Nacional consiguió un gran triunfo 1–0 ante Mineiro y es líder absoluto del grupo E de la Libertadores. Como la semana pasada en Venezuela , Gonzalo Lavandina Bergessio marcó el gol de la victoria.

No sabemos con qué grado de obsesión o responsabilidad habrá analizado Eduardo Domínguez al Mineiro en los últimos 40 días, pero 4 de los 5 partidos que el galo había jugado por Libertadores habían sido ante equipos uruguayos (Danubio y Defensor), por lo que el equipo de Levir Culpi era por lo menos conocido. De esa observación prolongada y ajustada, el cuerpo técnico de Nacional eligió entre otras cosas tratar de impedir que los brasileños salieran con la pelota rodando desde el fondo. Eso le permitió cortar algunas pelotas cerca del arco brasileño e insinuarse en el ataque.

Gonzalo Bergessio festeja el gol de Nacional a Atlético Mineiro, anoche, en el Gran Parque Central.

Gonzalo Bergessio festeja el gol de Nacional a Atlético Mineiro, anoche, en el Gran Parque Central.

Foto: Sandro Pereyra

Mineiro se fue acomodando al partido, poniendo velocidad por las bandas o cruzando pelotas largas para el experiente Ricardo Oliveira y el rapidísimo Luan. Era el juego entre un equipo atlético, elástico y rapidito, pero no liviano, ante un Nacional que parecía siempre un pelín más lento que su rival, con muchas carencias para conectarse a velocidad, pero con mucho esfuerzo y concentración.

Después de un par de sustos, a la media hora Nacional tuvo lo más parecido a una jugada de peligro a su favor, cuando el chiquilín Santiago Rodríguez aplicó velocidad y engaño para meterse en el área y mandar una pelota que Felipe Carballo no pudo embocar. Cuatro minutos después el caño del Coco Esteban Conde sonó a lata cuando un remate de Zé Wellison dio en él.

Había demasiadas expectativas en redoblar esfuerzos defensivos –por primera vez se plantó con línea de cuatro defensiva y otros cuatro jugadores en la mediacancha– y poca chispa y desequilibrio con la pelota en campo contrario. Estas dos cosas explican el resultado del primer tiempo.

El complemento mostró a Nacional bastante más ambicioso. Una maravillosa apilada del Chori Gonzalo Castro bordando por izquierda ilusionó a los tricolores, aunque el pase del poronguero no pudo ser capitalizado.

Santiago Rodriguez, de Nacional, e Igor Rabello, de Atletico Mineiro.

Santiago Rodriguez, de Nacional, e Igor Rabello, de Atletico Mineiro.

Foto: Sandro Pereyra

Se jugó más en en campo brasileño que en el uruguayo, pero esto no resultó inquietante para la visita. El partido fue entreverado y con pocos aciertos, aunque Nacional tuvo más llegada.

Así, después de un gran dos y uno entre Chori y Matías Viña para que el defensa lanzara el centro y, en una fantasmagórica aparición, Bergessio, a lo Luis Artime, metió terrible cabezazo que fue a dar al fondo de la red. Ese gol que llegó cuando faltaban 25 minutos para el final condicionó el juego e incluso las decisiones técnicas. El argentino puso a Kevin Ramírez por Castro, y después al inmenso Carvalho, con la intención de defender lo logrado.

Por oficio o por capacidad, Nacional mantuvo la ventaja y consiguió una trascendente victoria que lo deja arriba en la Libertadores.

Gonzalo Bergessio, de Nacional, y Rever, de Atletico Mineiro.

Gonzalo Bergessio, de Nacional, y Rever, de Atletico Mineiro.

Foto: Sandro Pereyra

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