No fue impensado, porque en Peñarol, o en el fútbol uruguayo estas cosas siempre se esperan. Todos mirábamos cómo trepaba Gabriel Rojas, cómo mandaría ese último ollazo y cómo por el medio volaría Ignacio Lores al gol de la hazaña. Porque lo hazañoso fue ganar y estirar la definición del Torneo Clausura a una final, al quedar igualados con Nacional en la primera colocación del último torneo del año.

Primero

Había empezado muy bien Peñarol, con una afirmación ofensiva que se vio reflejada a los 6 minutos cuando, en una gran habilitación del Lucas Viatri, pivoteando hacia atrás, castigó de derecha Luis Acevedo poniéndola contra el caño. Un golazo para ponerse en ventaja, resolviendo angustias, y nervios.

Después del gol inicial, y a pesar de que había transcurrido muy poco tiempo, Cerro Largo cambió su actitud por completo y por aproximadamente 30 minutos se hizo dueño del partido jugando cerca del arco carbonero y en algún caso generando situaciones de peligro. Peñarol, con dolores y preocupaciones, aguantó el resultado y se fueron a vestuarios 1-0 con aquel golazo.

Y después

El segundo tiempo empezó como había terminado: dominio pleno arachán con juego y desarrollo en campo contrario, y así fue como llegó el empate. Fue un golazo impresionante de Hugo Dorrego, con un derechazo desde lejos, pero que venía de un espacio construido a toques y movilidad. Iban 8 de la segunda parte y todo volvía a cambiar, por los resultados y por la actitud del que debía ganar, o sea Peñarol, que más nervioso siguió dejando campo y espacios para el rival.

A los 20 Thiago Cardozo hizo una maravillosa intervención al sacar, no se sabe cómo, o por la firmeza de su mano derecha, otro impresionante remate de Dorrego.

Cerro Largo parecía más, hasta que llegó el momento en que los carboneros se empezaron a volcar sobre el arco arachán. Habían entrado Ignacio Lores y Fabián Estoyanoff, y empezó a ser más asistido Viatri. La emoción de esos últimos minutos fue inenarrable. Y el gol de Lores la locura.

Hay final.