda la temporada pasada. Puso a Gastón Rodríguez con el Toro Gabriel Fernández en el ataque, y el equipo se paró en bloque, presionó y planteó bien las contras para generar peligro. Hasta ahí, todo bien. Luego el clásico tuvo lo suyo y cayó en un pozo que complicó el espectáculo. Una pelota disputada entre Fabián Estoyanoff y Luis Mejía derivó en una tarjeta roja para cada uno. Se trancaron en la jugada, el Lolo agredió al panameño y este reaccionó con otro golpe. Todo mal. Roja para ambos y cambio obligado en Nacional, que mandó al juvenil de 17 años Guillermo Centurión y sacó al pibe Santiago Rodríguez, de buen partido.

Incidencia de la expulsión de Luis Mejía y Fabián Estoyanoff.

Incidencia de la expulsión de Luis Mejía y Fabián Estoyanoff.

Foto: Sandro Pereyra

Cambió

En el complemento todo cambió y Peñarol pegó duro con dos goles. Todo arrancó en la recuperación de Guzmán Pereira, y luego vino un exquisito pase del Mota Walter Gargano, de lo mejor del aurinegro, filtrado entre líneas a Agustín Canobbio. El control fue bueno, pero apenas le quedó larga y Canobbio igual se acomodó para darle desde el piso. La pelota entró en cámara lenta ante la salida en falso de Centurión. Pero el baldazo de agua fría vino después, porque los mirasoles volvieron a castigar. Esta vez Canobbio, por la izquierda, se vistió de asistidor y metió un centro venenoso que engañó al joven golero de Young. Por el cielo, como más le gusta, Fernández se elevó y ganó con un gran cabezazo para el 2-0.

Agustín Canobbio, de Peñarol, y Matías Zunino, de Nacional, en la jugada del primer gol de Peñarol.

Agustín Canobbio, de Peñarol, y Matías Zunino, de Nacional, en la jugada del primer gol de Peñarol.

Foto: Sandro Pereyra

Luego se movieron fichas, Domínguez vio cómo Neves no podía solo con la marca en la mitad del campo, y fue sumando hombres, pero también intentó darle dinámica por afuera con el ingreso de Kevin Ramírez y Agustín Sant’Anna. Peñarol mantuvo la ventaja y la calma en el juego. Eso le dio rédito para seguir e irse victorioso.

Los aurinegros jugarán mañana en el Campeón del Siglo con Barcelona de Guayaquil por la final del torneo. Nacional hará lo propio en el estadio Suppici con César Vallejo por el tercer puesto. Esto sigue.

Agustín Canobbio convierte el primer gol de Peñarol, entre Guillermo Centurión y Matías Zunino, de Nacional, ayer, en el estadio Centenario.

Agustín Canobbio convierte el primer gol de Peñarol, entre Guillermo Centurión y Matías Zunino, de Nacional, ayer, en el estadio Centenario.

Foto: Sandro Pereyra

.